Un vino ancestral con amor de 'madre'

Marta Clot trabajaba de sumiller en la cadena de tiendas de vino Wine Palace y allí se dio cuenta de que los compradores siempre le hacían las mismas preguntas. Preguntas sobre maridajes, sobre denominaciones de origen o sobre tipos de uva. Contestando a estas preguntas tuvo la idea de crear "contenido" sobre vino para gente "no entendida". Comenzó con un nombre, Vino y compañía, que después cambió por el de La de los vinos, porque Vino y compañía, me cuenta, costaba decir y recordar. Hoy es una reconocida y seguida creadora de contenidos en catalán, también en castellano, en Instagram y TikTok. Sus vídeos (no sé si se llaman vídeos, que soy una antigua), para utilizar la palabra clásica, son desenfadados y se dirigen, de tú a tú, con detalles informales nada académicos, buscando el humor, a un público no experto y seguramente joven, pero no sólo. En el mundo del vino, en fin, ser y sobre todo estar desenfadado es ya un valor. Hay muchas formas de comunicar, claro, y diría que todas suman. Porque lo único necesario es que el vino esté en las mesas y que los campesinos (sin campesinos no hay vino) se puedan ganar la vida.

Muchos sumilleres acaban elaborando su propio vino, y en estas páginas han salido algunos. Marta también lo ha hecho, y el segundo (las 300 botellas del primero se acabaron enseguida) es el que tenemos hoy en la copa. La cursiva del verbo hacer es porque se ha acompañado de una bodega, que admiramos mucho (y que también ha salido en estas páginas): Alta Alella. Con Alta Alella han creado el ancestral de hoy. Se llama AA, justamente, por cuestiones de iniciales.

Un ancestral, a diferencia de un espumoso hecho con el método tradicional, hace una sola fermentación, que comienza en el depósito o en la bota y termina en la botella, donde se formarán las burbujas mágicas. El vino espumoso más antiguo del mundo es ancestral, nuestros ancestros siempre han hecho ancestral y no me canso de repetir que al monje Dom Pérignon le salió un ancestral sin querer, cuando –nos creemos la leyenda– captó que el tapón de una botella salía disparado, dio un sorbo del líquido que derrama: ¡se tragó el líquido que derrama!

La ancestral de Marta es de pasa rosada (una variedad a descubrir y amar, de la DO Alella) y ella misma dice (quien mejor para comunicar su vino) que es "sin filtros y atrevido" y un poco de pinot noir. Este "sin filtros" es literal, no lo han filtrado, por lo que las madres pueden verse en el fondo de la botella. Y en la misma botella encontrará una recomendación: girarla suavemente para que estas madres se mezclen con el vino y "le aporten más volumen y textura". Es decir, hacen una virtud del turbio. De ahí que hablemos, pues, de amor de madre. Por eso es "atrevido", y también porque verá que está tapado con una chapa, como si fuera cerveza. Es una declaración de intenciones: busca la informalidad. Encontrará frutas, pero boscanas, como frambuesas o grosellas. Quizás encontrará granada e incluso pomelo. Si lo prueba, querrá más.

Muchos de los seguidores, jóvenes o no, de Marta, que seguramente consideran que un negro con cuerpo no les entra, disfrutarán, en cambio, de su ancestral (¡pero no hay suficientes botellas para todos los seguidores que tiene!). La ancestral de Marta, claramente, es una declaración de intenciones. Es ella. Tiene nervio, frescura, diversión y, como hemos dicho, ningún filtro.

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