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Un ángel samurái llamado Yukio Mishima

'Onnagata y otros cuentos' es una recopilación de ocho narraciones de Mishima escritas en etapas diferentes de la corta vida del autor y que son una buena muestra de su talento

Un samurái y un joven onnagata, pintados por Miyagawa Issho a mediados del siglo XVIII
18/01/2025
3 min
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'Onnagata y otros cuentos'

  • Yukio Mishima
  • Cráter ediciones
  • Traducción de Albert Nolla
  • 272 páginas / 21,90 euros

Hay suicidios de escritores que revisten de morbo y de mito la obra literaria que dejan: el alcohol y el bolso en la cabeza de Gabriel Ferrater, que se mató a los cincuenta años porque no quería hacer "olor a viejo", o la soga de Gérard de Nerval, que dejó una nota que decía "no me esperen esta tarde porque la noche será negra y blanca". Podríamos ampliar mucho más la lista, pero no encontraríamos nada comparable a la muerte de Yukio Mishima (Tokio, 1925-1970), tan escenográficamente espectacular y tan ideológicamente connotada que, más que revestir de morbo y de mito la obra, la distorsiona hasta casi eclipsarla.

Patriota inflamado, militarista y tradicionalista, pero a la vez parcialmente occidentalizado, el más conocido de los escritores japoneses del siglo XX se mató por seppuku, un suicidio ritual propio de los samuráis que las autoridades niponas prohibieron en el siglo XIX consistente en clavarte una espada en el estómago y abrirte en canal hasta destriparte mientras esperas que un compañero de confianza te remate con una estocada seca en el cuello que te decapitará. Mishima hizo esto después de liderar un golpe de estado fallido, y con él se mató a su joven amante. Es una muerte que ayuda a entender su obra, pero que sesga su lectura.

Esto queda claro leyendo la recopilación Onnagata y otros cuentos, publicado por Ediciones del Cráter y traducido al catalán por Albert Nolla. Son ocho cuentos, la mayoría de extensión media, escritos en distintas etapas de la corta vida del autor, y que ofrecen un muestrario bastante completo de los temas que más le interesaban: la relación entre tradición y modernidad; el sentido del honor; la virilidad y el homoerotismo; el patriotismo en su acepción más fanática e intransigente; la vida entendida como la encarnación de un arquetipo o como la representación de un papel asignado por la historia o por los valores de la comunidad... Complementando la diversidad temática, los ocho cuentos de la recopilación también despliegan todas las sensibilidades de Mishima, capaz de la sutileza más poética y delicada y de la violencia más afilada y fría.

El choque entre el refinamiento y la pulsión posesiva

Me centraré en tres cuentos. En Onnagata, que es el nombre que reciben los actores masculinos que interpretan personajes femeninos en el teatro kabuki, Mishima muestra las evoluciones de un triángulo relacional formado por un actor icónico y venerable, por un admirador suyo y por un moderno director de teatro. El escritor es un maestro en la descripción y la exploración de los efectos provocados por el choque entre el disimulo y la egolatría, entre el refinamiento y la pulsión posesiva, entre lo que siempre se ha hecho igual y lo que se puede probar de hacer diferente, entre lo que creemos saber de los demás y lo que realmente entendemos. En La perla, la reunión de cinco amigas para celebrar el cumpleaños de una de ellas es el pretexto para poner en marcha toda una dinámica de malentendidos, mezquindades, recelos y pequeñas deslealtades, siempre condicionadas por el temor o la desazón por cómo nos ven los demás .

Patriotismo es el mejor cuento del volumen. O lo más escabrosamente fascinante, al menos. Mishima relata el suicidio por seppuku de un joven militar y de su preciosa esposa, el cual está precedido por una celebración terminal y fervorosa del amor carnal. Mishima estetiza y sublima el acto de una manera poderosísima –lo asocia al honor, al placer supremo, al coraje, a la belleza, a la trascendencia, a la felicidad...–, hasta el punto de que el cuento funciona perfectamente como una apología del suicidio. Espera sólo de pensar la cantidad de jóvenes japoneses que le habrán leído justo antes de matarse. Terrible y magistral.

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