Las palabras bonitas del último salvador del Barça
Ruslan Birladeanu, bajo sospecha de la Liga, se deja ver por el Mobile World Congress
Barcelona"Tengo la suerte de conocer a los proveedores que debo conocer. Y éste no le conozco". Esta afirmación pertenece a uno de los numerosos empleados del Barça que asistieron este martes al Sports Tomorrow Congress, las jornadas que la institución culé organiza en el Mobile World Congress. Faltaban muy pocos minutos para el inicio de la charla de Ruslan Birladeanu, el fundador de la empresa que debe desarrollar la operadora de telecomunicaciones Barça Mobile, y este trabajador azulgrana, con más información y contexto que la mayoría de los asistentes, no transmitía demasiadas garantías sobre lo que el auditorio iba a sospechas de la Liga en el marco de las correderas por inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor.
Birladeanu repitió la indumentaria que ya lució en la jornada inaugural del MWC. Vestido azul oscuro, corbata con los colores del Barça y un pin con el escudo del club en la solapa. Al lado, con una expresión más tensa que la de su padre, Andrei Birladeanu, que ha realizado igualmente negocios con la entidad en los últimos meses, lucía directamente una bufanda azulgrana. Pero sólo el Ruslan se subió al escenario para intentar explicar, en un inglés entre el aprobado y el notable, en qué consiste el proyecto que le ha valido para ser definido por el Barça como un "líder mundial en conectividad e integraciones de infraestructuras" pese a no tener ninguna experiencia previa acreditada en ningún canal oficial. Le acompañaron Bryan Bachner, responsable de Barça Vision, y Míriam Ferrando, CIO del club.
Había expectación por oír las explicaciones de Birladeanu. Decenas de profesionales del sector, periodistas especializados y medios generalistas estaban listos para recoger las reflexiones del cloqueado experto en telecomunicaciones. También había una gran pantalla que los conferenciantes de otras temáticas habían utilizado para detallar y organizar sus presentaciones. Sin embargo, la del empresario moldavo se escenificó como una charla dirigida por Bachner, con una única transparencia —la inicial, con la cara y el cargo de los tres participantes— y escasas precisiones técnicas en un contexto precisamente propicio por haberlas ofrecido. "Para hablar de tecnología necesito más tiempo. Ahora apenas estamos en fundación. Ya vendrán las sorpresas", contestó Birladeanu inquirido por Bachner, quien por momentos parecía preguntar más de lo que su interlocutor podía responder. Como si no fuera cómplice.
Ninguna referencia a MasOrange, la clave de la conectividad
"Hay millones de fans que aman al Barça y que podrán estar conectados al club a través de Barça Mobile", repitió varias veces el nuevo proveedor culé, contratado de espaldas en el área comercial de la entidad y únicamente provisto de una tableta para no perder el hilo de sus vacuas explicaciones en el MWC. "El Barça es el símbolo de Barcelona y daremos la oportunidad a quienes visitan la ciudad de conectarse con el club", razonó Birladeanu, quien no aportó ninguna experiencia previa en la implementación de tecnología 5G en recintos para miles de personas análogos en el futuro Camp Nou. "El estadio significa energía, conexión. Barça Mobile debe alimentar la sensación de que el Barça es una familia", proclamó el hombre de negocios moldavo, que tampoco detalló qué sinergias tejerá con MasOrange, la compañía que permitirá que el Espai Barça satisfaga las necesidades de conectividad de los millones de socios, aficionados y turistas. De hecho, no mencionó a la multinacional que se impuso a Telefónica y Cellnex ni una sola vez.
Birladeanu, que también reconoce haber pagado 28 millones de euros a través de la compañía New Era Visionary Group (con una filial española domiciliada en Sant Andreu) para ayudar al Barça a inscribir a Olmo con la venta de asientos vip, salió del escenario entre tímidos aplausos. Después, con la férrea escolta de una amable empleada de comunicación del club cuyo objetivo era que no hablara con ningún periodista, desapareció con su hijo entre el plancton de pantallas, bits y capitalismo del MWC.