Ni un día en casa

Bar Alegría: el sol de Cádiz se pone en Santa Coloma

Un local con alma andaluza que destaca en el mapa gastronómico de la zona

3 min
Diego con una botella de su ginebra y Cele con una bandeja de gambas de Huelva en la sala del restaurante.
  • Dirección: calle Massenet, 49 (Santa Coloma de Gramenet)
  • Carta: producto de Cádiz y Huelva bien cocinado y elaborado
  • Obligado: todo tipo de caparazón y el atún de Barbate
  • Vino: carta básica, vale la pena pedir el vino de la casa
  • Servicio: familiar, cercano y atento
  • Local: bar de barrio, de toda la vida
  • Precio final por persona: 50 € con vino

Cuando algún cliente le pide cómo se dice, la respuesta siempre es la misma: “Me llamo Diego, pero todo el mundo me conoce como camarero”. Ésta es la forma que tiene de presentarse, haciendo honor a su bar, un hombre alegre, carismático y cercano, Diego González, propietario junto a su esposa, Cele Cid, del Bar Alegría de Santa Coloma de Gramenet. Ambos criados en el barrio del Fondo, nacidos en Badalona por circunstancias de la época y con alma gaditana por sus raíces familiares. Hace casi medio siglo, en septiembre de 1975, los padres de Diego abrieron un pequeño bar con vistas a la plaza del Reloj, donde ofrecían cuatro tapas como el cazón, los calamares o los chocos para la gente del barrio. Con los años, la población fue cambiando, mucha gente decidió vender sus pisos y marcharse, fue creciendo la inmigración y eso les obligó a hacer una reconversión que, sin saberlo en ese momento, les ha llevado a destacar en el mapa gastronómico de la zona.

La cocina del Bar Alegria es territorio exclusivo de la Cele. Ella es quien recibe y ejecuta los pedidos de Diego, que recorre solo las pocas mesas del local, y el fin de semana se añade su hermano, Víctor, que controla su barra. Todos ellos han crecido entre las cuatro paredes de este humilde bar y lo han aprendido todo de su familia. Con sólo trece años, Diego dejó de estudiar y se arremangó para ayudar a sus padres a sacar adelante el negocio que les daba para vivir, y tiempo después se incorporó Cele, que tiene un talento innato para la cocina, pero que aprendió mucho de su madre y también de Diego, su suegra, pionera en los fogones del Bar Alegría. Las exigencias de los clientes dejan poco tiempo para la creatividad, pero cuando saca un agujero de su poco espacio vital, Cele se inventa algo para marcar la diferencia. Nosotros hemos tenido doble suerte y podemos probar como preámbulo unos boquerones en escabeche espectaculares acompañados de una simple rebanada de pan, y una joya para el postre que nos hará emocionar. Pero antes llega la teca principal.

Diego nos advierte que si queremos probarlo todo tendremos que volver a visitarlos y, leyendo un papel escrito a mano, empieza a recitar la alineación de lo que tiene para comer. Escogemos coquinas, gamba roja y navajas, todas portadas de Isla Cristina. Añadimos el atún de Barbate hecho a la plancha con un toque de sal, que se deshace en la boca, y las sardinas a la plancha con una picadura suave de ajo y perejil que resalta su potencial. Rompiendo la tradición, hoy hemos escogido una botella de Tierra Blanca, un vino blanco sencillo de Cádiz, de las bodegas Páez Morilla, que casa perfectamente con este estilo de cocina del sur. Y todavía queda alguna sorpresa.

“Esta tarta de queso la hice ayer en mi casa, pero no tengo tiempo de hacerlo todos los días”, dice Cele saliendo de la cocina con un plato que hace salivar nada más ver su contenido. Al mismo tiempo, Diego se acerca a nuestra mesa con una botella blanca que luce como un trofeo: "Herencia de Cádiz, gin premium", se lee en la etiqueta. Es la marca de ginebra que tienen él y su hermano y que se elabora en Puerto de Santa María. "Una ginebra que tiene el color de la puesta de sol de Cádiz y que hay gente que se la bebe sola", explica él. La metáfora no puede ser más acertada: de tonalidad amarillenta, cítrica y aromática, cuatro tragos y algo de imaginación pueden transportarte a una puesta de sol gaditana. Son sólo unos segundos, hasta que toca volver a la realidad, que en este caso también es placentero. Hemos comido en casa Diego y Cele, y sabemos seguro que volveremos, para ver cómo el sol de Cádiz se pone en Santa Coloma de Gramenet.

Recuerda que la mejor opción para disfrutar de esta propuesta gastronómica son los servicios de Renfe Cercanías

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