Gene Hackman murió una semana después de que su esposa
El actor murió de una enfermedad del corazón y Betsy Arakawa de hantavirus

La muerte del actor Gene Hackman fue por causas naturales. Este viernes se han hecho públicos los resultados de la autopsia, que revelan que el actor falleció a consecuencia de una enfermedad cardíaca. Su esposa murió por una infección de hantavirus una semana antes que él. Los cuerpos de Hackman y su esposa fueron hallados sin vida en su domicilio de Nuevo México. En un comienzo las autoridades consideraron las muertes sospechosas, por lo que abrieron una investigación. Las primeras pruebas que se realizaron para conocer las causas de las defunciones descartaron una intoxicación por monóxido de carbono.
Con los resultados ya definitivos de las autopsias, las autoridades han informado de que Hackman, cuyo cadáver fue hallado en el vestíbulo de la vivienda, murió de una enfermedad coronaria. La autopsia también revela que el actor presentaba síntomas severos de Alzheimer, algo que los médicos consideran que habría contribuido de forma decisiva a su muerte. Hackman, de 95 años, murió una semana más tarde de su mujer, Betsy Arakawa, de 65. En este caso, la autopsia considera que el fallecimiento fue provocado por un síndrome pulmonar provocado por una infección de hantavirus. Su cuerpo fue encontrado en el baño, junto a un bote de medicamento abierto y con píldoras esparcidas por el suelo. El hantavirus es muy poco frecuente pero suele ser letal, esparciéndolo las heces de los ratones.
Con su aspecto de hombre corriente y sin afectación, Hackman llegó al cine durante la década de los sesenta, justo cuando los directores estadounidenses se abrían al realismo ya las nuevas corrientes europeas. El cine estadounidense encontró en él a un actor versátil y creíble, capaz de revisar el arquetipo de hombre duro configurado durante la época dorada de Hollywood por Humphrey Bogart y James Cagney, pero también de mostrar su fragilidad de hombre vulnerable. Fue con The French connection (1970), el trepidante thriller con la que William Friedkin dinamitó las convenciones narrativas del cine norteamericano importante el estilo casi documental de la Nouvelle Vague francesa, que Hackman ganó el Oscar por su interpretación.