La 'desaparición' de los vicepresidentes del Barça
Rafa Yuste, Juli Guiu y Antonio Escudero tienen actualmente un papel secundario en el club que no se corresponde con su cargo
BarcelonaHay un vicepresidente del Barça que tiene un castillo con una plaza de toros, que algunos empleados del club no sabrían reconocerlo si se lo encontraran cara a cara y que es conocido por los boleros que canta cuando visita las peñas azulgranas. Se trata de Antonio Escudero, empresario establecido en La Jonquera y vicepresidente del área social del Barça. Pero, desde los despachos de Arístides Maillol, explican al ARA que "no es habitual que venga a las oficinas".
Forma parte de la junta de Laporta gracias a que fue una de las personas que más dinero aportó al aval que permitió el segundo mandato del abogado. "Hace tiempo que todo lo que hago en esta vida es por gusto. Ya no hago nada por dinero, porque eso lo tengo cubierto", dijo Escudero en una conversación con este diario en diciembre del 2022. Más allá de su tour por las peñas del Barça, poca influencia tiene en la parte social del club pese a ser su vicepresidente responsable. Una demostración es que no tiene un rol protagonista en el conflicto entre el Espai d'Animació y la junta de Laporta después de que ésta no lo deje entrar en Montjuïc hasta que no pague los 21.000 euros de sanción por comportamientos inapropiados.
El caso de Escudero es un ejemplo de la importancia residual de la mayoría de vicepresidentes del Barça en la actualidad. Esta dinámica se acentuó después de la dimisión el pasado marzo del vicepresidente económico Eduard Romeu, el ideólogo del concepto palanca para referirse a la venta de patrimonio del club para conseguir ingresos a corto plazo para fichar o inscribir a jugadores. La excepción es la vicepresidenta institucional Maria Elena Fort, que tiene un papel capital, como mínimo a la hora de dar explicaciones públicas, en la gestión de la remodelación del Camp Nou y en el exilio temporal del primer equipo de fútbol masculino a Montjuïc. Los dos vicepresidentes restantes, Juli Guiu y Rafa Yuste, han visto cómo el mandato avanzaba en paralelo a su reducción de poder en el club.
El antes y el después de la negociación con Nike
La renovación del contrato del Barça con Nike ha dejado varias heridas abiertas. Una de las más desgarradoras es la decepción de Juli Guiu, el vicepresidente del área de marketing, por su papel secundario durante la negociación con la multinacional estadounidense después de haber tenido una relevancia significativa en el acuerdo con Spotify. Esta vez la batuta la ha llevado en todo momento el presidente Laporta, que decidió que Darren Dein, exagente de Cesc Fàbregas e hijo del exvicepresidente del Arsenal David Dein, participara como intermediario, como ya había hecho con Spotify. A cambio, como avanzó el ARA, Dein se llevará un total de 50 millones de euros que pagará mayoritariamente el Barça.
La participación de Darren Dein no gustó a Guiu que, pese a ser el vicepresidente responsable del área de marketing, decidió pasar desapercibido en la asamblea extraordinaria del 21 de diciembre en la que los socios compromisarios ratificaron el acuerdo con Nike. Las caras visibles fueron el presidente Laporta y Ferran Olivé, el tesorero con algunas funciones de director general.
El coste de defender a Xavi
A Rafa Yuste, vicepresidente deportivo del Barça, le gusta recordar habitualmente que él conoce a Laporta desde que tenían 6 años, cuando se hicieron amigos en la escuela. La amistad se fue consolidando y compartieron aventuras de juventud, como la de presenciar conjuntamente en las gradas de Wembley la final que dio la primera Copa de Europa al Barça de fútbol en 1992. En 2005, Yuste entró a formar parte de la junta directiva del primer mandato de Laporta y ha repetido desde el inicio del segundo.
Así como durante el inicio de esta segunda etapa Yuste aparecía a menudo junto a Laporta, su presencia fotográfica se ha ido reduciendo en los últimos meses. Sigue formando parte de la comisión deportiva, pero su voz cada vez se oye menos cuando se trata de tomar decisiones. Incluso, el otro directivo miembro de la comisión deportiva (sin cargo de vicepresidente), Joan Soler, le ha pasado por delante. Actualmente, las decisiones en clave deportiva se cocinan entre el propio Soler, Deco, Enric Masip, Alejandro Echevarría desde la sombra y, evidentemente, Laporta.
La pérdida de influencia de Yuste tiene una relación directa con la salida de Xavi Hernández el pasado verano. El vicepresidente deportivo estuvo junto al entrenador egarense en todo momento. Se opuso a la destitución, lo apoyó mientras el resto de la comisión deportiva ya cocinaba la llegada de Hansi Flick y lideró la expedición a Sevilla en el último partido de Xavi en el banquillo. Poco después, Yuste ya no viajó a la gira norteamericana del Barça y también ha estado ausente en partidos trascendentales de este curso a domicilio, como el reciente en Dortmund.