PRIMERA DIVISIÓN

Enseñar las debilidades hace creíble al Girona, que se zampa a Osasuna

Montilivi encadena una nueva victoria, que le devuelve al segundo puesto, gracias a los goles de Portu y Savinho

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Portu, celebrando su gol en la primera parte

GIRONADurante demasiados años, enseñar las debilidades no estaba bien visto. Y todavía hoy mucha gente hace una mueca. Míchel, el entrenador del Girona, que ha superado a Osasuna con de forma merecida (2-0), no tiene ningún problema en reconocer que lo pasa mal y que hay cosas que pueden hacerle daño. Lo dice sin esconderse. Lo normaliza. Se necesitan más Míchels, sin duda.

Además, el madrileño es un excelente comunicador. Sabe cuándo, dónde, cómo ya quién lanzar mensajes. Y acierta, por supuesto que acierta. Hace quince días, cuando el vestuario encadenó dos derrotas consecutivas, salió a defender a sus futbolistas sin necesidad alguna asegurando que lucharían por estar en la Champions. Y el equipo respondió ganando 3-0 al Rayo. El viernes, tras la tercera derrota en cuatro partidos, volvió a coger el micrófono, esta vez para abrirse en serio. Dijo que no entrar en la Liga de Campeones, con el año histórico que está viviendo un grupo humano implicado las veinticuatro horas del día en hacerla gorda, sería un golpe muy fuerte.

Fue muy sincero, porque descubriendo esta realidad alguien podría confundir el significado de sus palabras, que no dicen que el Girona tenga miedo de perder su sitio dentro del top 4. No es eso. El golpe de efecto que Míchel quería dar, ahora que la serie de resultados se aleja mucho de lo que han sido acostumbrados a realizar todo el curso y que empiezan a aparecer las primeras críticas de una parte del mundo del fútbol que no ha tardado a meter cucharada para asegurar "Yo ya lo sabía, que éstos caerían", era el hecho de recordar que la ilusión debe ser más fuerte que todo. Porque el Girona puede perder partidos, claro, pero no puede perder las mariposas en el estómago. Si pierde esto, es equipo muerto.

Y sus hombres, que le seguirían al fin del mundo si se lo pidiera, le entendieron. Como siempre. Nada de dudas por los últimos resultados. Nada de reproches por los últimos errores. Nada de desconfianzas por el mal juego de los últimos días. En la clasificación llevan semanas sin ocupar el primer puesto. De hecho, antes del partido contra los de Arrasate no eran ni segundos (ahora sí). ¿Y qué? El tercer puesto es el paraíso. Así debe vivirse y no de otra manera. Pelota al suelo ya tranquilizarse: el remedio que lo soluciona todo.

Vuelve la defensa titular

Para respirar con calma, nada mejor que recuperar una defensa titular que, entre unas cosas y otras, no coincidía desde el 21 de diciembre. Es decir, desde antes de Navidad que no jugaban juntos Eric Garcia, David López y Daley Blind. Y el Girona todavía está ahí arriba, qué mérito. Reencontrarte con quien te da seguridad, cuando el juego no fluye como fluía, porque el bajón es evidente, es un bien necesario. Cómo adelantarte pronto en el marcador: en el minuto trece Portu ya había agujereado la red rival, aprovechando una asistencia preciosa de Tsygankov, que se inventó un espacio donde no había nada. La jugada la inicia Eric, rompiendo desde atrás. Un gol digno de la mejor versión de los gerundenses.

Con la ventaja, sin embargo, llegó el desierto. El centro del campo, huérfano de Yangel Herrera durante seis semanas, intentaba protegerse con el balón de un Osasuna valiente que quería apretar arriba y dar recursos a Budimir para que pillara alguna. Pero ni en broma. Su homólogo rojiblanco, Artem Dovbyk, obsesionado con romper la estadística, porque lleva seis jornadas sin marcar, se dejó el físico luchando cada disputa con Catena y siguió desafinando ante la portería. Herrera no tenía ni que detenerlas, ya que iban a las nubes. Ya marcará, no sufra.

La oportunidad más clara fue para Blind, parado por Herrando cuando el segundo ya se cantaba. Pero había una mala noticia, la lesión de Tsygankov, que veremos para cuánto tiempo tiene. Montilivi, fiable además de no poder (11 triunfos y 2 empates en 14 partidos) se encendió con el arbitraje, que obvió un empujón clarísimo a Savinho, que hizo el segundo, abrazando el duelo con un lazo, como se hace con los regalos. Porque cada partido del Girona lo es.

  • Gerona: Gazzaniga, Eric García, David López, Blind, Miguel, Aleix García, Iván Martín (Pablo Torre, 91'), Portu (Jhon Solís, 80'), Tsygankov (Yan Couto, 64'), Savinho (Jastin, 91 ') y Dovbyk (Stuani, 80'). Entrenador: Míchel Sánchez.
  • Osasuna: Herrera, Unai García, Catena, Herrando, Areso (Ibáñez, 88'), Mojica, Turrón (Moi Gómez, 70'), Moncayola, Aimar, Rubén García (Raúl García, 70') y Budimir (Arnaiz, 88') ). Entrenador: Jagoba Arrasate.
  • Goles: 1-0 Portu (13') y Savinho (86').
  • Árbitro: Busquets Ferrer (Comité Balear).
  • Tarjetas amarillas: Iván Martín (35'), Herrando (45'), Eric Garcia (58'), Portu (68'), Areso (72') y Moi Gómez (93').
  • Tarjetas rojas: Ninguna.
  • Estadio: Montilivi, 11.598 espectadores.
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