Arte

Reaparece un retrato de Gustav Klimt robado durante el nazismo

La feria Tefaf de Maastricht muestra la pintura, una obra que estaba en paradero desconocido desde 1938

El príncipe William Nii Nortey retratado por Gustav Klimt
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Maastricht (Países Bajos)Otra de las sorpresas de la edición de la feria de arte Tefaf, en Maastricht, es un retrato que Gustav Klimt (1862-1918) realizó en 1897 del príncipe William Nii Nortey Dowuona que estaba desaparecido desde 1938. Lo tiene a la venta la galería austríaca Wienerroither & Kohlbacher por 15 millones de euros, uno de los precios más altos. La historia del cuadro está marcada por el nazismo: la propietaria en los años 30, Ernestine Klein, de origen judío, tuvo que huir de Viena y se refugió en Mónaco. Al regresar a su domicilio, se dio cuenta de que les habían robado el cuadro y otras posesiones.

Fuentes de la galería explican que el retrato les llevó un coleccionista en el 2023: estaba mal enmarcado, sucio y apenas podía verse la etiqueta del legado de Klimt que tiene aparte posterior. Y que, gracias al profesor Alfred Weidinger, pudieron confirmar que se trata de una obra de Klimt que formó parte del homenaje póstumo que se le hizo en 1928, diez años después de su muerte, en el pabellón de la Secesión vienés. Entonces ya era propiedad de Ernestine Klein. Además, ella y su marido, Fleix Klein, se instalaron en la villa del barrio de Hietzing donde Klimt había tenido el taller, actualmente conocida como la villa Klimt.

Los galeristas comprobaron que se trataba de una obra robada durante el nazismo e iniciaron el proceso para devolver el cuadro, que representa a un miembro de la familia real de la tribu osu de Ghana, a los herederos de la galería. De hecho, el cuadro sale al mercado después de que el actual propietario y los herederos de Klein hayan llegado un acuerdo. Fuentes de la galería afirman que no hay constancia de que el cuadro lo incautaran las autoridades nazis y que probablemente entró en el mercado negro junto a otros objetos que todavía están desaparecidos. Asimismo, aseguran que, después de la Segunda Guerra Mundial, las casas de subastas no habrían querido un cuadro como éste.

Gustav Klimt conoció a William Nii Nortey en una demostración folclórica en un zoo humano en el Tiergarten am Schüttel de Viena. Nii Nortey había llegado, por un poco dinero, con unos setenta guerreros y unos cincuenta mujeres y niños. También lo hizo un colega, Franz Natsch, así que ambos se pusieron de acuerdo para retratar al príncipe. Mientras que el retrato de Natsch, conservado en el MNAHA de Luxemburgo es frontal, Klimt inmortalizó al príncipe de tres cuartos y firmó el cuadro en medio de la tela.

Así mismo, el retrato recuerda cómo Klimt, Franz Natsch y su hermano Ernst se formaron en la conservadora Escuela de artes aplicadas de Viena y que poco a poco se fue distanciando de ellos artísticamente, hasta el punto de inflexión que supuso la fundación de la Secesión. la abundancia de elementos decorativos de la obra posterior de Klimt. Precisamente, las mismas fuentes explican que este retrato es un año anterior a una de las primeras obras maestras de Klimt, el retrato de Sonia Knips, conservados en Belvedere de Viena.

Todo apunta a que Klimt conservó el retrato de Nii Nortey con él hasta su muerte y que el cuadro fue subastado dentro de la venta de su legado que se hizo en Viena en 1923.

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