Arqueología

Lo mejor de 2025: los hallazgos arqueológicos más importantes del año

Textos babilónicos, un templo de Cleopatra, una ciudad íbera, ancestros caníbales y el secreto del hormigón romano

BarcelonaHace años era mucho más difícil descifrar un manuscrito o objeto. Los avances científicos y las nuevas tecnologías han permitido que los hallazgos arqueológicos nos aporten muchos más datos y se pueda dotar a cada resto de una gran historia que da la vuelta a lo que dicen muchos libros. Este año se han descifrado textos babilónicos, se ha puesto una nueva fecha a la habilidad de encender fuego, se ha hecho un informe riguroso sobre cómo murieron los condes de Urgell y hemos podido ver cómo era el templo donde Cleopatra veneraba a Isis. Sin embargo, nada sería posible sin la curiosidad y el empeño humano por encontrar el rastro de nuestro pasado. Sin, por ejemplo, nunca habríamos podido encontrar a Kissa.

16.

Textos babilónicos descifrados

Muchos museos conservan tablillas cuneiformes de Mesopotamia pero sus textos no se conocen a fondo. Gracias a las nuevas tecnologías, algunos de los manuscritos, datados entre los siglos VII y II/I a. Los textos contienen descripciones del manantial Marduk, del esplendor de Babilonia, del agua que el Tigris llevaba a los campos, de la ciudad y de la generosidad de los propios babilonios. Aportan también información de las funciones de las sacerdotisas babilónicas, que, según el texto, también ejercían como matronas.

15.
Un rostro de hace más de 8.000 años

Hace más de 8.200 años, alguien decidió enterrar deliberadamente el templo de Göbekli Tepe, en el sureste de Turquía. No sabemos por qué quisieron que desapareciera, pero la ventaja es que está extremadamente bien conservada. Hace más de 30 años que se realizan excavaciones, y ha roto muchos esquemas sobre las creencias de las primeras comunidades neolíticas. Los pilares de 5,5 metros de altura decorados con figuras abstractas y animales demuestran que existía una complejidad simbólica y religiosa elevada. En 2025, por primera vez, se desenterró una escultura humana con un rostro definido, y diversas estructuras domésticas que dan nuevas pistas sobre el sitio y las creencias de estas sociedades prehistóricas.

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Así murieron los condes de Urgell

En la iglesia del monasterio de Santa María de Bellpuig de les Avellanes, en Os de Balaguer (Noguera), están enterrados Ermengol X; sus padres, Álvaro I y Cecilia de Foix, y su hermano Álvaro II. Los restos óseos dieron mucha información sobre su vida y su muerte. Ermengol X tiene alteraciones óseas en los extremos de los huesos largos, con porosidad y engrosamiento de la capa externa. Son dos peculiaridades que normalmente se asocian a patologías pulmonares crónicas, como la tisis. A Álvaro II le descarnaron y desarticularon para llevarlo desde Sicilia, donde murió tras un combate durante las Vísperas Sicilianas.

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Los pobres de solemnidad enterrados en el Raval.

En las obras que se están realizando en los Jardines del Doctor Fleming de Barcelona afloraron restos óseos datados del siglo XVII y del siglo XIX de los que murieron en el hospital. Entre los años 1629 y 1680 se realizó un cementerio, que se llamó el Corralet, y se construyó el aula de anatomías, donde se estudiaban los cadáveres que nadie reclamaba. En la zona sur de la plaza, donde se hallaron los restos del siglo XVIII, había cierta dignidad: los cadáveres se depositaron con ataúdes de madera y fueron enterrados vestidos, con rosarios y medallas. Tenían los brazos entrelazados y estaban enterrados en posición supina.

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Los homínidos encendían hogueras mucho antes de lo que se pensaba

Un equipo de investigadores liderado por el Museo Británico encontró pruebas en Barnham (Reino Unido) de que los homínidos ya eran capaces de hacer hogueras hace más de cuatrocientos mil años. Los hicieron de forma repetida y controlada durante el paleolítico inferior, mucho antes de la aparición de los Homo sapiens. Hasta ahora, las evidencias más antiguas de la habilidad de controlar el fuego eran de hace unos cincuenta mil años y se habían localizado en el norte de Francia. La aparición de esta capacidad tecnológica aportó beneficios sociales y adaptativos: permitía cocinar alimentos bajo demanda –sobre todo carne– y mejorar la digestión y la disponibilidad de la energía, factores posiblemente claves para la evolución del cerebro humano. Favoreció el desarrollo de nuevas tecnologías, como la fabricación de adhesivos para fijar herramientas pero también una mayor complejidad social. Alrededor de la hoguera, los antepasados ​​de los neandertales y de los sapiens debían de compartir muchas cosas.

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Enemigos derrotados y devorados

Hace tiempo que se sabe que durante el neolítico hubo canibalismo. Técnicas cada vez más sofisticadas han permitido documentar uno nuevo episodio de hace 5.700 años en la cueva de El Mirador (Atapuerca). En una excavación se hallaron once individuos (niños, adolescentes y adultos), que fueron rasgados, descarnados, desarticulados, fracturados, cocinados y consumidos en muy poco tiempo. Los investigadores creen que a las once víctimas se las comieron después de un enfrentamiento.

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10.

Travesías sin velas hace más de 8.500 años

Hace poco se pensaba que las islas remotas del Mediterráneo no habían estado habitadas hasta la llegada de los primeros agricultores y ganaderos. Una investigación publicada en la revista Nature sobre el yacimiento de Latnija, en el norte de la isla de Malta, dio la vuelta a esta convicción y demostró que las sociedades cazadoras y cosechadoras ya navegaban hace más de 8.500 años. El estudio documenta por primera vez una travesía de más de 100 kilómetros a mar abierto. Esta travesía se hizo con canoas excavadas y sin velas. Los navegantes se orientaban con las estrellas, las corrientes marinas y los puntos de referencia de la costa.

9.
Peñico, "una ciudad de integración social" en Perú de hace 5.000 años

Caral está considerada una de las civilizaciones más antiguas de América. Surgió en Perú, entre 3000 y 1800 aC, y era una sociedad compleja que dejó como legado templos y espacios ceremoniales pero ningún rastro de armas o conflictos. Este 2025, se mostró en el mundo la joya arqueológica de Peñico, que los investigadores describieron como una "ciudad de integración social", porque hacía de enlace entre las poblaciones de la costa, los Andes y las zonas amazónicas. Es decir, era un punto de conexión comercial y cultural a gran escala. Se cree que Peñico era una continuación -o una reconfiguración- del legado de la civilización Caral.

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8.

La Barcelona que fue borrada por la Via Laietana

En 1908 se derribaron muchas casas de los barrios barceloneses de la Catedral, la Ribera, San Pedro, Santa Caterina y Sant Cugat del Rec para hacer la Via Laietana. Se vieron afectadas unas 2.200 y se calcula que la reforma afectaron a 10.000 personas. Las obras de reurbanización de la calle Fusteria, entre las calles Ample y Mercè, hicieron aflorar los restos de origen medieval de algunas de estas viviendas, así como su evolución hasta el derribo. Entre otras cosas, se puso al descubierto un tramo del pavimento de las bóvedas de los Encants.

7.

Un gladiador muerto por un mordisco de león

En Driffield Terrace, cerca de la ciudad romana de Eboracum, el actual York, en Inglaterra, hace veinte años excavaron 80 tumbas y encontraron cerca de 90 cuerpos, la mayoría de hombres fornidos. Se considera uno de los cementerios de gladiadores mejor conservados del mundo. Este año se analizaron los restos de uno de estos gladiadores, que fue decapitado, seguramente después de morir a causa de las heridas mal curadas provocadas por la mordedura de un león. Las marcas de los dientes del león son la prueba física de lo que, hasta hace poco, sólo se sabía por las fuentes escritas y las representaciones artísticas: en Roma y en las provincias del Imperio se celebraban combates violentos entre hombres y bestias.

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6.
El secreto del famoso hormigón romano

Pompeya es como un libro abierto de la Antigua Roma. En una de las casas, que estaba en obras cuando el Vesubio entró en erupción, se encontraron herramientas, tejas, materiales reutilizados y mezclas de cal y puzolanas que permitían obtener opus caementicium. Según los investigadores, este hormigón resistió durante milenios gracias a una composición capaz de autorreparar grietas y reforzarse con el tiempo.

5.
Un barco del siglo XV en la Ciutadella

Mientras se realizaban las obras del futuro aparcamiento de BSM en la Ciutadella de Barcelona, ​​apareció un esqueleto de madera ennegrecida: era el lateral de una embarcación que se había hundido entre los siglos XV y XVI. Con los restos del barco aparecieron piñas casi intactas, así como semillas de avellanos y otros árboles frutales. Seguramente se trata de un barco de mercaderas y no se hundió en el lugar donde se encontró sino que seguramente un temporal le arrastraría hasta allí. El hallazgo puede ayudar a entender y documentar la actividad portuaria de ese momento en Barcelona.

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4.
Un refugio en la estación de La Sagrera

En el subsuelo de Barcelona hay censados ​​más de 1.322 refugios de la Guerra Civil, pero hay muchos más que no figuran en ninguna parte. El último salió a la luz durante las obras de la estación de La Sagrera y no figuraba en el censo de refugios de 1938. La estructura, vinculada a la antigua estación de mercancías, destaca por su tipología de bunker, y su estado de conservación es espectacular. Es un refugio privado, construido por los trabajadores y la CNT, que daba servicio a la antigua estación de mercancías.

3.

La tumba de Tutmosis II

El hallazgo de fragmentos de alabastro y cerámica con el nombre del faraón y de la reina Hachepsut confirmó que la tumba localizada en la necrópolis tebana, cerca del Valle de los Reyes, es la de Tutmosis II, que reinó desde una fecha cercana a 1490 aC hasta 1475 aC. La tumba, estropeada por antiguas inundaciones, conserva restos arquitectónicos y elementos rituales que confirman su carácter real. El descubrimiento es relevante porque es la primera tumba de un faraón identificada en mucho tiempo y aporta datos nuevos sobre el reinado de Tutmosis II, las prácticas funerarias del imperio y las relaciones dinásticas en la familia real, especialmente con Hachepsut, la primera mujer que se proclamó faraona.

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2.

El templo de la última reina de Egipto

El arqueólogo submarino Franck Goddio reconstruyó el templo de Isis en la isla sumergida de Antirhodos, donde Ptolomeo XII y su hija, Cleopatra VII, realizaban actos litúrgicos y veneraban a sus dioses. Las excavaciones sacaron a la luz medallas, columnas, estatuillas, mosaicos y frescos, muy bien conservados gracias a que quedaron sumergidos después de un terremoto en torno al año 50 d. No fue el único tesoro descubierto. Sumergidos, están los restos de un momento de opulencia en el que se entrelazaron la cultura griega y la egipcia. Justo en frente del puerto, los arqueólogos también descubrieron una embarcación de lujo de 35 metros de eslora y unos 7 metros de ancho. El pabellón central y los restos de madera, en los que todavía se pueden leer letras en griego antiguo, confirmaron que se utilizaba bien para paseos de lujo, bien para ceremonias ligadas al culto a la diosa Isis. Toda la investigación puede ayudar a entender cómo gobernó la última reina de Egipto y la mujer que tanto ha fascinado a escritores y cineastas.

1.
La ciudad ibera que los cartagineses borraron de la historia

El enfrentamiento entre romanos y cartagineses tuvo consecuencias terribles para los íberos, entre ellas la destrucción de una importante población que hasta ese año sólo conocíamos por fuentes escritas: Kissa. El historiador griego Polibi la menciona una única vez para explicar el enfrentamiento entre cartagineses y romanos, pero la arqueología le ha rescatado de las cenizas. Kissa, que tenía unos 5.000 habitantes, se encontraba en el yacimiento del Vilar, en Valls, donde se encontraba la antigua fábrica de anís Magrinyà. De hecho, se aprovecharon las piedras de la muralla íbera para levantar las paredes de la fábrica.