80 años de la Invasión del Vall d'Aran

Tras el rastro de los maquis que intentaron derrocar a Franco hace ochenta años

En octubre de 1944 más de 4.000 guerrilleros intentaron conquistar España desde el Vall d'Aran

Una compañía de la 35 brigada de la UNE
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BarcelonaEs difícil seguir el rastro de todo lo que ocurrió en octubre de 1944, hace ochenta años, cuando un grupo de más de cuatro mil hombres armados quiso derrocar a Franco. Muchos habían combatido durante la Guerra Civil, habían sufrido el exilio y después habían luchado contra Hitler. Otros eran muy jóvenes y no tenían prácticamente experiencia. A todos ellos les había convocado el partido comunista en Francia para formar un ejército bajo las siglas de la Unión Nacional Española. La operación recibió el nombre de Reconquista de España y el objetivo era entrar por el Vall d'Aran por diferentes puntos, sobre todo por Pont de Rei, que conecta con Francia a través del río Garona.

No está claro ni cuántos eran ni el nombre de los guerrilleros que murieron en la operación y fueron enterrados en fosas que fueron clandestinas durante décadas. Hay quien habla de unos 300 y hay quien asegura que fueron muchos más. Algunas de estas fosas son todavía imposibles de distinguir. Hay una investigación que el departamento de Memoria Democrática anunció en el 2022 y que debe publicarse en breve. Siempre ha habido mucho silencio en torno a aquella operación fallida. No fue hasta el 16 de septiembre de 1984 cuando se hizo el primer homenaje a los guerrilleros antifranquistas en Cataluña. Fue frente a la fosa de Alós de Isil, donde se colocó una placa en la que se lee: "Los antiguos guerrilleros FFI / sobre camaradas muertos en / combate por la libertad / octubre 1944 / Manuel Prieto / Manuel Guerrero / José Isus / ya un camarada francés / desconocido / 16 septiembre 1984".

Una boda interrumpida

Los maquis entraron por los Pirineos con la esperanza de que podrían derrocar la dictadura, pero no contaron con mucha ayuda. Entre el 17 y el 18 de octubre de 1944 se realizaron los primeros movimientos y, finalmente, el 19 comenzó formalmente la operación militar con la entrada hasta Bossòst. Aquel día en Les había una boda. Es lo que recuerdan muchos de los vecinos que entrevistó a Mireia Boya para el documental Ese día y tenía una boda. Boya, que quiso recoger el testimonio de mujeres y niños porque a menudo su relato no aparece en ninguna parte, explica que en el Vall d'Aran, los silencios de la Guerra Civil y de los hechos de 1944 todavía están muy presentes. "Te dicen a menudo que no darán nombres, porque los demás no lo dieron. En el Vall d'Aran prácticamente nadie quiere hablar", dice. Aquel 19 de octubre se casaban el policía Soriano con Herminia de casa Miquela, una familia republicana. Fue a la salida de la misa cuando se oyeron los primeros disparos. La comitiva, en la que había mandos, se dispersó rápidamente. Los hubo que se escondieron en los pajares o huyeron hacia el bosque. "Días antes los pastores ya sabían que había maquis e incluso les habían traído comida. Lo ocurrido impactó mucho y se pasó mucho miedo", relata Boya.

"Se ha recogido la historia desde el punto de vista de quienes lideraron la operación de uno y otro bando, pero no se ha entrado demasiado en detalle en los testigos, en las víctimas, en el sufrimiento. Cuesta mucho que se hable de ello –explica el historiador Ignasi Ros, que recogió el testimonio de algunos soldados que tuvieron que lidiar con el bando franquista– Muchos eran catalanes que estaban haciendo el servicio militar en Lleida y los enviaron allí. Cuando hablaban había un sentimiento de culpa porque se vieron obligados a hacer prisioneros a algunos de los maquis", asegura Ros. Una de las historias que recogió el historiador, y que acaba de publicar en la revista Garona-Nogueres, es la del enfrentamiento que se vivió en Salardú aquel 19 de octubre. Uno de los maquis era Jaume Punsola, que sólo tenía diecinueve años. Le habían herido en el muslo y se hizo el muerto, pero un oficial del ejército franquista le disparó un disparo para rematarle. Milagrosamente, según explica Ros, el disparo le entró por la nariz y le salió por el cuello y sobrevivió. Dos compañeros suyos pudieron recogerlo por la noche y pudo escribir su odisea años después desde Francia.

El testimonio de un soldado del ejército franquista

Ros también recogió el testimonio de Carmel Solans, que estaba en el bando del ejército franquista: "Esto nunca lo he contado porque no me gusta. Ese día al terminar los combates se cogió a un chico prisionero, de los maquis, que tenía una bala en la barriga. Su hermano se quedó allí con él, aunque pudo irse", explicaba Solans. El oficial dijo a Solans que si había disparos debía matar a los dos prisioneros con un machete. Cuenta que pasó la noche más mala de su vida. No se veía capaz de una brutalidad semejante, pero si desobedía podía acabar con un disparo en la cabeza. Los dos prisioneros eran los hermanos Casimir y Paquito Cerrato, que tenían veintiún y diecinueve años. Solans no tuvo que hacerles nada, pero el hermano malherido murió porque no recibió atención médica. Algunos maquis fueron fusilados en el cementerio viejo de Esterri d'Àneu, donde ahora están los jardines de una residencia de ancianos. En Alins hay una fosa con un soldado, un teniente del ejército, un carabinero, dos vecinos y cuatro maquis como mínimo. Entre los vecinos enterrados se encuentra una mujer, Adelina Farrera Moles, que murió durante el intercambio de disparos. "Asó la cabeza por la ventana y una bala le fue a parar a la cabeza", explica Ros.

Según la Dirección General de Memoria Democrática, las fosas identificadas hasta ahora relacionadas con aquella operación son en diferentes puntos del territorio catalán: Alós de Isil, las Bordes, Santa María de Meià, Sant Mateu de Bages, Castellnou de Bages, Vieja y Unha. En todas ellas, según la Generalitat, hay maquis que participaron en la operación de 1944.

La ocupación del Valle de Arán de 1944 con la idea de conquistar el territorio español duró once días y fue un fracaso. Fue un intento valiente y lleno de esperanza, pero los Aliados miraron hacia otro lado y los guerrilleros se encontraron muy solos. "Los maquis pensaban que tendrían la ayuda de la población local, pero había demasiado miedo, porque la represión había sido muy dura –opina el arqueólogo especialista en guerrillas, Xurxo Ayan–. Es difícil seguir su rastro, porque hay mucho silencio en la comunidad, y porque con el turismo el paisaje se ha transformado muchísimo", detalla. A partir de 1948, los partidos comunistas abandonaron la lucha armada y dejaron de apoyar a los guerrilleros escondidos en los bosques. Muchos de esos luchadores murieron en el anonimato más absoluto.

Este fin de semana el Memorial Democrático les ha recordado con unas jornadas con diferentes conferencias y proyecciones. Este domingo por la mañana se les hará un homenaje institucional al cementerio de Es Bòrdes, con la presentación de una estela conmemorativa que se colocará en Pont de Rei. En el cementerio de Es Bòrdes hay un tótem que recuerda que allí fueron enterradas las víctimas de los combates que tuvieron lugar el 18 de octubre de 1944 entre las fuerzas de la Brigada 410 de los maquis y militares y guardias civiles que defendían el pueblo.

"La hermana de Franco explicaba que la única vez que vio preocupado al dictador fue con todo lo que ocurrió en octubre de 1944", explica Ayan. El miedo a la frontera, cuando ya estaba claro que Hitler perdía la Segunda Guerra Mundial, hizo que se aliara con el dictador portugués António de Oliveira Salazar para terminar, en noviembre de ese mismo año, con el campamento de Campo Maior ( Portugal). "Era un lugar donde todavía se izaba la bandera republicana durante el franquismo y vivían muchos guerrilleros con sus familias. Como en Portugal no había pena de muerte, los portugueses entregaron a los prisioneros a los españoles. Sabemos que hubo ejecuciones extrajudiciales", asegura Ayan, que ha excavado el lugar en el que estos guerrilleros vivieron aprovechando las cabañas de los pastores.

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