Descifrando las entrañas de la extrema derecha

Se publican dos novelas para entender el neofascismo hoy: 'Lux' y 'Lo que falta de noche'

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Manifestación del 12 de octubre del 2019 en Barcelona

BarcelonaEl 14 de febrero de 2021 217.883 catalanes votaron a Vox. Era la primera vez que el partido de extrema derecha se presentaba a unas elecciones catalanas, pero hacía tiempo que los analistas políticos pronosticaban su entrada en el Parlament. En los últimos años el auge de las ideologías neofascistas en Europa ha actuado como una premonición para la política catalana y española. Para entender el fenómeno del movimiento, los escritores han decidido lanzarse de cabeza y hacer literatura. Mario Cuenca Sandoval (Sabadell, 1975) acaba de publicar Lux (Seix Barral), una novela que imagina la extrema derecha gobernando después de la pandemia, y Laurent Petitmangin (Lorena, 1965) debuta con Lo que falta de noche (Literatura Random House), la historia de un adolescente que se integra a un grupo de jóvenes fascistas. Los dos se suman a la reedición del ya clásico La ola de Todd Strasser (Blackie Books), sobre el experimento educativo de radicalizar una aula.

El hombre blanco y heterosexual, víctima de la sociedad

Desde la ficción, los autores buscan respuestas para comprender un movimiento que cada vez toma más fuerza en nuestro país. Y a pesar de que el neofascismo no es homogéneo, una característica común caracteriza prácticamente todos sus grupos: la preeminencia de los hombres blancos y heterosexuales. "En la nueva derecha, sobre todo en los Estados Unidos, hay mucha tendencia a presentar al hombre blanco heterosexual de clase trabajadora como víctima de la globalización, alimentando la idea que nadie se preocupa por ellos", explica Cuenca Sandoval. En Lux , el protagonista es un catedrático de universidad blanco que, ante la fuerza de luchas como la feminista o la de los derechos LGTBI, se siente excluido de la sociedad. "Ha perdido todo lo que tenía en su vida y se abraza a esta idea. Las formaciones de extrema derecha crecen aprovechando el sentimiento de exclusión de los hombres blancos, y dando validez así a sentimientos homófobos y racistas", añade el escritor. La ideología neofascista consigue atraer sobre todo a la clase trabajadora, un hecho que Laurent Petitmangin atribuye al "agotamiento" del colectivo. "Tienen la sensación de que la lucha sindicalista ya no da ningún fruto", señala el escritor, que en Lo que falta de noche imagina a un joven de familia humilde que forma parte de un grupo neonazi. Sobre los motivos por los que alguien puede inscribirse a estos movimientos, Petitmangin da dos razones más: "Puede ser que sea más fácil culpar de tu situación individual a la sociedad o bien simplemente que estas personas sean sinceras, que quieran cambiar las cosas y crean que la manera más eficaz es la extrema derecha". 

El neofascismo conecta más con los jóvenes que no con la gente mayor. Petitmangin lo vincula a la necesidad de tener un apoyo emocional fuera de la familia durante una de las etapas vitales más complicadas. "En la adolescencia hay un deseo de compromiso, de solidaridad, que se puede encontrar en un grupo de estas características", destaca el escritor. Su protagonista todavía arrastra el luto por la muerte de la madre y se encuentra con un padre perdido que no le sabe ayudar. El libro relata el alejamiento progresivo del uno y del otro y todas las dificultades emocionales con las que se encuentra el progenitor cuando intenta combatir esta distancia. "Quiero mostrar una situación donde a priori todo es prometedor. El hijo tiene un buen entorno y saca buenas notas, pero de repente el engranaje deja de funcionar. Pasa de forma muy suave. El chico abandona sus antiguos amigos poco a poco y se encuentra dentro de un movimiento radical", dice Petitmangin. Como él, también Cuenca Sandoval rompe con el arquetipo de militante de extrema derecha y vehicula la acción a través de un hombre culto, nada manipulable y alejado de la violencia. "Me interesaba explorar como, sometiéndolo a peripecias personales terribles, empieza a desarrollar rencor y resentimiento hacia los inmigrantes. Toda la novela consiste en el proceso por el que pone su inteligencia al servicio de justificar estas emociones primarias", subraya el autor de Lux.

Noticias falsas para ganar adeptos

La extrema derecha juega con la idea de que solo ellos tienen la verdad absoluta y que el mundo conspira para que no se sepa. Lo hacen, paradójicamente, con una estrategia poderosa en las redes sociales y a menudo avalada por noticias falsas. "Lo explotan muy bien. A través de las fake news y los bulos se provoca el llamado efecto burbuja: vemos el mundo desde nuestro muro de Twitter, que está hecho de noticias que encajan con nuestros prejuicios", señala Cuenca Sandoval. En la novela, el escritor se decanta por un escenario donde la violencia en la calle contra los inmigrantes y los homosexuales queda legitimada, en una historia con aires distópicos como El cuento de la criada de Margaret Atwood. El protagonista es a la vez cronista de la situación social, que desemboca en la conquista del poder de un movimiento populista y sus consecuencias. "Tal vez no llegaremos a los niveles que describo, pero intento decir que el camino nos lleva ahí –dice Cuenca Sandoval–. Ya se han desarrollado formas de violencia como la polarización del discurso político, que se está volviendo cada vez más agresivo y crea un ambiente cada vez más insoportable".

Concentración a favor del movimiento nacionalsocialista en Georgia, en los Estados Unidos

Otro de los elementos sobre los que se fundamenta la extrema derecha es la identidad nacional. "Difunden la idea del gran reemplazo. Dicen que estamos siendo invadidos culturalmente por elementos foráneos, que Europa pierde su identidad y que la llegada de la inmigración masiva hace que ya no se puedan reconocer ciudades europeas. Quieren volver a una España homogénea como la que hubo hace más de 40 años", explica Cuenca Sandoval. Pero esta no es la única vía con la que el movimiento gana adeptos. "No toda la gente que forma parte de ello son nazis. Algunos llegan porque un elemento concreto de su discurso les atrae, no siempre están de acuerdo con todo", dice Petitmangin.

Soluciones desde la izquierda y desde la derecha

Combatir el crecimiento de la extrema derecha es uno de los retos principales de los partidos políticos. Con la irrupción de Vox en Catalunya, algunos optaron por hacerle el vacío y otros por convertirlo en el centro del debate. Para Petitmangin, que basa su opinión en lo que está pasando en Francia, la responsabilidad tendría que recaer en la izquierda. "El problema es que no hay unidad. Necesitaría una única voz que la represente toda, porque la extrema derecha no está dividida y esto le da fuerza", reflexiona el autor, que en el ámbito ciudadano apela sobre todo "al diálogo".

Cuenca Sandoval, en cambio, cree que el freno lo tendrán que poner los mismos partidos de derecha. "El papel decisivo vendrá de la derecha. Si el PP consigue aglutinar el voto de la derecha y no tiene necesidad de tener apoyo de Vox, este partido perderá relevancia y se diluirá", pronostica el escritor, que subraya que este es solo un escenario: "Vete a saber qué pasará. Para la ficción, elijo la opción más truculenta posible".

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