Moda

La camiseta marinera: del mar a la pasarela (y más)

Esta pieza de origen humilde, vinculada con los pescadores bretones, no ha dejado de reinventarse y ha seducido el mundo de la moda, la música y el cine, hasta la actualidad

Maria Almenar
4 min
Una chica con camiseta marinera en 1937

Barcelona¿Quién no tiene una camiseta marinera en el armario? Esta prenda de ropa tan básica y universal esconde una historia de movimiento constante, vinculada originalmente con las manos y el mar, y reconvertida gracias a la visión de grandes maestros de la moda en un diseño perenne, que representa varias corrientes estéticas y une a artistas que la defienden a su manera. De Gabrielle Chanel a Jean Paul Gaultier, la camiseta marinera es un icono que va más allá del chic francés.

La primera representación nace en la Bretaña francesa a principios del siglo XIX. Las familias humildes de la zona confeccionaban jerséis espesos de lana bretona que los pescadores utilizaban para abrigarse cuando salían al mar. Las piezas exhibían rayas horizontales porque este diseño permitía distinguir mejor a las personas dentro del agua, si tenían la mala suerte de caer por la borda. Viendo la utilidad, la marina francesa decretó en 1858 cómo tenía que ser el uniforme de los marineros: pantalón de pernera ancha, camisa blanca, abrigo corto de lana y jersey de rayas, o camiseta para el verano. La camiseta tenía que lucir oficialmente 21 rayas, una por cada victoria de Napoleón Bonaparte. La legislación era estricta y dictaba también el grueso de cada franja: las blancas tenían que medir 2 centímetros, y las azules, la mitad. El uniforme francés rápidamente se hizo extensible a otras flotas europeas que adaptaron la ropa reglamentaria. A finales del siglo XIX, el pueblo bretón de Sant James centralizó la producción de estos jerséis y camisetas, las marineras francesas con un diseño modificado: ofrecían una apertura lateral para facilitar a los marineros la tarea de ataviarse cuando se pasaba revista.

Chanel libera a la mujer con una versión deportiva pero estilosa

Quizás la historia de la camiseta de rayas se habría quedado aquí si no hubiera captado la atención de Gabrielle Coco Chanel, visionaria y liberadora de las restricciones indumentarias de la encorsetada moda femenina de la Belle Époque. Entonces, la joven diseñadora, que se había labrado buena fama entre las élites con su boutique de sombreros en París, quería abrir un nuevo espacio en Deauville, ciudad situada en la costa normanda donde veraneaba. En este ambiente marítimo, Coco Chanel se fijó en la pieza en cuestión que unía a pescadores y marineros: “Chanel supo codificar muy bien este uniforme de trabajo y le dio otra pátina con un discurso de moda vinculado con la ropa sportwear”, detalla Charo Mora, especialista en cultura de moda. En el año 1913 inauguró la tienda de Deauville con piezas sofisticadas más cómodas y relajadas que revolucionaban el armario femenino de la época y reflejaban un cambio de mentalidad.

Grabielle Chanel de joven con una camiseta marinera.

Nacía así el estilo casual y chic francés que la propia diseñadora abanderaba: “Ella misma vestía así en sus momentos de ocio con pantalones anchos y la camiseta de rayas que adornaba con collares de perlas”, dice Mora. Cinco años más tarde, la interpretación de Chanel de la marinera formaba parte de la colección de verano y su éxito fue rotundo en los 20 entre las clases adineradas que veraneaban en la Costa Azul. La pieza en cuestión era el reflejo de la vida ociosa al aire libre.

Gaultier da un giro transgresor

Décadas después, la camiseta marinera también sedujo a las estrellas del Hollywood dorado con actrices como Marilyn Monroe o Audrey Hepburn, que daban un contrapunto glamuroso a una pieza relativamente asequible que en los 60 y 70 ya se producía a gran escala gracias al triunfo del prêt-à-porter y la democratización de la moda. Otros diseñadores emblemáticos de la época como Yves Saint Laurent también hicieron su propia adaptación. Quien volvió a cambiar la marinière para dotarla de un nuevo significado fue Jean Paul Gaultier, que hizo de esta pieza un emblema personal. El enfant terrible de la moda conocido por desafiar las convenciones del diseño francés encontró en la camiseta marinera un símbolo para canalizar los valores de la diversidad y la libertad que defendía.

Jean Paul Gaultier en el 'backstage' de un desfile suyo en 1984.

Entre las reminiscencias de su infancia, cuando su madre lo vestía con una camiseta de rayas, y la imagen del marinero que aparece en la película Querelle (1982) de Rainer Werner Fassbinder, Jean Paul Gaultier construyó una nueva masculinidad ambigua y llena de erotismo: “Representa mi visión del hombre como objeto de deseo, un hombre que juega con su sensualidad y se hace banal”, afirmaba el propio diseñador durante la inauguración de la exposición Cine y moda en Barcelona. De hecho, el perfume Le Male todavía exhibe la figura sexi del marinero en el frasco. El creador francés partió de la emblemática camiseta para extraer nuevos diseños espectaculares. “Gaultier ha hecho un ejercicio de deconstrucción e interpretación muy bien hecho”, declara Charo Mora. Destacan, por ejemplo, un vestido de rayas marineras rematado con plumas de su colección de alta costura de la primavera del año 2000 que la princesa Carolina de Mónaco lució en un acto social, y un vestido nupcial que presenta un juego de rayas de tul de la colección 2011, enfundado por la modelo trans Andreja Pejic.

La pieza de las mil caras

Hoy en día, la camiseta de rayas tiene infinitas adaptaciones y es una pieza perpetuada en iconos de estilo actuales como Sienna Miller o Alexa Chung. Está presente en las colecciones de las grandes distribuidoras de moda y los diseñadores también se lo apropian con un enésimo lavado de cara. Sin ir más lejos, en casa nuestra, Yerse apuesta cada temporada por la marinière. “El mar forma parte de nuestra esencia y este rayado siempre está presente porque nos identifica”, explica la portavoz de la marca, Íngrid Tarragó.

La camiseta marinera de Yerse.

Independientemente de quién la hace y cómo la hace, esta prenda de ropa ha sabido conservar su espíritu cómodo y funcional, vinculado con sus orígenes humildes, con este je ne sais quoi francés que se asocia al estilo estiloso, pero despreocupado.

De Pablo Picasso a Kurt Cobain

“Los iconos artísticos del siglo XX han quedado retratados con esta prenda de ropa carismática”, explica Charo Mora para recordar como la camiseta de rayas ha unido estilísticamente a artistas como Pablo Picasso o Andy Warhol, movimientos contraculturales de los años 60 como los beatniks y también clases burguesas. Sea como sea, “la marinière formaba parte de la indumentaria de la calle e inspiraba cada generación”, concluye. Los impulsores de la Nouvelle Vague Jean-Luc Godard y François Truffaut la inmortalizaron en films de cabecera a través de actrices de gran revuelo como Brigitte Bardot, Anna Katrina, Jeanne Moreau y Jean Seberg. La música rock la subió a los escenarios de los Rolling Stones o Patti Smith, que hacía activismo político entre canciones con esta camiseta. En los años 80, Madonna exploró el lado sexi de la pieza al mostrar el ombligo –entonces era transgresor– o, incluso, a Kurt Cobain, líder del movimiento grunge de los 90, también se le recuerda con la característica camiseta rayada. Quién lo habría dicho, dos siglos más tarde, que los jerséis de los pescadores se convertirían en una indumentaria de culto (y de masas).

Pablo Picasso con una camiseta marinera en 1955.
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