Ansu Fati: el plan del Barça para reparar un juguete roto
El delantero hispanoguineano, de sólo 22 años, se resiste a abandonar el club en este mercado de invierno


BarcelonaLos 28 últimos minutos del partido de Copa en Barbastro constituyen el único bagaje de Ansu Fati con la camiseta del Barça este 2025. Desde esa aparición con el marcador resuelto, Hansi Flick le ha dejado claro que no jugará demasiado. Se lo dijo implícitamente cuando le desconvocó de los dos partidos de la Supercopa en Arabia Saudí haciendo pasar, entre otros, a un adolescente como Toni Fernández ante él. Y también se lo manifestó explícitamente hace unos días en una charla privada en Sant Joan Despí, donde anteriormente había utilizado los micrófonos para expresar una realidad tan dolorosa como palmaria. "Las lesiones no han permitido que nos demuestre lo bueno que debe. Debe seguir trabajando para volver a estar al 100%", dijo el alemán sobre Ansu en la previa del Barça-Betis de Copa. Sinceridad por delante de todo.
El 10 azulgrana sabe por activa y por pasiva que el camino más corto para tener minutos de calidad exigiría hacer las maletas. Sin embargo, conoce por boca de Flick que seguirá teniendo un plato en la mesa aunque se resista a marcharse en busca de oportunidades en este mercado de invierno. "Si él quiere quedarse, le cuidaremos", dijo el entrenador azulgrana antes del desplazamiento a Getafe, que el delantero tampoco hizo por motivos técnicos. El ostracismo de Ansu ha pasado de la presión a la comprensión. Los responsables deportivos del Barça tienen claro que lo más provechoso para todos sería que el jugador cambiara de aires, pero al mismo tiempo son conscientes de que ya le han movido la silla. "Llegados a este punto, tiene que verlo él", insisten en Sant Joan Despí sobre lo que un día se señaló como heredero de Leo Messi.
Y Ansu, por ahora, no encuentra beneficios al marcharse. No fue feliz durante la temporada que jugó cedido en el Brighton (27 apariciones y cuatro goles) y no se imagina otro escenario que no sea recuperar su mejor versión vestido del Barça. Hasta el 3 de febrero, el día que cierra el mercado invernal, tiene tiempo para cambiar de posición, pero de momento se mantiene firme en persistir, incluso a pesar de lo que opinan personas de su entorno, que le animan a hacer un paso al lado. Para gestionar esta cruda disyuntiva, además, tiene el apoyo semanal de uno coach, tal y como informó La Vanguardia. Mientras, en el vestuario hay voces que creen que la única forma de que el hispanoguineano deje de cumplir todos los clichés de un juguete roto no pasa porque se obseda al ser lo que era, sino al reinventarse como futbolista.
Para argumentar este punto de vista, fuentes consultadas por el ARA aseguran que el Ansu actual no puede estar a la altura de lo que Flick pide a sus delanteros de banda (movilidad, desmarque y trabajo sin balón). "Cuando sube un poco el ritmo, se rompe", sentencian estas voces, que creen que lo más inteligente por Fati sería reconvertirse en un atacante más posicional, más de olfato, y no tanto de explosividad. A diferencia de lo que podría parecer, el punto de inflexión para descubrir esta versión menos diferencial del delantero no fue el calvario que sufrió a raíz de su lesión en el menisco a finales del 2020. "La rodilla la tiene curada. El tema son las lesiones musculares que tuvo después", argumentan en el club, donde todavía hoy se lamenta de que Ansu evitara el quirófano y se decidiera por un tratamiento conservador para acabar con una secuencia de hasta cuatro roturas musculares. El plan no salió bien y ahora es tarde para revertirlo. Médicamente, el jugador está sano. Son su cuerpo y su mente, los que han cambiado.
Ansu Fati: la tercera ficha más elevada de la plantilla del Barça
Y para acabar de arreglar la dramática situación está la derivada económica, poco provechosa para el Barça. Porque en virtud de la renovación que firmó a finales del 2021, entre el calvario de la rodilla y la sentencia en forma de lesiones musculares, Ansu es beneficiario en estos momentos de la tercera ficha más alta de la plantilla azulgrana, cuyas cifras rondan los 13 millones de euros brutos por ejercicio. Sólo Robert Lewandowski y Frenkie de Jong cobran más que él.
Cuando estampó la firma, el hispanoguineano, que entonces tenía ofertas para marcharse a la Premier, estaba valorado en 60 millones, según los expertos. Ahora las mismas fuentes le tasan en 10. Con contrato hasta el 2027 y ningún equipo dispuesto a igualarle los emolumentos, Ansu Fati está blindado a precio de oro por el club de su vida, que por ahora, viendo el rendimiento, sólo aspira a ahorrarse parte de su sueldo de cesión en cesión.