“Cuando salió 'Te deix…' parecía que la homosexualidad femenina no existiera”
Este año se cumplen 50 años de la publicación del libro de debut de la escritora


PalmaNos situamos a día 23 de abril de 1975. Es miércoles y hace un día espléndido, y en un rincón de la Rambla de Catalunya, en Barcelona, una autora joven y novela sede en el tenderete de la Editorial Laia, que acaba de terminar de publicar su debut. Está feliz e ilusionada, es "un día precioso, un Sant Jordi maravilloso", dirá cuando le recuerde. Sin embargo, se esconde detrás de una montaña de libros mientras los demás autores que se sientan con ella se dedican a firmar un ejemplar detrás de otro a la gente que se acerca a comprarlos. La cuestión es que ya han pasado unas horas y ella aún no ha vendido ninguna.
De repente va un joven guapísimo, como lo describe la escritora ahora, 50 años más tarde, y empieza a hojear su libro. "Si lo compras, te lo firmaré", le espeta ella. Y él, satisfecho, obedece. "Fue lo único que vendí aquella mañana. Aquel chico me salvó el día, fue mi primer lector ajeno, y ahora siempre que voy por el mundo el busco para darle las gracias, pero todavía no me he podido reencontrar", afirma Carme Riera casi medio siglo después. En estas cinco décadas, ese Te dejo, amor, el mar como prenda con la que debutó se ha convertido en todo un clásico de las letras catalanas y ahora, con motivo del aniversario, se publicará una reedición en Edicions 62. Ha sido por esta reedición que Riera afirma que finalmente la ha releído, después de muchos años sin hacerlo.
"No me gusta volver a leer las cosas que he escrito, me da un miedo horroroso y además tampoco tengo mucho tiempo para hacerlo. Prefiero leer lo que escriben los demás", asegura la escritora mallorquina galardonada con el premio Nacional de literatura y el premio Ramon Llull, entre otros. Sin embargo, reconoce que en el primer relato que encabezaba el volumen y que le daba título ha encontrado "una emoción y una pasión" que demostraban que el texto estaba escrito "desde dentro".
¿Maria o Mariano?
"Le escribí a continuación, de un tirón, día 14 de noviembre de 1972. Lo recuerdo perfectamente. Estaba embarazada de mi primera hija y con la barriga no me iba muy bien escribir, tenía que utilizar una carpeta para hacer -lo", rememora. El cuento titulado Te dejo, amor, el mar como prenda transita el recuerdo de un amor de juventud, de una pasión imposible y de la vida que se deriva una vez se ha truncado. Y si bien la autora asegura que el final –en el que se descubre que las memorias se dirigen a una mujer de nombre Maria y que, por tanto, se trata de una relación lésbica– no lo tenía pensado en empezar. "Lo decidí mientras lo escribía. El catalán tiene una ventaja fantástica, que es que no marca el género y puedes decir nosotros sin dejar claro si son dos hombres o dos mujeres o… Recuerdo que cuando lo hube escrito lo di a leer a Enric Sullà, porque lo quería presentar a un premio y quería que lo miraras por si encontraba faltas, y cuando lo acabó de leer me miró y pegó una vez sobre la mesa, mientras me decía que no podía hacer esto al lector", relata sonriendo.
Finalmente, Riera presentó el relato al premio Recull de Blanes y lo ganó. "Pero fíjate que el señor Faulí, miembro del jurado, se me acercó cuando ya me habían entregado el galardón y me dijo que debería haber sabido que en catalán Marià se acentuaba. Y yo no entendí qué me decía y le dije que María no lleva acento, pero él insistió en que Mariano sí que lleva, que me había equivocado. Y me callé porque tenía miedo de que me quitaran el premio: eran mil pesetas y en aquel tiempo eran dinero!", explica la autora, quien en su última novela, Una sombra blanca, también ha incorporado un giro que cambia la percepción del lector a mediados de la historia.
"Estamos acostumbrados a personajes heterosexuales y blancos, y leemos esperando esto. Siempre he pensado que no debería ser así", afirma. "Es cierto que cuando apareció el libro la literatura todavía no hablaba de muchos temas, algunos no estaban normalizados o que incluso estaban prohibidos. Y la homosexualidad masculina todavía se había ido haciendo un rincón", añade. . "Pero la femenina era como si no existiera. Algunos encontraban que no debía hablarse y me lo hicieron saber, sobre todo gente mayor. Me decían que esto eran suciedades que no debían escribirse" , rememora Riera, si bien subraya que el libro tuvo "muy buena acogida" gracias al boca a boca. Seis años después de la primera edición, en septiembre de 1981, ya se habían publicado otros quince, y hoy en día se ha convertido en un libro de referencia tanto en las aulas como en la comunidad LGTBIQ+.
"Una escritora libre"
Sin embargo, el relato que da título al conjunto es sólo uno de los 17 que forman parte y que tienen en común la voluntad de "dar voz a las mujeres", tal y como explica Riera. "Son todos relatos distintos, pero todos beben de la literatura oral. De esa abuela que siempre me contaba cosas, de esas mujeres que me rodeaban y de esas fábulas que contaban. En aquel tiempo no había redes sociales ni la televisión era tan importante como ahora, y entonces la gente se dedicaba a escucharse, unos a otros, y las mujeres charlaban. Y supongo que todo esto está, en estos relatos", apunta Riera.
También en esta línea se manifestaba el autor del prólogo de la edición original, que no fue otro que el recientemente desaparecido Guillermo Frontera. "El universo de Carme Riera está poblado de seres pálidos, de gente que pierde jugando a un juego cuyas reglas ignoraban [...] y Carme Riera no quiere redimir a nadie de su estado. Quiero decir: na Carme Riera es una escritora libre, que deja libertad a todo el mundo para que todo el mundo elija libremente la forma de hacer uso de su libertad", escribía Frontera hace cincuenta años. Y cuando hace poco más de un mes de la muerte del escritor, Riera afirma que sin él es posible que esta recopilación de relatos no se hubiera llegado a publicar.
"Guillermo leyó el relato de Te deje… y me dijo que debía completar la recopilación con otros. Y fue él quien cogió el manuscrito y le llevó primero a una editorial mallorquina, que nos dijeron que no, y luego a Laia, y además escribió ese precioso prólogo. Yo era amiga de su mujer, pero entonces ya me gustaba mucho lo que él hacía, especialmente la poesía. Fue muy importante, eso que hizo por mí", asegura la escritora.
Entre los relatos publicados en el conjunto Te dejo, amor, el mar como prenda ya se observa la voluntad juguetona de Riera, tanto en el estilo como en la forma, que ha dejado patente en obras posteriores, cambiando de género y registro en numerosas ocasiones. Es el caso de cuentos como Paisaje marino para un asesinato o Llamas de luz quemaban amarillos damascos. También merece especial atención Que está Ángela?, relato con el que recibió el premio Ramon Llull en 1973 y que se centra en la cosecha de una mujer ensimismada que llena las horas intentando localizar a una "imaginada amiga con la que deseaba muchísimo charlar". En la última parte del libro se encuentran otros títulos de temáticas todavía vigentes como No fue la pasajera dos millones o Nosotros no hemos tenido suerte con sus homos… que empieza así: “Me crea, nosotros no hemos tenido suerte con sus homos. tupaba cuando le daba el hambre y le daba bien espesas veces. ¡Si ese corpiño le contara! El libro terminaba con un "continuará" que se hizo realidad con la publicación, dos años después, de un nuevo conjunto de relatos: Yo pongo por testigo las gaviotas.
A lo largo de los cincuenta años que han transcurrido desde la publicación de la primera recopilación de cuentos de Carme Riera son diversas las obras literarias que han aparecido que tenían algún tipo de vínculo con el lesbianismo. La obra de Maria Mercè Marçal, quien, por cierto, citaba el Te deje … de Carme Riera en uno de los cuentos que escribió ella, Juego de máscaras , o la de Eva Baltasar, con su exitoso tríptico formado por las novelas Permagel , Boulder y Mamut , son algunos de los ejemplos más evidentes y conocidos, mientras que hay otros que sobre todo tuvieron un impacto importante en el momento de su publicación. Es el caso de Cuaderno del cuerpo y el agua de Mari Chordá, que ha sido recientemente reeditado por Godall Edicions.
Sin embargo, debe decirse que si bien Te dejo, amor, el mar como prenda fue el palo de pajar a la hora de tratar esta temática en la literatura catalana, no se puede decir que fuera realmente el primero que lo hizo, según matiza el escritor Sebastià Portell, quien es también el actual presidente de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana (AELC) y uno de los impulsores del festival QLit, el festival de Literatura Queer de la AELC que se celebra desde 2018. "Cabe decir que creo que lo importante no es quién ha sido primero o segundo, sino que se haya contribuido a visibilizar el deseo lésbico, históricamente silenciado, como vemos que también ha estado el bisexual ", expone Portell. "Ahora bien, no se puede afirmar que Te deje… fuera el primero, porque Víctor Català habló en un cuento publicado en 1907, Carnaval . No era un deseo consumado, pero sí aparecía el deseo lésbico, y sería el principal precedente que tenemos".
En el relato mencionado por Portell, aparecido originalmente en una recopilación titulada Cairos Vivos , se recrea el vínculo que une a una señora marquesa con una de sus camareras. "Restaron abrazadas un rato, uno ahogándose en su enterno abrigo y la otra medio desvanecida acaso. En tantos años como hacía que estaban juntas, era aquella la primera prueba mutua de cariño que se daban, así, claramente sin reservas, y como si ese abrazo hubiera sido la revelación definitiva, al desatarse oyeron, cada una de ellas, que la otra le era necesaria sobre la tierra, como si de repente sus dos vidas incumplidas se hubieran fundido y completado en una sola". El texto se puede encontrar en el tercer volumen de la colección Todos los cuentos de Víctor Català, publicados por Club Editor.