Ni un día en casa

El Racó d'en Binu: dos estrellas en la cocina y en el comedor

El restaurante de Argentona, con Francesc Fortí en la cocina y Francina Surinyach en la sala, vive uno de sus mejores momentos

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Francina Surinyach y Francesc Fortí su famoso un suflé helado de naranja.
  • Dirección: Avenida de Puig i Cadafalch, 14, Argentona (Barcelona)
  • Cocina: Francesc dice que “de cocina sólo hay la buena y la mala”, ya sabéis cuál es la suya.
  • Obligado: erizos de mar el Racó d'en Binu
  • Vino: carta con bastantes referencias pero pocas catalanas
  • Servicio: amable, cercano y profesional
  • Local: comedor clásico que conserva el encanto del primer día
  • Precio final por persona: 100 € con vino, si hace menú degustación

Cada día cuando se levanta, lo primero que hace Francesc es entrar en la cámara frigorífica para elaborar el hojaldre. Es la base de su insuperable pastel de fruta y la hace dentro de la nevera por un motivo tan lógico como sencillo: “En el hojaldre yo pongo mantequilla de verdad, no otros derivados, y si no la hago dentro de la cámara, revienta”, explica Francesc Fortí, que a sus setenta y cinco años se siente más joven que nunca al frente de la cocina del Racó d'en Binu, en Argentona. Tras el hojaldre, construye su famoso suflé helado de naranja, una auténtica delicia de la que sólo él sabe el secreto: “Me han pedido muchas veces la receta y, de momento, no la pienso dar. ¡Que se jodan!”, exclama con cierta indignación mezclada de ironía. Es un hombre de carácter pero también de buen corazón, que seguro que al final lo revelará, deseando que durante muchos años la gente siga probando su legado. Él solo gestiona la cocina, y su esposa, Francina Surinyach, con ochenta y un años, se encarga de la sala conservando una elegancia y una energía que sólo pueden admirarse.

La historia de la familia ha ido siempre ligada al mundo de la hostelería, ya desde el siglo XVIII, cuando los abuelos de la bisabuela de Francesc regentaban una fonda con cinco habitaciones en la plaza de la Iglesia con clientes como los oficiales de Napoleón. El cambio importante llegó mucho después, en 1932, cuando los abuelos de Francesc, entre ellos Albino (conocido en el pueblo como Binu), abrieron el hotel Colón en la plaza Nova de Argentona. A finales de los sesenta, la villa se llenó de turistas, pero la construcción de hoteles en la costa se llevó a la clientela y tocó reaccionar. La forma de hacerlo fue inaugurando El Racó d'en Binu, un restaurante con una cocina diferencial que llegó a conseguir dos estrellas Michelin, la máxima distinción de la guía en aquella época, que sólo tenían cinco restaurantes en todo el Estado. Reconocimientos que Francesc dejó de tener porque él quiso renunciar, molesto y cansado de que se valorara poco la cocina y demasiado la imagen. A partir de ahí, el restaurante se fue apagando y cayó en el olvido, pero con el quincuagésimo aniversario, en el 2020, volvió a encenderse la luz. Y con mayor fuerza que nunca.

Visitar el Raco d'en Binu es hacer un viaje al pasado. Conserva el diseño de Antoni de Moragas del primer día, con las mesas redondas de manteles blancos y sillas de madera con almohadas rojas alrededor de la chimenea, como si fuera el comedor de casa. La carta tampoco ha cambiado, y es buena idea probar el menú degustación (90€ + IVA), donde están las mejores obras de Francesc. Como entrantes: paté de foie-gras de la casa; salpicadura de langostinos, setas y trufa; alcachofas rellenas de langostinos y los míticos erizos de mar Racó d'en Binu, una de las grandes creaciones de Francesc que cree que poca gente le ha reconocido. Los segundos: lubina en la papillote-sauce riche; y solomillo de ternera que lleva su nombre. Y de postre, el suflé helado de naranja, la tarta de fruta de la casa y los últimos tragos de la botella de Gran Caus (DO Penedès), que ha redondeado una experiencia gastronómica inolvidable.

El Racó d'en Binu vive uno de los mejores momentos de su historia. Este 17 de febrero cumplió cincuenta y cuatro años de la inauguración y Francesc lo ha celebrado con un menú especial y un escrito donde le agradece a su maestro directo, Ignasi Domènech, haberlo formado como lo que es, un gran cocinero. Un agradecimiento emotivo y sincero, como el que él y Francina vuelven a recibir de sus clientes: “Pensábamos que esto se llenaría de gente mayor porque esta cocina ya no la hace nadie, pero está lleno de juventud, y eso nos hace muy contentos!”, exclaman ambos. Francesc y Francina, ellos son las dos estrellas del Racó d'en Binu, en la cocina y en el comedor.

Recuerda que la mejor opción para disfrutar de esta propuesta gastronómica son los servicios de Renfe Cercanías

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