GENÉTICA

Descubren el gen de dormir pocas horas

Durante las horas que estamos en cama se llevan a cabo una serie de procesos de mantenimiento del cerebro

Descobreixen el gen de dormir pocas horas
19/09/2024
4 min

Shakespeare le hizo desear a Hamlet, en su famoso monólogo, una muerte que acabara con todos sus problemas, que él comparaba con la paz absoluta que se logra durmiendo. Porque dormir, efectivamente, es un estado de reposo total, necesario para los humanos, que nos permite empezar cada día con las fuerzas renovadas. Durante las horas que estamos en cama se llevan a cabo una serie de procesos de mantenimiento del cerebro, desde eliminar toxinas hasta consolidar los recuerdos, para dejarlo listo para una nueva jornada de actividad. Pero este tiempo que debemos cerrar los ojos varía mucho de una persona a otra: algunos necesitan dormir sólo unas horas, mientras que algunos parecen no tener suficiente. Ahora se acaba de identificar una mutación en un gen que podría ser, en gran medida, responsable de estas diferencias, porque permite a quien la tiene pasar con menos rato de sueño que el resto.

¿Cuántas horas debemos dormir?

No hay un número de horas seguidas que, por definición, los humanos tengamos que dormir. Sin embargo, se ha propuesto que necesitamos una media de siete u ocho, más en niños (hasta catorce) y menos a medida que nos vamos haciendo viejos. No llegar a estos mínimos tiene consecuencias negativas en nuestras capacidades físicas y mentales, como todo el mundo sabe que haya pasado una mala noche. También hay personas que se despiertan y, de inmediato, están preparadas para ponerse a trabajar, mientras que otras necesitan más tiempo para estar a punto. Las razones que explicarían estas diferencias todavía no están claras.

El grupo de la doctora Ying-Hui Fu, de la Universidad de California, ha publicado recientemente en la revista Science un estudio en el que se propone que el gen llamado DEC2 está implicado en la necesidad de dormir. El DEC2 fabrica una proteína encargada de desconectar otros genes y tiene una importante función reguladora. A través de estudios genéticos identificaron una mutación en ese gen que da a quien le hereda la capacidad de funcionar a pleno rendimiento con pocas horas de sueño.

Un encuentro familiar de mormones

Todo empezó cuando, en el 2005, el profesor Chris Jones, de la Universidad de Utah, acudió al encuentro anual de Johnson, una familia numerosa de mormones que tenían fama de dormir poco y levantarse llenos de energía. El investigador pidió permiso para recoger muestras de sangre de las cerca de 200 personas de las distintas generaciones que se habían reunido, a la vez que les preguntaba sobre sus hábitos nocturnos. Jones y Fu habían publicado hacía cuatro años el primer estudio que relacionaba un gen con el sueño (en ese caso, el responsable de un síndrome por el que los que la padecen se duermen pronto y se levantan pronto). Esto les hizo pensar que debía haber una base genética para otras características relacionadas con dormir. De ahí su interés por los Johnson.

Los análisis genéticos de miembros de la familia revelaron que todos los que invariablemente dormían poco, por mucho que se esforzaran en llegar a las siete horas mínimas, tenían una mutación en el mismo gen, el DEC2. Supusieron que ambas cosas podrían estar relacionadas. Para confirmarlo, generaron unos ratones transgénicos que tenían la misma mutación en el gen equivalente. Tal y como suponían, estos ratones dormían menos que sus congéneres, lo que demuestra que la mutación reduce la necesidad de dormir.

Curiosamente, en los humanos la mutación del DEC2 se asocia en la gran mayoría de casos con otras características que en principio no deberían tener nada que ver con el sueño, como ser extrovertidos y optimistas, ser muy productivos , tener buena memoria... y correr maratones. Parece como si el hecho de dormir poco se correspondiera con mayor actividad (mental y física), aunque no está claro hasta qué punto dependerían uno de otra. Esta hiperactividad la vieron también en los ratones transgénicos, que además eran capaces de recordar mejor.

Primer gen humano del sueño descubierto

Este trabajo es especialmente interesante porque antes sólo se habían descubierto genes similares en animales de laboratorio, pero no se había encontrado correspondencia de ninguno de ellos con un gen humano. El DEC2 es el primero que demuestra un control sobre la duración del sueño, tanto en ratones como en personas. Lo que todavía no se sabe es qué actividad tiene esa variante del DEC2 que permite dormir menos. La hipótesis que se está investigando es que permitiría realizar las tareas de mantenimiento del cerebro a mucha más velocidad y, por tanto, no serían necesarias tantas horas de sueño, pero esto aún está por corroborarse.

Artículos anteriores del mismo grupo de investigadores, publicados a partir de estudios con ratones, también han implicado otras mutaciones en este patrón de sueño corto (por ejemplo, en los genes ADRB1 o NPSR1). Esto significa que, muy probablemente, el rato que necesitamos dormir debe estar determinado por una red de genes que interaccionan entre ellos y que, además, es posible que esto se relacione con ciertos aspectos de la personalidad. Falta ver si existe alguna forma farmacológica de manipular alguno de estos genes para obtener resultados similares en personas que no tienen las mutaciones pero que preferirían tener que pasar menos horas en la cama.

Salvador Macip es investigador de la Universidad de Leicester y la UOC

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