Barça

Minuto y resultado del agujero negro de Barça Vision

La palanca que salvó el verano azulgrana en el 2022 desde entonces se ha convertido en un quebradero de cabeza económico para la junta de Joan Laporta

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Joan Laporta en su última comparecencia pública.

BarcelonaEl verano de las palancas, el del 2022, permitió al Barça de Joan Laporta ir con mucha alegría al mercado de fichajes. Hacía un año que Leo Messi se había marchado entre lágrimas y el presidente ejecutivo azulgrana consideró que había que rehacer la plantilla a golpe de talonario para devolver la ilusión al socio. Los fichajes de Lewandowski, Kounde y Raphinha fueron la cara amable de unos meses en los que la entidad pudo pugnar por jugadores con los gigantes de la Premier. La venta anticipada del 25% de los derechos audiovisuales de la Liga durante veinticinco años a cambio de más de 500 millones financió sus adquisiciones. Pero a la hora de inscribirlas fue necesario otro booster económico para alcanzar la norma 1:1 en el fair play financiero, la misma por la que el club frisa en estos momentos.

Así, con la Liga a punto de empezar y una urgencia evidente, el Barça aceleró la venta de Barça Studios primero a Socios.com y después a una patrimonial de Jaume Roures. Un 24,5% por sociedad (49% entre ambas) a cambio de un total de 200 millones restablecía una normalidad que, sin embargo, no fue suficiente para registrar Kounde, finalmente regularizado gracias a un aval personal de Laporta. La doble operación se vendió con pompa a través de los canales oficiales: "Servirá para acelerar el crecimiento de la estrategia digital, NFT y web.3". Meses después, el club detalló en la asamblea de socios el calendario para alcanzar los 200 millones: 20 en el momento de la firma, 60 en el 2023, 60 en el 2024 y 60 en el 2025.

Pero la realidad no fue tan hermosa. Socios.com y Roures, que solamente firmaron un derecho de compra, únicamente pagaron los 20 millones iniciales. Por eso el Barça tuvo que buscar nuevos inversores que encontraran sentido a entrar en un negocio tan poco desarrollado internamente como poco estable en su valoración externa. Una de las soluciones fue denominarlo Barça Vision y ponerlo bajo un paraguas más ambicioso, Barça Media, que debía llegar a una valoración de 1.000 millones si se cumplían las expectativas en el Nasdaq. "Es la madre de todas las palancas", definió, contundente, el economista Xavier Sala i Martín, amigo de Laporta y exvicepresidente azulgrana entre el 2008 y el 2010. Pero el plan bursátil fracasó cuando Libero Football Finance, el inversor que prometió cumplir el calendario de pagos, nunca abonó todo el dinero pactado.

Los otros 40 millones se han arrastrado desde el pasado verano y han acabado de convertir a Barça Vision en un boomerang perverso. En 2022, la palanca permitió al Barça recuperar la norma 1:1 del fair play de la Liga, pero ahora es el principal causante de que la institución, nuevamente fuera de la regla 1:1, necesite soluciones rocambolescas para registrar fichajes aunque se esfuerce por rebajar masa salarial. Y lo peor es que no hay medidas en el horizonte para arreglar el galimatías más allá de la urgencia financiera. Así lo creen en los despachos económicos del club, donde reina la resignación por la falta de tangibilidad del negocio. "Ahora mismo, Barça Vision únicamente son expectativas y así es muy difícil convencer a nadie", valoraban hace unos meses desde Aristides Maillol. En este contexto se enmarca la anómala subasta que se hizo del NFT de Alexia Putellas o la salida voluntaria reciente de Albert Bagó, director de estrategia del Barça.

Aramark solamente tapa una parte del agujero

Como no existe un plan de negocio consistente para Barça Vision, la única solución que ha encontrado Laporta para suturar el desgarro es vender una parte de la tarta a Aramark, la empresa que explotará el catering del nuevo Camp Nou en los próximos veinticinco años. Jugosa prebenda para la multinacional estadounidense, que ha respaldado los necesitados 40 millones de Libero en dos conceptos. Por un lado, 15 millones correspondientes a bocadillos y canapés que aún no ha preparado y, por otro, 25 millones para Barça Vision. Ahora bien, en relación con esta segunda cantidad, Laporta reconoció hace unos días que la Liga tan solo había computado 15 porque los 10 restantes eran para devolverlos a otro socio del negocio. Consultado por el ARA, Roures sostiene que esta cifra no tiene "nada que ver" con él, mientras que Socios.com ni confirma ni desmiente que el dinero haya servido para compensar los 10 millones que desembolsó en el verano del 2022. Silencio y oscuridad.

Sea como fuere, el rompecabezas es descomunal y, como se apuntaba más arriba, nada hace pensar en la aparición de socios estratégicos que den valor real a la actividad de Barça Vision. Por el contrario: impera la necesidad de seguir tapando el agujero negro con soluciones más grasas que fibrosas. No es casualidad, en este sentido, que se hable de un bonus de 120 millones para que Nike renueve hasta el 2038 su contrato con el club. Es la misma cantidad que, a los ojos de la Liga, queda por satisfacer en el calendario de pagos de Barça Vision: los 60 millones del 2024 y los 60 del 2025.

El peligro contable

El 6 de agosto, según un comunicado que publicó Libero, esta sociedad se desprendió de un 6,14% de Barça Vision a cambio de los 25 millones de Aramark. El mismo comunicado decía que Libero estaba entonces en negociaciones para deshacerse de los 15 millones restantes impagados de los 40 que debía afrontar en el 2023 (cuando el Barça dé los números del ejercicio tendrá que verse si esto ya tiene un impacto en la valoración contable del negocio audiovisual del club) y que el acuerdo también supuso finalizar el litigio judicial que el Barça había puesto en marcha contra Libero a causa de los impagos.

Desde el punto de vista contable, Barça Vision supuso 408 millones de euros al cierre del ejercicio 2022-2023. Los primeros 200 pertenecen al 49% del negocio que han comprado los inversores y los 208 restantes se los adjudica el Barça a cambio del 51% de Barça Vision que posee en una maniobra llamada puesta en equivalencia en la jerga financiera. Pero cada impago de un inversor pone en peligro esta valoración, que podría reducirse en las cuentas del club. La junta de Laporta ahora debe revertir como pueda los 60 millones que Libero no pagará este año porque, si no es así, el valor contable del 49% de Barça Vision pasará a ser de 140 millones y, además, el club tendrá que aprovisionar algo más de 60 millones de su 51%. Es decir, pondrá en riesgo una cifra superior a los 120 millones contables.

Y aún quedarán los 60 millones que Roures y Socios.com no pagarán en el 2025 y que suponen el mismo peligro contable que los impagos de este año. En todo este lío, hay dos supervisores que deben dictar los límites hasta dónde puede llegar el Barça: la Liga de Javier Tebas y el auditor del club, Grant Thornton. Precisamente, el auditor ahora mismo examina los números del ejercicio 2023-2024, aún sin cerrar. Fuentes de Aristides Maillol informan al ARA de que no habrá ninguna operación de última hora y que la previsión es sellarlos con resultados ordinarios positivos.

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