LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Pablo Hasél: “Tendrán que reventar las cadenas”

El rapero se encierra en el rectorado de la Universitat de Lleida para evitar la detención y el encarcelamiento

Imma González
3 min
Pablo Hasél ayer en la Universitat de Lleida, donde se cerró para evitar el encarcelamiento.

LleidaEl rapero Pablo Hasél, junto con una veintena de miembros de la plataforma a favor de su libertad, se encerraron el lunes por la mañana en el edificio del rectorado de la Universitat de Lleida (UdL), con la intención de mostrar su oposición a la sentencia que condena al activista a nueve meses y un día de prisión por enaltecimiento del terrorismo e injurias contra la Corona y las instituciones del Estado. Este encierro voluntario se producía después de que el pasado viernes, 12 de febrero, se agotara el tiempo que se había dado al rapero para entregarse voluntariamente al centro penitenciario de Ponent.

Durante la mañana, mientras sus compañeros se preparaban para encarar la reclusión voluntaria indefinida dentro de la Facultat de Lletres, y con dos de las tres puertas de entrada en el recinto cerradas con cadenas para dificultar una posible entrada de la policía (la tercera, a pesar de que vigilada, permanecía abierta para que los estudiantes pudieran acceder libremente al centro), el artista, tranquilo, ofrecía declaraciones a diferentes medios mientras afirmaba, reiteradamente: “Tendrán que reventar las cadenas para detenerme y encarcelarme”.

El músico consideraba esta una buena actuación para mostrar su oposición no solo a su propia sentencia sino también a los “constantes ataques a nuestras libertades”. Además, según el rapero, el encierro en la facultad, en caso de una posible irrupción de la policía, ayudaría a reforzar la idea “de que en este Estado no hay libertades”.

A la espera de la orden

El pasado viernes, poco antes de las ocho de la tarde, la hora límite que tenía para entrar en la prisión voluntariamente, Hasél ya se dejó ver por los alrededores de la facultad. Ayer explicó que había pasado el fin de semana escondido, y que, por este motivo, no había podido comprobar si la policía se había presentado ya en su casa para arrestarlo o no. En este sentido, el conseller del Interior, Miquel Sàmper, explicaba ayer a mediodía que desconocía la existencia de una orden judicial, pero que, al confirmar esta información, decidiría cuál sería la actuación de los Mossos d'Esquadra.

El consejo de dirección de la UdL, por su parte, anunciaba en un comunicado emitido por la tarde que, a pesar de su apoyo a la libertad de expresión, no encontraban aceptable que el personal y el alumnado tuvieran que ver afectadas sus actividades académicas, administrativas y de servicio “como resultado de la forma en la que se organizan estas protestas.”

Al contrario de lo que se dijo hace pocos días, la Fiscalía de la Audiencia Nacional se posicionó ayer a favor del encarcelamiento de Hasél, hecho que el rapero también quiso destacar: “Qué casualidad que cambien de parecer justo después de las elecciones, ya no se esconden”, decía, dando a entender que, según su parecer, el poder judicial está directamente “controlado por el gobierno”.

Concentración de apoyo

El llamamiento a que todo aquel que quisiera se uniera a la protesta de Hasél se fue expandiendo por la ciudad de Lleida durante todo el día, y todo ello culminó a las seis de la tarde con una manifestación en la Plaça Víctor Siurana (ante la facultad donde estaba Hasél), que contó con cerca de trescientas personas. En la concentración se leyó un manifiesto y un portavoz de la plataforma a favor de la libertad de Pablo Hasél aseguró: “Tenemos la intención de resistir, si se quieren llevar a Pablo, lo tendrán que secuestrar”. Después los organizadores de la manifestación informaron a los asistentes de que, según sus fuentes, el rector de la Universitat de Lleida había dado permiso a los Mossos d'Esquadra para que entraran en la facultad a detener al cantante y, seguidamente, abrieron las puertas encadenadas para que todo el mundo que quisiera entrara para oponer resistencia. Más adelante, sin embargo, fuentes del centro educativo desmintieron estas declaraciones, y aseguraron que el rector no había hablado en ningún momento con la policía.

Así, Hasél y una cincuentena de personas decidieron pasar la noche en el edificio, con la intención de oponer resistencia en caso de una aparición de los Mossos d'Esquadra, casi a la vez que, como se acabó sabiendo algo más tarde, se confirmaba la orden de detención contra el rapero.

No era la primera vez que Pablo Hasél se encerraba en el edificio de la Facultat de Lletres de la UdL. Su encierro en junio del 2016 en el mismo edificio le supuso otra sentencia, en este caso de seis meses de prisión, por un delito de lesiones contra un reportero de TV3 y profesor de la misma universidad. Junto con la de enaltecimiento al terrorismo e injurias contra la Corona y las instituciones del Estado, y otra sentencia de dos años y medio por amenazas y obstrucción a la justicia, el cantante acumula condenas de más de tres años de prisión.

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