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Al Barça le cuesta dinero Montjuïc... aunque no juegue

Pese a que es BSM quien hará cajón con los conciertos, será el club quien pagará el cambio de césped

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Camp Lluis Companys en Montjuïc.

BarcelonaAunque el lunes fuera festivo en Barcelona (segunda Pascua), había actividad en el Estadi Olímpic Lluís Companys. El domingo anterior el Barça había disputado el último partido de la temporada y el estadio quedaba libre. El equipo de Barcelona de Servicios Municipales (BSM), la empresa que gestiona los equipamientos del Anillo Olímpico, empezó a trabajar para deshacer el campo de fútbol y adecuar las instalaciones para los conciertos programados durante el verano. En un plazo de quince días quedarán pocas cosas del paso del Barça por Montjuïc. Sin embargo, en agosto se volverá a montar todo para acoger nuevamente el equipo azulgrana, en una estancia que todo el mundo tiene cuello abajo que irá más allá de noviembre y que se alargará hasta principios del 2025.

Este paréntesis futbolístico supone una buena noticia para BSM, que mantiene la vía de negocio derivada de los conciertos, pero supone un notable desgaste para buena parte del estadio, que sufrirá algunos desperfectos derivados del uso masivo en zonas como el terreno de juego. El caso más flagrante es el del césped, que deberá cambiarse a finales de julio, cuando acabe el último de los cuatro conciertos que están programados este verano. BSM y el Barça, en coordinación con la empresa Garden Tona, estudiaron algún sistema para que no fuera necesario replantarla, pero vieron que era imposible. "Por más protecciones que quisiéramos poner, se acabaría asfixiando igual", explican las fuentes consultadas.

Aunque BSM lleva los beneficios derivados de los conciertos, es el Barça quien abona los aproximadamente 400.000 euros que costará ese cambio de césped. De hecho, éste fue uno de los puntos de conflicto entre el Ayuntamiento y el club cuando estudiaban la primera prórroga de renovación del acuerdo. Inicialmente, estaba firmado, sólo, para la temporada 2023/24, que acaba de finalizar. Cuando el Barça fue consciente de que necesitaría más tiempo, negoció alargar unos meses más el exilio, pero se topó con las reticencias del consistorio, ya que BSM volvía a tener bloqueado el estadio y, por tanto, no podía programar en él tantos conciertos como quisiera –es su principal vía de negocio a Lluís Companys–. Al final se acordó que el club pagara por el césped.

Los otros materiales desmontables, desde las porterías hasta las lonas, pasando por los banquillos o los paneles de publicidad, se pactó que se embalajarían y se protegerían en un rincón para evitar que se estropearan. En cambio, las cosas que seguro sufrirán desperfectos, como pueden ser algunas sillas, puertas o aseos, se pagarán a través de los seguros que están obligados a contratar a los promotores. Unas pólizas que también darán cobertura a todo lo que pueda estropearse en la zona vip, un espacio dehospitality que pagó en su día el Barça, pero que BSM tiene derecho a explotar cuando el equipo no está.

Después de Rammstein (11 de junio), Bruce Springsteen (20 y 22 de junio) y Estopa (10 de julio), se procederá a volver a tunear Montjuïc para teñirle de azulgrana y, finalmente, se instalará el césped, que debe estar listo para el día 11 de agosto, fecha en la que muy probablemente se disputará el Gamper, tal y como va avanzar Mundo Deportivo. A la espera de concretar rival, fuentes del Barça justifican la fecha porque tienen calculado que éste es uno de los domingos con más turistas en Barcelona –ya hace años que este partido, más que para la afición azulgrana, es una buena oportunidad para hacer cajón– y queda a medio camino entre el regreso de la gira estadounidense (la expedición vuelve el 7 de agosto) y el inicio de Liga, previsto para el fin de semana posterior.

El Barça aún no tiene firmada la prórroga del contrato para jugar en Montjuïc más allá de noviembre

Con la incógnita de si el equipo disputará el primer partido en casa o fuera, la gran duda es saber hasta cuándo se alargará su estancia en Montjuïc. Desde BSM, si bien aseguran que no hay nada firmado, garantizan que "está todo hablado" para continuar en Lluís Companys más allá de noviembre. Además, el consistorio también garantiza que no se echará al equipo de malos modos mientras lo necesite. Según el reglamento de la Champions, la fase de grupos "debe disputarse, en principio, en un mismo estadio" (artículo 24.06) y no se autorizan cambios de sede hasta el play-off, que empezará a finales de febrero. O sea que el Barça deberá estar hasta enero –la primera fase son ocho partidos, cuatro de ellos en casa.

Aunque el club presidido por Joan Laporta mantiene la esperanza de volver al Camp Nou antes del cambio de año, Limak, a través de los equipos de ingeniería que trabajan en las obras de remodelación, ya ha hecho saber al club que los plazos son demasiado ajustados y que, sobre todo por una cuestión de seguridad, habrá que esperar hasta el primer trimestre de 2025 para volver a casa. Mientras, habrá que seguir pagando dinero para jugar en Montjuïc.

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