La Liga

"Tebas es el mejor presidente posible, aunque no quede bien decirlo"

El presidente de la Liga ha reeditado el cargo que ocupa desde 2013 sin oposición

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Javier Tebas, presidente de la Liga

BarcelonaJavier Tebas (Costa Rica, 1962) es una de esas personas que no dejan indiferente a nadie. De las que están en todas las salsas. Pero tras la faceta más llamativa y controvertida se esconde un personaje hiperactivo que ha dedicado la última década a transformar la Liga. Vinculado al fútbol desde los años 90, fue presidente del Huesca de 1993 a 1998 y posteriormente se dedicó a asesorar a múltiples clubes profesionales. Representante del G-30 desde 2003 –actualmente, G-35–, continuó su escalada profesional hasta alcanzar la presidencia de la patronal de clubs en 2013. Fue el único candidato. Esta semana comienza su cuarto mandato tras ser, de nuevo, el único aspirante a los comicios.

Cuatro elecciones ganadas, todas sin oposición. Solo en el 2016 había una alternativa, la de Alex Aranzábal, entonces presidente del Eibar, aunque al final no pudo presentarse por falta de avales. "El fútbol no sería igual sin Tebas. Puso la Liga donde debía estar y generó muchísimo dinero para la industria en general. Al final los clubs valoran esto", aseguran fuentes de la patronal. Tebas aterrizó en un momento convulso, cuando el gobierno español amenazaba con intervenir el negocio del fútbol por los impagos a Hacienda ya los futbolistas. "Ha hecho crecer los ingresos e impuesto una disciplina económica a los clubs que, de no ser obligatoria, no seguirían", analiza Marc Menchén, cofundador y CEO de 2PlayBook. "El fútbol español necesitaba un cambio y Tebas representó esto en los primeros mandatos", añade Marc Círia, financiero, socio fundador y presidente ejecutivo de Diagonal Asset Management, que alaba la primera etapa pero discrepa de las últimas decisiones tomadas por la patronal.

"Hay dos Javiers"

Quienes le conocen bien aseguran que la imagen pública a menudo le eclipsa. Que es alguien "tolerante con las ideas de todos" pero que nunca renuncia a defender sus ideales –fue militante de Fuerza Nueva y se define abiertamente como seguidor del Real Madrid– aunque eso signifique añadir más leña al fuego. En su entorno le recomiendan que sea más selectivo y moderado en las redes sociales pero, como es evidente, no les hace ningún caso. Sin embargo, es el mismo que se sienta en una mesa a hablar de números. "Con él evitaba hablar de política. Pero de negocios, lo que hiciera falta. Y era fácil ponernos de acuerdo", admite un expresidente que se había reunido a menudo.

Tebas es poco noctámbulo. Se activa sobre las 5 de la mañana y le cuesta desconectar hasta las 11 de la noche. A la patronal le definen como "increíblemente inteligente, trabajador y exigente". Y que, lejos de la parte más alocada, gana mucho en las distancias cortas. Una persona muy casera, padre de cuatro hijos, que cuando no está trabajando dedica todo el tiempo a su familia. Los negocios han desgastado su pasión por el fútbol. "Siempre le invitan a los partidos pero nunca va, aunque no pierde detalle por televisión", explican. Tiene casa en el Pirineo Aragonés y en invierno se refugia en el esquí, el deporte que le apasiona desde pequeño.

La gran fricción entre Tebas y Florentino

La primera tarea como presidente de la Liga fue la de sanear los clubs e imponer las normativas del fair play financiero. Una regla, esta última, popular desde la pandemia pero que también habían sufrido a los clubs más modestos en su inicio. Luego, la expansión gracias al mercado audiovisual. "Tenía visión de futuro, sobre todo con los derechos televisivos. A corto plazo, la comercialización conjunta parecía que podía perjudicarnos, pero teníamos claro que a la larga era un buen negocio global", añade un antiguo directivo azulgrana. El Real Madrid quedó solo en esa batalla y esto le supuso un distanciamiento con su presidente, Florentino Pérez. Después se añadiría el proyecto de la Superliga, que Tebas ha intentado boicotear desde el principio. Hoy la relación entre ambos mandatarios está rota. "Esto no ha cambiado lo más mínimo su manera de trabajar ni de defender que el negocio debía ser colectivo y no individual", dicen a la patronal.

También tuvo sus roces con el Barça, club que le había apoyado durante el mandato de Josep Maria Bartomeu. La adhesión a la Superliga fue la causa. "La situación se recondujo, aunque no estamos de acuerdo con todo", apuntan en el Camp Nou. El control económico es otro punto de fricción, aunque en Barcelona saben que éste no es un tema que controle directamente a Tebas, sino que va por otros departamentos de la Liga. Esto, y la flexibilización de la normativa –no para ayudar sólo al Barça, sino a todos los clubs– ha ayudado a rebajar la tensión.

Dos visiones de futuro opuestas

"Algo que ha gustado mucho a los clubs es que la expansión global de la competición les ha permitido tener acceso a nuevos mercados. Esto se ha traducido en nuevos patrocinios, acuerdos comerciales...", reflexiona Menchén. Más ingresos, en el fondo. Aunque Círia le reprocha un rol demasiado pasivo en el adiós de dos figuras como Cristiano Ronaldo o Leo Messi. "Dejó perder la oportunidad de ser la Liga más vista y la más entretenida. Su primer tramo fue muy bueno y creía que la inercia sería suficiente. Pero fue víctima de su propia estructura", añade. el financiero, que echa de menos un relevo generacional, no sólo en la figura de Tebas sino en general en los mandatarios del fútbol español.

Pero los clubs de la Liga son soberanos y quieren a Tebas, a quien le han concedido aumentos de sueldo millonarios –uno de ellos, ante la amenaza de irse a dirigir la Serie A italiana–. "Seguramente, es lo mejor que podemos tener, aunque no quede bien decirlo públicamente", dicen desde las oficinas del Camp Nou.

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