Ni un día en casa

El restaurante que está conquistando paladares en Sant Pere de Ribes

Caburé es el sueño hecho realidad de Maribel Adán, donde sirve cocina mediterránea y de proximidad

Maribel Adán con un tomate rosa de Barbastro en mano en una de las salas del restaurante Caburé.
  • Dirección : Calle del Racó, 6. Sant Pere de Ribes
  • Carta : Cocina de aquí con toques orientales
  • Obligado : Timbal de pies de cerdo deshuesado con butifarra negra, judías de Santa Pau y setas
  • Vino : Carta corta pero bien encontrada
  • Servicio : Eficiente y rápido
  • Local : Estilo mediterráneo
  • Precio pagado por persona a: 35 €

Situado en un rincón privilegiado y recóndito de San Pedro de Ribes, el Caburé es mucho más que un restaurante, es el sueño hecho realidad de Maribel Adán. Desde que abrió sus puertas en enero del 2017, este pequeño escondite ha sabido captar la atención por su cocina sencilla, mediterránea y con productos de temporada. Con estos ingredientes se ha convertido en un restaurante referente de la zona, dónde la clientela va desde el primer día con la confianza de que siempre serán bienvenidos y satisfechos. "Hay quienes nunca fallan, siempre vienen y siempre salen con una sonrisa", dice orgullosa Maribel. Antes de convertir su sueño en realidad, ella era comercial, pero en las horas libres dedicaba tiempo a su verdadera pasión: la cocina. "Me fascinaba, no paraba de cocinar y soñaba con tener mi propio local", confiesa. La oportunidad llegó hace ocho años, cuando decidió dejarlo todo para abrir el Caburé. "No lo dudé. Fue un salto de fe, pero sabía que era lo que quería hacer. No ha sido fácil, pero lo he conseguido", añade con una sonrisa llena de determinación.

El restaurante se encuentra en una antigua Masía, construida alrededor del año 1800, que en sus orígenes fue un establo para animales. La decoración y distribución del local son una declaración de intenciones: evocan el estilo mediterráneo con paredes blancas que crean un ambiente cálido y acogedor, perfecto para desconectar y disfrutar de una buena comida en buena compañía. Cada rincón refleja el esfuerzo y la pasión de Maribel por crear un espacio donde los clientes puedan sentirse como en casa.

Maribel tiene muy clara cuál es la fórmula gastronómica de su éxito: ofrecer un menú semanal por 19 €, con seis primeros y seis segundos, y una carta corta pero variada los fines de semana, con platos más tradicionales. La experiencia comienza con unas anchoas del Cantábrico y pan con tomate, para después disfrutar con el ravioli de foie con tartufata y parmesano, o las piruletas de gambas en salsa masala. "Me gusta hacer cocina de aquí, pero también incorporar toques orientales, como esas gambas o el tártaro de atún", explica Maribel, que combina el mejor de los dos mundos para sorprender a sus comensales.

En los segundos, la variedad continúa: un bacalao de la casa con suflé de alioli sobre una base de tomate casero, patata al horno y pimientos de Padrón, y un carpaccio de pulpo con ñoquis de patata violeta. Para los amantes de la carne, el tambor de pies de cerdo deshuesado con butifarra negra, judías de Santa Pau y setas de temporada es una opción que le cautivará. Para acompañar, Jordi, el jefe de sala, nos recomienda un Vibacu del Penedès, un vino tinto con las variedades de tempranillo y mazuela.

El postre: suflé de zanahoria con pistachos que compartimos como buenos hermanos. Hacemos el café y las copas en la terraza frente a la entrada del local. Se respira paz y tranquilidad. Se nota que los clientes han encontrado un restaurante con muy buena teca y un rincón para desconectar y recargar. "En las noches de verano con las lucecitas, esta parte es mágica". Maribel tiene claro que se jubilará y dejará huérfano la cocina de esta Masia que inauguró hace unos años con esfuerzo y dedicación, pero reconoce que mantener un negocio así es complicado y esclavo. Recuerda cómo pensó el nombre del restaurante. "A mi hija cuando era pequeña le decía búho, pero el nombre estaba cogido y caburé es un sinónimo", dice sonriendo.

Al mirar atrás, Maribel siente en el corazón el orgullo de haber convertido un sueño en realidad, porque sabe que el Caburé no es sólo un restaurante; es un testimonio de pasión, perseverancia y amor por la vida y la cocina. Y aunque el tiempo pase y nuevas historias empiecen, el espíritu de Maribel y su rincón mágico en Sant Pere de Ribes continuarán siendo un refugio para los que busquen un lugar donde poder sentirse como en casa, donde la magia y la sencillez se derritan para que los sueños, cuando se cultivan con corazón, dejan una huella eterna a quien los vive.

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