Las claves del giro de guión en el futuro de De Jong

BarcelonaHace un par de veranos parecía imposible pensar que Frenkie de Jong pudiera tener futuro en el vestuario azulgrana. El club estuvo a un paso de traspasarlo al Manchester United. Las razones eran básicamente económicas más que deportivas. Ciertamente, el centrocampista neerlandés no acababa de encajar en el once azulgrana y encadenaba lesiones que cortaban su rendimiento. Pero era un jugador con un salario elevadísimo, todavía quedaban un buen pico de millones para amortizar de su fichaje del Ajax y tenía suficiente cartel para hacer cajón en un momento de máxima agonía en la tesorería azulgrana. Él, en cambio, siempre defendía quedarse. Y se quedó. Aunque el peaje fuera una gran guerra interna entre el futbolista, la dirección deportiva y los medios de comunicación, incluida una amenaza de denuncia de por medio.

Hoy todo es diferente. Como la noche y el dia. De Jong mantiene su deseo de permanecer en Barcelona. Y ahora el Barça quiere también que se quede. De hecho, está negociando la renovación con Deco, tal y como informa The Athletic. A principios de temporada, el club hizo un primer acercamiento con el futbolista para que alargara su vinculación con el Barça, que acababa en el 2026. La dirección deportiva no quería que se llegara en verano del 2025 sin tener claro su futuro. O se quedaba o se iba cobrando un traspaso. Pero en ningún caso el Barça quería que empezara su última temporada sin tenerle atado. El jugador lo vio venir y no dio ninguna respuesta a la propuesta. Ahora sí. Dice que quiere quedarse y se ha sentado en la mesa para negociar.

La llegada de Hansi Flick al banquillo lo ha dado la vuelta todo. El centrocampista ya tenía minutos con Ronald Koeman y con Xavi Hernández, pero fue con el técnico alemán que mejoró su rendimiento. Cada vez se siente más cómodo en el césped. Lo nota todo el mundo, también la gradería, que ha cambiado los silbidos, los abucheos y las dudas por grandes aplausos.

De Jong ya se ha olvidado de la lesión en el tobillo y no piensa en ello cuando juega

Y eso que De Jong no empezó la temporada hasta octubre, una vez recuperado de una lesión en el tobillo que sufrió en marzo y que, tras una recaída, le dejó fuera de combate durante 32 partidos. Con Flick en el banquillo, la posición de pívot la ocupó inicialmente Marc Bernal. Pero cuando el berguedá se lesionó, el técnico dio confianza a Marc Casadó. De Jong trabajó en la sombra y entró en el equipo progresivamente. En el entorno azulgrana había escepticismo. Él siguió. Hasta que llegó el sorpasso. Ahora es De Jong el titular. La lesión ha quedado atrás y ya no teme nuevas recaídas. Simplemente, no piensa en ello.

De Jong siempre ha estado enamorado del Barça y de Barcelona. Quería jugar desde pequeño y ya había ido al Camp Nou como espectador. Las críticas le dolían, por mucho que intentara aislarse. La situación llegó hasta el límite de provocar un enfrentamiento entre el jugador y la prensa, al que acusaba de inventarse cosas. Lo que no sabía De Jong es que, internamente, el club había remate para echarlo y liberar demasiado salarial. Mateu Alemany, antiguo director deportivo del Barça, consideraba que tenía un salario desproporcionado y se encargó de comunicarlo a los cuatro vientos. Era un momento en que el Barça iba muy corto de chaleco y pretendía que el jugador accediera voluntariamente a rebajarse sus emolumentos. Lo que no hizo.

De Jong y el Barça: una promesa incumplida y una amenaza de denuncia

El club se enojó y maniobró para hacer presión mediática en contra del jugador. Incluso va amenazar con llevar su contrato, que consideraban desproporcionado, a la justicia ordinaria. Cuando De Jong y sus agentes se enteraron, contraatacaron y estuvieron a punto de denunciar la situación en la FIFA. En ese momento el Barça se echó atrás.

Aparte del dinero, De Jong estaba molesto con el Barça porque cuando firmó el contrato le habían prometido que sería el relevo natural de Sergio Busquets. A la hora de la verdad, raramente ocupaba la posición de pívot único. Además, con la irrupción de Gavi, en la secretaría técnica consideraban que su posición estaba cubierta ya con alguien de la casa que, económicamente, salía más barato. Un conflicto más del que el jugador se enteró a posteriori.

Hoy los problemas y las dudas han quedado atrás. De Jong es feliz en el Barça y en Barcelona. Se siente titular, protagonista y útil. Está cómodo en el vestuario, donde ya es todo un veterano con seis temporadas de experiencia. El equipo tiene otro aire. Cree que hay una generación ganadora y sueña con títulos grandes, como esa Champions que estuvo a punto de conseguir con el Ajax justo antes de aterrizar en Barcelona. Cree que en el Camp Nou –o en Montjuïc– levantar la orejuda es posible.

La máquina de hacer dinero y triturar jugadores