La elección del Amparo

Mi padre, a los cinco años, nos hacía hacer vino

La Coma del Genís, como cualquiera de los otros vinos de Orto Vins, debe probarse sin dudarlo

3 min
Una botella de La Coma del Genís.
  • Variedad: picapoll
  • DO Montsant
  • Añada 2020
  • Productor: Orto Vins
  • Para tomarlo solo escuchando Waiting for love de DJ Avicii y leyendo Jardín junto al mar , de la Rodoreda.

Si ustedes, lectores vinícolas, van siguiendo estas aventureras y epicurias páginas, habrán leído que muchos de los artistas que salen, los que hacen vino, han sido alumnos de Joan Asens. Hoy, tenemos aquí al maestro. Este campesino y poeta, como Verdaguer, un Dalí y un Josep Pla al mismo tiempo. Un fan de Daft Punk, que se emociona pisando el viñedo.

El vino que les propongo no lo hace él y lo hace él. Lo hace su hijo, Genís, y de ahí el nombre, y esta etiqueta, que se aparta de las que todos ustedes conocen de Orto Vins. “Mi padre –dice Juan– nos hacía hacer vino. A los cinco años nos regaló una prensa. Y yo a mi hijo le hago hacer vino desde los tres”. El vino que hacía el niño Genís, que ahora tiene veinte años, era vino de fresa. De una sola cepa. Es una uva que no es agradecida de comer, siempre hará un vino rosado. Y un día, el niño dijo: "Quiero hacer un vino mío". Y en el 2010 plantaron un viñedo de picapollo negro. Este viñedo, que hace quinientas o mil botellas, dependiendo de si ha llovido, es el que tienen en la botella de hoy. Por eso, Genís dijo: “Ponemos la etiqueta del abuelo”, la etiqueta que el abuelo hacía cuando el niño Joan Asens hacía vino.

Joan empezó a trabajar para Álvaro Palacios. En el año 89 hicieron la primera cosecha del Terrasses. Una cosecha, por cierto, que era de vino de la cooperativa de Poboleda. Él, Joan, estaba haciendo de profesor en la Escuela de Enología de Falset. Él y Álvaro se encontraban por los bares y de ahí salió la afinidad. Iban mucho, dicen, por el famoso Café Mañé, de Falset, un precioso bar musical musical, que ahora está cerrado y donde se sentía pop británico. Puedo decir que he cantado Compuesta y sin novio con Álvaro Palacios en su bodega (no diré qué bebíamos, porque como Cervantes no quiero recordarme). Joan compaginó su trabajo con Álvaro con la escuela hasta el año 98. Entonces, ya hacían más de 100.000 botellas del Terrasses y dejó la enseñanza. En el 93, por cierto, salió el mítico vino L'Ermita.

Joan Asens sabe demasiado

En 2003, el padre de Joan murió. “Somos campesinos. Mi padre iba cada día al campo. Afronté llevar las tierras, trabajando con Álvaro. Piensa que el padre había sido presidente de la cooperativa de El Masroig durante 16 años”. En el 2000, allí, sólo la cooperativa de Capçanes embotellaba. Ahora, la cooperativa del Masroig es un puntal, admirado, en el mundo del vino de Catalunya. Y decidió fundar “Orto vinos”. Hoy es una bodega puntera, extraordinaria. Compren lo que quieran de Orto vinos, del precio que sea. Me juego un pezón que dirán: “¡Sí!” No habrán probado nada igual. Todo el mundo, en este mundo, siempre se escuchará a Joan Asens. Sabe demasiado.

La idea de Joan es hacer lo que siempre se ha hecho donde están. Antes, por ejemplo, los abuelos, los tatarabuelos, en casa tenían bocoyes (les hablábamos la semana pasada, con el vino de Xavi Nolla). El bocoy duraba toda la vida. Por tanto, ¿eso qué indica? Que hace falta hacer vino en bota vieja. El vino de bota vieja sacará más fruta y menos estructura. Bien. ¡Hacia aquí va el mundo, ahora! La Coma del Genís fermenta en botas abiertas (abiertas, ¿eh?) de madera. Aplastan la uva y con la pizca de rapa la maceran durante un ciclo lunar. 29 días. Los microorganismos están en la piel, son los que ayudan a los fenómenos –tan mágicos– de la microbiología. Y van muy atados a la luna. En el sistema de elaboración típico de la región, la uva –hablamos de tintas– siempre se aplastaba. Claro, si una uva negra no está bien madurada y la aplastas, te dará notas herbáceas, taninos... Con el grano entero, eso no ocurre. Fíjense, Dominik, del admirado Terroir en el Límite, cosecha las cariñenas muy pronto, porque –inteligentemente y sabia– fermenta el grano entero. Podemos atropellar porque estamos en el Mediterráneo. El vino es un alimento y en la piel hay gran parte de este alimento; los polifenoles.

Por cierto, uno de los vinos del Joan Asens, Les Talladas de Cal Nicolau, acaba de ser reconocido como Vino de Finca Calificada por el Incavi. Las manos de Joan Asens vuelven oro todo lo que tocan. No pueden perdérselo.

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Agència Catalana de Residus
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