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La religión, una asignatura en retroceso

Sólo un 10% de alumnos de las escuelas públicas cursan esta materia, que en la actualidad incorpora conocimientos culturales, de patrimonio y valores espirituales, y sus defensores alertan de una "analfabetización religiosa y cultural"

Asignatura de religión en la escuela pública "El valle del terri"
11/04/2025
5 min
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GeronaEntre las palabras que se esconden en la sopa de letras hay ayuno, caridad, Pascua... Conceptos propios del calendario de Semana Santa, que al maestro de religión Pau Estanyol le sirven para introducirlos en la clase que imparte en la Escuela La Vall del Terri (Pla de l'Estany). De los más de 250 alumnos que hay en el centro, sólo hacen esta asignatura dos primero de primaria y otro segundo. Es la realidad que viven muchos centros públicos catalanes: el porcentaje de alumnos que cursaron religión en la escuela pública durante el curso 2023-2024 fue del 10,50% (69.571 alumnos de 662.315 alumnos totales), según datos del departamento de Educación. En los centros de titularidad privada, incluidos los concertados, la cifra asciende a 62,73% (198.696 alumnos de los 320.821 alumnos totales).

Las familias no eligen que su hijo haga esta materia por razones diferentes, entre ellas cierta desconfianza hacia la Iglesia católica como institución o el prejuicio que se hace catequesis. Pero la asignatura de religión tanto en la pública y la privada como en las escuelas concertadas, engloba, en el actual currículum –de acuerdo con la nueva ley de educación Lomloe–, un conocimiento de otras culturas religiosas y se encarga de difundir conocimientos culturales, de patrimonio y valores espirituales. Una "formación integral" –argumentan quienes la defienden–, que evita que prolifere el actual "analfabetismo religioso" que deriva hacia un "analfabetismo cultural", sostienen los expertos consultados.

"Hasta hace un tiempo, teníamos una generación de padres y madres que no habían ido a clase de religión, pero teníamos una generación de ancianos que habían recibido cultura religiosa a su manera ya su tiempo. Ahora tenemos unos padres que no tienen ningún tipo de cultura religiosa y unos abuelos que tampoco", alerta Pere M'ical.

Dolors Vidal, experta en turismo cultural y profesora en la Universidad de Girona (UdG), afirma que la religión "forma parte de la naturaleza humana". "Está íntimamente ligada a nuestro pasado, presente y futuro cultural y es un acto de unión de la humanidad con la trascendencia". Tal y como dice su etimología, "religa lo que ha venido y acontecerá". Según resalta esta experta, "es importantísimo la enseñanza de la religión para apreciar en profundidad la cultura en general". Para Rafael Muñoz, delegado diocesano del arzobispado de Tarragona, el personal de religión se convierte en "un agente cultural de primer orden" para la difusión del patrimonio cultural, ya que –según asegura– "el 80% del patrimonio cultural en nuestro país es religioso".

Una religión sin catequesis

En el Colegio San Pablo Apóstol de Tarragona, así como otros que dependen de las diferentes diócesis catalanas, la religión está muy arraigada. Con unos 1.200 alumnos inscritos, desde los 0 a los 18 años, en este centro tarraconense es una asignatura para todos y adaptada a cada edad. "Partimos de la base de que no queremos convertir a nadie ni hacer catequesis, sino que entiendan que nuestra sociedad tiene sus raíces en el humanismo cristiano", detalla el director, Pablo Muñoz. Los alumnos, además, trabajan la espiritualidad porque hoy en día "hay un vacío existencial". "Preparamos a los escolares para ser ciudadanos del siglo XXI y para vivir en un contexto en el que la religión está muy presente: en los conflictos, el arte, a nivel patrimonial, al tiempo que abordamos la dimensión más trascendente, que está implícita en el ser humano".

Plazas sin cubrir

En algunos centros, a pesar de haber alumnos que piden cursar religión, no se les ofrece porque la plaza del docente, a la que se requieren titulaciones muy específicas, no se puede cubrir. Rafael Muñoz, delegado diocesano del arzobispado de Tarragona, lamenta que, en muchos casos, "las jornadas que se les plantean son muy escasas, de un tercio o de un cuarto, y que se gasta más en la gasolina del desplazamiento que en lo que pueda cobrar". Los maestros de religión acaban dedicándose a apoyar a un grupo o asumen otra asignatura. Desde el Secretariado Interdiocesano de Enseñanza de la Religión en Cataluña (SIERC) denuncian que "no ofrecer clase de religión es una clara vulneración de los derechos de la infancia y de las familias".

En el caso de la Escuela Vedruna Gràcia, en Barcelona, ​​el centro comienza el itinerario en infantil, bajo el nombre de "cultura religiosa", y lo termina en bachillerato. La directora, Montserrat Castelló, explica que "se trata de un proyecto inclusivo, con una mirada abierta y plural, para que cada uno pueda participar desde sus propias convicciones y creencias". "No pretendemos imponer nada: queremos que los alumnos piensen y se hagan preguntas", describe. Con un material de cultura religiosa de edición propia, los centros Vedruna –escuela cristiana de iniciativa social (concertada)– trabajan el descubrimiento del hecho religioso y los valores de inspiración cristiana, que son universales, como la amistad, la solidaridad o el agradecimiento, el sentido de las fiestas y de las tradiciones, así como la de pero también una mezquita o una sinagoga). El objetivo es que los alumnos conozcan "la pluralidad de confesiones religiosas" y sepan que "son más las cosas que les unen que que los separan con las otras culturas".

En la escuela pública Josep de Ribot y Olivas, de Vilamalla, en el Alt Empordà, se enseña, en cambio, "objetivos de desarrollo sostenible", de la mano del maestro Pau Estanyol, donde tratan la cultura y otros valores pero vinculados al medio natural.

Aunque en otras etapas educativas en Cataluña se había marcado una asignatura concreta para los alumnos que no hacían religión, el nuevo decreto de ordenación de las enseñanzas de la educación básica que entró en vigor el pasado año no fija ninguna materia a impartir y, en la práctica, cada centro puede programar las actividades que crea convenientes.

Recorta "La vieja cuaresma"
Una actividad para encontrar palabras relacionadas con la religión

Cada año menos alumnos

En los últimos años el número de familias que eligen que su hijo haga religión en la escuela pública se ha reducido. Según el departamento de Educación, un total de 70.527 alumnos cursaron religión -la gran mayoría, católica (69.571 alumnos) pero también existen (un millar, aproximadamente) que hacen islámica, judía o evangélica- en centros públicos (segundo ciclo de infantil, primaria y ESO) el curso 2023-. En centros privados, la cifra asciende a 201.983 alumnos. Las Terres de l'Ebre y el Alt Pirineu y Aran son las zonas de Cataluña con un porcentaje más alto de alumnos que cursan religión en los centros públicos, en concreto, en segundo ciclo de infantil (15% y 12%, respectivamente) y en primaria (en torno al 29%). Por lo que respecta a la ESO, además de estas dos zonas (25% y 30%, respectivamente) se añade también el Maresme y el Vallès Oriental (con un 31%). Los alumnos de origen sudamericano o ucraniano ayudan, en gran medida, a mantener buena parte de las cifras de escolarizados en religión en las escuelas públicas.

Este curso, en las comarcas de Girona, hacen religión 3.458 alumnos menos que el pasado en los centros de titularidad pública y en escuelas cristianas de la diócesis. Carme Panella, delegada de enseñanza del obispado de Girona y representante de la Fundación Escola Cristiana en la diócesis, lo atribuye a la caída de la natalidad, sumada a una pérdida del interés ya una ignorancia del patrimonio. "Un alumno debe saber qué es la catedral, y no para entrar a ser bautizado", asegura.

Precisamente, Vidal pone de manifiesto que existe una tendencia a admirar lo lejos y desatender lo propio. "Las prácticas religiosas son muy similares en muchas culturas. El eje que nos ha construido es similar. Algunos admiran el budismo, que precisamente tiene muchas coincidencias con el cristianismo. La gente que es religiosa en el mundo contemporáneo, a veces, es percibida como una gente que pertenece al pasado, cuando más bien debería ser vista como la mejor gente del futuro".

El también coordinador del SIERC, Rafel Muñoz, lamenta que Catalunya es "profundamente" anticlerical. Y si le sumamos la desconfianza hacia la institución ligada a los abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia, entonces "esto ya es demoledor". Micaló concluye que "el analfabetismo religioso no es un problema de la Iglesia católica, sino un problema de país", puesto que podemos acabar desconociendo, por ejemplo, qué significa llorar como una magdalena, la simbología de la procesión de Verges o por qué en Berga hacen la Patum.

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