Ciencia

Cataluña, líder en producción científica a remolque de las ayudas europeas

Un informe constata que la financiación pública todavía es insuficiente y estrangula un sistema con gran potencial internacional

Una chica en el laboratorio
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BarcelonaA la ciencia catalana no le falta prestigio ni proyección internacional, pero sí relevo generacional y, sobre todo, dinero. Ésta es la fotografía que ofrece un extenso informe sobre el estado de la ciencia en Cataluña, presentado este jueves en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, ​​en el que expertos independientes señalan las fortalezas y las debilidades de los principales actores científicos del país: las universidades, los centros de investigación y las empresas. Coordinados por la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación (FCRI), los especialistas comparten una impresión: Cataluña sobresale como polo de atracción y como productor de conocimiento de alta calidad –sobre todo en ámbitos como la medicina, la bioquímica o las ciencias medioambientales–, pero pincha en inversión y programas de apoyo de investigación y desarrollo (I+D).

Aunque ha habido una progresiva recuperación del ritmo de las inversiones públicas en investigación –Catalunya ha pasado de invertir un 1,39% de su PIB en 2016 en destinar un 1,67% en 2021–, las cifras todavía quedan lejos de las del período previo a la crisis económica de 2008. La consecuencia: el sistema ha tenido que buscar otras fórmulas para financiarse y ahora depende en exceso de la captación de fondos europeos para seguir avanzando. De ahí que los expertos pidan al Gobierno, de nuevo, más inversión pública en el ámbito de la educación superior, la investigación y la innovación, con la que se pueda encarar una fase de "transición" que corrija los "déficits estructurales " que sufren.

El documento El estado de la ciencia en Cataluña 2023 afirma que la investigación vive "un punto de inflexión" por la aprobación de la primera ley de la ciencia catalana, así como por la actualización de la normativa estatal de ciencia y de la ley orgánica del sistema universitario (LOSU) que permite , por ejemplo, la contratación indefinida vinculada a la financiación de los proyectos. Los autores del informe admiten que este marco no comporta grandes transformaciones de fondo, pero destacan que blinda legalmente un sistema que se esfuerza por mantener la competitividad en un panorama europeo que cada vez dirige más esfuerzos a la soberanía tecnológica. "Somos un sistema eficiente si tenemos en cuenta los resultados en comparación con la financiación que percibimos. La salud de la investigación es buena pero alerta: los recortes durante décadas, los problemas para garantizar la reposición de las plantillas y los controles excesivos burocráticos pueden generarnos problemas", ha señalado el secretario ejecutivo de la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP), Josep Maria Vilalta.

El informe constata que las universidades son la base de la investigación científica: aportan el mayor grueso de investigadores –cada año producen unos 2.500 doctores– y firman dos tercios de las publicaciones del país. En cambio, tanto Cataluña como España forman parte de la franja baja de los rankings de inversión de los países europeos y de la OCDE. De hecho, siguen lejos de la media europea. El informe cuenta con los datos de gasto en I+D total y en educación superior por comunidades autónomas entre los años 2016 y 2020, donde Cataluña se sitúa como tercer territorio del Estado con mayor gasto respecto al PIB, sólo detrás del País Vasco y Madrid. Por el contrario, el gasto que se dedica específicamente a la I+D de las universidades se encuentra en la franja baja, aunque el personal docente investigador (PDI) catalán produce el doble de conocimiento que los PDI del resto de universidades.

Patentes y 'spin-offs'

En la otra gran pata de la ciencia en Cataluña, los centros de investigación (que operan bajo el paraguas de la institución pública CERCA), existe una situación similar. Estas instituciones, que pueden ser públicas o privadas sin ánimo de lucro, son "altamente eficientes", eminentemente por la captación de recursos competitivos; un entorno en el que el sistema catalán ha conseguido nutrirse "con habilidad" de los recursos que la administración no proporciona, según Josep Samitier, presidente de la Asociación Catalana de Entidades de Investigación (ACER) y director del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC).

En el marco del programa europeo Horizonte Europa (que estará operativo hasta el 2027), Catalunya ha atraído 492 millones de euros con una tasa de éxito del 21% en dos años, por encima de la media de la Unión Europea (17%). De hecho, lidera la captación de fondos en España, y "si lo comparamos con países de tamaño poblacional similar al nuestro, se sitúa por delante de Finlandia y Dinamarca y cerca de Austria", remarca el informe. "En atracción de talento y captación de fondos sobresalimos, pero en transferencia tecnológica –el salto al mercado del conocimiento, como por ejemplo con solicitudes de patentes–, todavía nos falta recorrido", ha subrayado Samitier. Sin embargo, el informe señala que Catalunya fue líder en solicitudes de patentes en 2022, con 604 de las 1.925 pedidas por España a Europa. Por tanto, un tercio de las patentes estatales son catalanas. Para evaluar la transferencia tecnológica, el informe también señala que se han creado unas 150 spin-offs entre 2010 y 2021.

Ahora bien, el documento también hace un toque de atención: desde la crisis de 2008, se ha ido debilitado la capacidad del sistema de investigación e innovación en el ámbito de los centros hasta el punto de haber detectado "un ligero decrecimiento que conviene corregir de inmediato para no perder el nivel de competitividad alcanzado", sostienen los autores del informe, que insisten en que esto implica aumentar la financiación. "La industria de la Cataluña del siglo XXI será la investigación y la innovación y, para conseguirlo, se necesitan más recursos para los centros y las universidades", admitió el conseller Joaquim Nadal, que participó en el acto de presentación de el informe y aseguró que esta mejora "ya está iniciada". El presupuesto de la Generalitat incluye incrementos significativos en la conselleria, que pasa de los 261 millones de euros de 2019 a los 436 millones de euros del año pasado.

En cuanto a la aportación económica de las empresas al sistema científico, el informe constata que, en 2021, la inversión en I+D aumentó hasta los 2.492 millones de euros, lo que significa que contribuyen en un 61% al gasto total en este ámbito. Según la jefa de Innovación y Desarrollo de Negocio del Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS), Mariona Sanz, esto demuestra que este tejido empresarial mantiene la competitividad, ya que su intervención supone mayor contratación (13.323 investigadores cuelgan de estas empresas) y una producción con un ratio de recursos y profesionales más eficiente. "[Todo] ha contribuido a posicionar a Cataluña como región innovadora fuerte en los rankings europeos", sostiene el informe.

Plantillas envejecidas y masculinizadas

Entre las problemáticas que el informe subraya está el progresivo envejecimiento de las plantillas. En el ámbito universitario, en 2021 había 3.000 investigadores predoctorales y 2.460 titulares, y la presencia de trabajadores de más de 55 años ha ido escalando un 4% desde 2018, por lo que ahora la representación de este grupo de edad ha subido hasta el 47% del total. En cambio, la de los que tienen 35 años o menos sigue estancada en torno al 7%. Por otro lado, el informe subraya que la pérdida de talento afecta especialmente a las mujeres: al inicio de la carrera representan a la mitad de los profesionales en plantilla, pero van perdiendo posición de forma sostenida a medida que aumenta la edad y el cargo, hasta reducirse al 20%.

Los expertos también coinciden en señalar la elevada burocracia como un problema para la innovación: aseguran que se ha agravado en los últimos años con la política de control del gasto público y las medidas contra el fraude, que han multiplicado procesos, controles y normativas que a menudo tienen poco sentido en la esfera universitaria y científica, puesto que son ámbitos que requieren adaptabilidad y agilidad. "Esperamos que el despliegue de la ley de la ciencia permita dotar al sistema BÚSQUEDA de herramientas de gestión adaptadas al entorno de la investigación, garantizando una autonomía de funcionamiento y una disminución de la burocracia", concluye el informe.

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