Apuntes en caliente

Nunca es tarde para convencer a Flick: los apuntes en caliente del Valencia-Barça

Nueva goleada azulgrana en la Copa del Rey contra un rival empequeñecido

Eric Garcia yendo al suelo para robar un balón a Sadiq.
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BarcelonaGoleada de escándalo del Barça ante un Valencia terrorífico en la Copa del Rey. Los azulgranas están ya en las semifinales gracias a una actuación brillante coronada por un hat-trick de Ferran Torres. A continuación, unos apuntes en caliente.

Argumentos para alimentar un debate. Doce goles –siete más cinco– en dos compromisos ante el Barça se ha tragado el peor Valencia de la historia reciente. Cuatro de Ferran Torres. Alejado definitivamente de la banda, el atacante de Foios está aprovechando los descansos de Lewandowski no solo para ver portería, sino para demostrarle a Flick que el futuro a corto plazo quizá pida jugar con un punta más móvil, más obsedido con el desmarque que con el remate. Nada que decir a estas alturas sobre el rendimiento individual del polaco, pero tampoco cabe obviar que sin él el equipo es aún más goleador. Desde Fin de Año, Flick le ha sentado ante el Betis (5-1) y dos veces ante el Valencia (7-1 y 0-5). Ehem.

Qué parejita. El Barça arrolló a Mestalla porque desplegó su plan y exhibió el acierto rematador de principios de temporada. Poco importó que Corberán saliera con cinco defensas. La presión funcionó y los desmarques fueron desgarradores. Pero hay que detenerse en el rendimiento de los cuatro traseros, cuyo atrevimiento propició que los de delante pudieran golear. Como muestra, el primer gol, el más importante. Cubarsí, que lo juega todo, rompió líneas con el pase para Balde, que a su vez habilitó a Ferran. Defensas generando ataque, una máxima compartida también por Eric Garcia, a quien Flick empieza a creerse como central (nunca es tarde para convencerle). Con Iñigo Martínez ya recuperado para la causa, ¿cuándo jugará Araujo? Palomitas en el microondas.

Ni amarilla, tú. La visita más plácida jamás imaginada en Mestalla estuvo a punto de dejar a Pedri cojo al menos para unos días. Ya vencían los azulgranas cuando Guillamón entró intentar detener al mediocentro canario en una transición vertical con una entrada de la misma categoría que la que el Madrid ha convertido prácticamente en un asunto de estado estos días: la de Carlos Romero en Mbappé. Ortiz Arias señaló falta sin amarilla y desde el VAR no animaron al colegiado madrileño a revisar la jugada para modificar el color de la tarjeta. ¿Qué debemos pensar? ¿Que la expulsión no se valoró para que Florentino no denunciara el agravio? ¿Que Ortiz, madrileño, no quería dejar al pobre Valencia con 10? Pereza, sí.

Un club social. Como el equipo va ganando partidos y ya ha dejado atrás el bache de finales del 2024, pasa desapercibido que Ansu Fati haya vuelto a caer el primero de las convocatorias cuando hay exceso de efectivos. Desde dentro del club le han dicho por activa y por pasiva que no jugaría y que lo mejor era que se buscara un equipo en el mercado de invierno, pero él ha optado por quedarse quieto y cobrar la tercera ficha más alta de la plantilla por ni siquiera aspirar a jugar algún minuto en partidos resueltos por la vía rápida. Triste imagen, la del hispanoguineano, un juguete roto debido al pésimo consejo de quienes permitieron que no se operara de las lesiones musculares. Y mala pieza en el telar para el Barça, que más que un club, para Fati parece una ONG.

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