Ni un día en casa

Casa Elisa: Pilar cumple un sueño

Un restaurante donde se come bien ya buen precio en Sant Feliu de Guíxols

Un miembro del equipo del restaurante acabando de preparar una mesa en la sala.
  • Dirección : Placa del Mercat, 23 (Sant Feliu de Guíxols)
  • Cocina : De autor con toques mediterráneos, orientales y franceses
  • Obligado : Arroz seco a la lata con gamba roja, sepia y trompetas de la muerte
  • Vino : Con opciones para elegir
  • Servicio : Rápido y eficaz
  • Local : Acogedor y con espacio
  • Precio final por persona : 35 €

Durante muchos meses Pilar se sentó en la terraza de un bar en la encantadora y bulliciosa plaza del Mercado de Sant Feliu de Guíxols. Un lugar que para muchos es simplemente un paso obligado para realizar compras o gestionar trámites en el Ayuntamiento, pero para Pilar esta plaza se convirtió en su pequeño refugio de reflexión. Cada día pedía un café y se tomaba su tiempo observando un local vacío justo delante de él, que llevaba años abandonado. Y cada día la misma pregunta le rondaba por la mente: "¿Y por qué yo no puedo...?" Este local había sido, en otro tiempo, Can Saura, un restaurante emblemático de la zona que tuvo su mejor época en los años cincuenta, pero con el paso del tiempo el abandono y el desuso lo había convertido en un espacio vacío y desolado.

Sin embargo, la vida tiene una extraña forma de sorprendernos, ya Pilar Ceperuelo le llegaron las casualidades y los milagros a la vez. Un antiguo cliente de sus negocios previos en el mundo de la hostelería le presentó Joan Albó, el propietario del local que ella tanto ansiaba. En poco tiempo ambos llegaron a un acuerdo, y después de un año de trabajo intenso, con pintura, reformas y algún quebradero de cabeza, Pilar inauguró, en el 2014, Casa Elisa. Un restaurante creado a su medida y que rápidamente se consolidó como un sitio donde se come bien ya buen precio. Con su experiencia en el oficio –ha pasado por cocinas de París y Catalunya– diseñó una carta con productos de calidad que fusionan sabores mediterráneos, orientales y franceses. Mientras nos sirven la ensalada de chipirones a la andaluza con tomates, vinagreta del Espinaler y aire de Martini que pedimos para compartir, llenamos las copas de vino con el Peligru, un tinto de la Bodega Juego del Empordà.

Añadimos, primero, los maquis de butifarra negra con piñones y unas croquetas de bacalao. De segundo, imprescindible el tataki de atún rojo con helado de sésamo tostado y también el pescado del día, en este caso nosotros disfrutamos del rape de costa la plancha con crudo nido de patata. Una de las señas de identidad de Casa Elisa es el arroz, nosotros apostamos por el seco en la lata con gamba roja, sepia y trompetas de la muerte. Habríamos repetido tres platos más. de vainilla de Madagascar. Al terminar nuestra comida, nos despedimos de Pilar con un sonreír cómplice. Salimos del restaurante, caminando por la plaza del Mercat, ese mismo lugar donde ella soñó en su futuro. hacer realidad sus deseos?), finalmente se hizo realidad. Mientras el sol se va poniendo y las luces de la plaza comienzan a encenderse, uno no puede evitar pensar que, de veces, el mejor ingrediente en una receta de éxito es la valentía de seguir tus propias ambiciones, sin importar cuántas veces te preguntes: "¿Y por qué yo no puedo…?"

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