Lo mejor que Finlandia ha legado al mundo no es el modelo educativo
El estreno de 'Fallen leaves' es una buena excusa para recuperar en Filmin la obra íntegra de Aki Kaurismäki, con un documental sobre su sala de cine de colofón
- Disponible en Filmin
Lejos de las narrativas nostálgicas y crepusculares al estilo de Cine Paradiso, el documental Cinéma Laika celebra la construcción y apertura de una nueva sala de proyección. Este filme de Veljko Vidak acompaña el proceso de conversión de una antigua fundición en Finlandia en un nuevo espacio para estrenar películas. La particularidad del proyecto radica en que uno de sus dos impulsores es el director Aki Kaurismäki, originario del lugar. Cinéma Laika tampoco es un documental típico. La película sintoniza con el tono y las inquietudes de la obra de Kaurismäki y muestra hasta qué punto esta iniciativa podría ser una traslación al mundo real de los universos obreros utópicos de filmes como Le Havre (2011) y Fallan leaves (2023). Estamos en Karkkila, una villa industrial a unos 60 kilómetros de Helsinki que mantiene activa parte de su actividad siderúrgica mientras intenta reformar los espacios en desuso. Su situación privilegiada en medio de la naturaleza la ha convertido en un destino para artistas de todo tipo, sin que ello suponga una amenaza gentrificadora. La nueva sala de cine parece integrarse en el talante de la comunidad que le rodea.
La estructura del film recuerda la de los cortos de Coffee and cigarettes de Jim Jarmusch, buen amigo de Kaurismäki que también acaba apareciendo en Cinéma Laika en conversación con la crítica de cine Amy Taubin. En esta mirada coral a Karkkila, los aldeanos se presentan socializando sin prisa en pareja o en pequeños grupos. Juegan al ajedrez, beben cerveza y charlan sobre películas o música. Kaurismäki se hace presente casi como un secundario más, en una partida de billar en el bar donde toca un grupo de rock de la vieja escuela. Debemos esperar casi al final para que nos explique los motivos que le llevaron a implicarse en la apertura de este nuevo cine, cuya inauguración se nos muestra sin aspavientos, casi de lejos, mientras los trabajadores de la siderurgia siguen con su trabajo.
Cinéma Laika es un buen colofón, o si desea la puerta de entrada, a la integral de la obra de Aki Kaurismäki disponible ahora mismo en Filmin. El éxito de Fallan leaves, la mejor película del 2023 según el ARA, ha renovado el interés por uno de los cineastas indiscutibles del panorama actual. Un director que de hecho nos acompaña desde hace décadas. Desde que encontramos en sus filmes –del abismalmente triste La chica de la fábrica de cerillas (1990) en la esperanzadora Nubes pasajeras (1996) pasando por la neonoir Contraté a un asesino a sueldo (1990) o las comedias absurdas en largo y corto protagonizadas por los Leningrado Cowboys– un refugio de resistencia estética y política frente al embate cada vez más brutal del capitalismo y la globalización.
Kaurismäki lleva a cabo una práctica de un cine de vocación profundamente popular sin entregarse a las imposiciones de la comercialidad. En su mundo no se ven dispositivos digitales, coches modernos ni ciudades desbordadas. Pero esto no significa que viva aislado de las problemáticas del presente. No renuncia a su universo, pero lo hace permeable a las necesidades de los demás. Sus historias siempre se sitúan del lado de la clase obrera, con una serie de personajes lacónicos, de humor ceñudo, talante rockero y dignidad insobornable. Protagonistas que coinciden siempre en algún bar que nunca aparecía en Tripadvisor, donde suenan tangos finlandeses y toca alguna banda de rockabilly. O quizás en algún cine como el que ahora ha inaugurado en Karkkila, porque él se sentía en deuda con la ciudad en la que creció. Como nosotros siempre sentiremos un agradecimiento infinito por la mejor aportación de Finlandia al mundo.