Juegos Olímpicos

Los Juegos de Tokyo cierran una época en un deporte catalán que busca cómo poder crecer

El deporte catalán ha ganado cinco medallas, ninguna de las cuales de oro, y ha subido al podio en menos disciplinas que hace cinco años

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Jordi Xammar, primer medallista catalán en Tokyo

Los Juegos de Tokyo cierran una etapa dorada del deporte catalán. En Japón se han despedido deportistas como los hermanos Gasol, buena parte de la espina dorsal de la selección masculina de hockey o Laia Palau, por ejemplo. Otros, como Mireia Belmonte o algunas jugadoras de waterpolo, todavía podrían llegar a París dentro de tres años. Una cita en la que sí estará seguro Saúl Craviotto, el catalán con más medallas de la historia. Ya lleva cinco y quiere más. El deporte catalán, como le pasa al español, encara este ciclo de la próxima olimpiada preguntándose cómo puede seguir creciendo, porque no lo hace, a pesar de la aparición de jóvenes prometedores. El deporte base siempre brilla, pero las ayudas recibidas, comparadas con otros países, son pocas.

En Tokyo, 17 deportistas catalanes se han colgado una medalla en el corazón. Una cifra superior a las 14 de Río de Janeiro, a pesar de que entonces estas 14 medallas estaban más repartidas. Es decir, de estas 17 medallas de la cita japonesa, 10 son de jugadoras de la selección de waterpolo femenino, 6 de la selección masculina de balonmano y 5 de la selección masculina de fútbol. En Japón se han conseguido medallas en apenas cinco pruebas, menos que las 8 de Río de Janeiro. Los Juegos de 2008 siguen siendo aquellos en los que más catalanes subieron a un podio, con un total de 32 deportistas. Y la cita de Barcelona 1992 todavía es aquella en la que las medallas estuvieron más repartidas en diferentes pruebas: llegaron hasta las 12.

"Eran unos Juegos extraños, porque la pandemia afectó a la preparación de todo el mundo. Se han visto muchas sorpresas. Creo que nos tenemos que quedar con el hecho de que se ha competido bien y los Juegos se han podido hacer", explicaba el presidente del COE, Alejandro Blanco, y añadía que "179 de los 322 deportistas españoles han sido finalistas". Y, de estos, 100 eran catalanes, el 51% de los cuales mujeres. Los deportistas, sin embargo, destacan que para poder competir contra estados que con menos población, como los Países Bajos o Dinamarca, ganan más medallas, hacen falta ayudas. El programa creado para potenciar el deporte estatal de cara a los Juegos de Barcelona, el ADO, en el que se mezcla capital público y privado, ha ido recortando sus aportaciones con el paso del tiempo. Si en 2008 eran unos 63 millones de euros, en 2012 ya eran 52 millones. En 2016, bajó a 36 y para estos ha sido de 22. La crisis económica y el cambio del modelo televisivo que deja a las marcas privadas sin mucho espacio para publicitarse no han ayudado a un modelo que no puede competir contra países con más tradición, como Francia o Italia. "La base de clubes es importante; en el hockey competimos porque tenemos a los clubes de Terrassa que hacen comunidad", dice David Alegre. Es decir, a veces el deporte compite bien gracias a la existencia de clubes, como pasa con el CN Sabadell y el Atlètic Barceloneta en waterpolo, o últimamente con el CN Sant Andreu en la natación. Las aportaciones recibidas por los deportistas de las Federaciones también se han recortado los últimos años. «En ocasiones tienes que pedir tú mismo apoyo de marcas para recibir publicidad, pero la misma marca que ayudaba a deportistas hace años ahora no te apoya si no tienes suficientes seguidores en Instagram», se quejaba ya antes de Tokyo Aina Cid.

Como ha ido pasando en los últimos años, la delegación española confiaba mucho en poder conseguir grandes éxitos en deportes de equipos, deportes en los que no hace falta tanto el apoyo público, puesto que hay una buena red de clubes que forma jugadores de baloncesto, balonmano o fútbol. Ahora los equipos han vuelto con cierto regusto amargo porque no pueden hacer subir al podio a ninguno de los dos equipos de baloncesto y hockey sobre hierba. Al waterpolo masculino también se le ha escapado el bronce en el último partido, después de un torneo magnífico. Quien sí pudo quedarse con la tercera posición ha sido la selección masculina de balonmano, entrenada por el catalán Jordi Ribera, con Antonio García, Adrià Figueras, Ferran Solé, Aleix Gómez, Valero Rivera y Viran Morros en el equipo.

Una generación dorada del waterpolo femenino ha ganado la segunda medalla de plata en los últimos tres Juegos Olímpicos, después de caer en la final contra los Estados Unidos, tal como ya pasó en 2012. Todo un éxito para el equipo entrenado por Miki Oca, en el que 10 de las 12 jugadoras son catalanas: Marta Bach, Maica Garcia, Anna Espar, Clara Espar, Laura Ester, Judith Forca, Irene González, Paula Leitón, Bea Ortiz y Roser Tarragó. También ha acabado con una plata el equipo masculino de fútbol, después de caer en la prórroga contra los brasileños, con Marc Cucurella, Eric Garcia, Óscar Mingueza, Dani Olmo y Javi Puado en el equipo.

Las jugadoras de la selección española de waterpolo con la medalla de plata.

Quien no ha fallado es Saúl Craviotto, con su medalla de plata en el K4-500, una prueba en la que todavía no había subido al podio, puesto que sus anteriores cuatro medallas habían estado en K1 (embarcación individual) o haciendo pareja en el K2. En sus cuartos Juegos Olímpicos consecutivos, el leridano se ha convertido en el primer catalán y el segundo español en ganar cinco medallas olímpicas, y ha sumado esta plata a los oros conseguidos en 2008 y en 2016, así como la plata de 2012 y otro bronce en 2016. Y ahora quiere una sexta medalla en tres años. En Tokyo, Craviotto también ha ganado un diploma olímpico en el K2-500. Craviotto es policía nacional, destinado en Asturias, y con este trabajo puede compaginar los entrenamientos. Un modelo muy común en Italia o Francia, donde muchos atletas entran a formar parte de cuerpos policiales porque reciben facilidades para entrenar. Craviotto, sin embargo, sí tiene que trabajar uniformado. Durante el covid-19 patrullaba por las calles.

Celebración de Saúl Craviotto

La primera medalla la ganó el barcelonés Jordi Xammar haciendo pareja con el gallego Nico Rodríguez en vela, con un bronce en el 470. Y rompió, de paso, una sequía que duraba desde 2004 de ninguna medalla en uno de los deportes que más alegrías suele dar al deporte catalán, la vela. Un deporte que está en riesgo porque la nueva ley de costas amenaza con cerrar muchos de los clubes de los que han salido campeones.

Además de las medallas, 18 deportistas han ganado un diploma olímpico. Muchos de ellos jóvenes con futuro que ya piensan en los Juegos de París. De estos diplomas, seguramente el más amargo fue el de Mireia Belmonte, que se quedó a menos de medio segundo de subir al podio por terceros Juegos consecutivos a la prueba de los 400 estilos.

En el remo, Aina Cid haciendo pareja con Virginia Díaz y Manel Balastegui haciendo pareja con Caetano Horta ganaron un diploma en sus pruebas de K2. Este es el segundo diploma de Aina Cid, porque ya ganó uno en 2016. Y Núria Vilarrubla fue finalista en piragüismo y se llevó el diploma. El atleta leridano Ayad Lamdassem brilló en el maratón, mientras que el equipo de natación sincronizada liderado por Ona Carbonell, con Iris Tió, Meritxell Mas, Paula Ramírez y Berta Ferreras, consiguió el diploma al acabar en la séptima posición.

Mireia Belmonte

La tenista Paula Badosa se quedó a un paso de luchar por las medallas, pero no pudo finalizar su partido de cuartos de final por culpa del calor. Eso sí, la jugadora nacida en Veneçuela de padres vascos, pero miembro del CT Barcelona, Garbiñe Muguruza, se ha llevado un diploma. En la doma clásica, la barcelonesa Beatriz Ferrer-Salado se lleva un nuevo diploma, que hay que añadir a una larga lista de galardones, incluidas las dos medallas de los Juegos de 2004. En vela, Florian Trittel, haciendo pareja con Tara Pacheco, se llevó uno diploma a la modalidad Nacra 17. El levantador de pesos Marcos Ruiz, en categoría +109 kg, hizo una gran actuación y acabó entre los ocho primeros.

En el waterpolo masculino, la cuarta posición significa un diploma para Dani López Pinedo, Unai Aguirre, Blai Mallarach, Roger Tahull, Álvaro Granados, Bernat Sanahuja y Marc Larumbe. También se llevan diploma los jugadores del hockey hierba masculino, eliminados en los cuartos de final por la futura campeona Bélgica, en el último partido de cinco históricos que lo dejan, Pau Quemada, Quico Cortés, Roc Oliva, David Alegre y Pepe Romeu. La selección femenina del mismo deporte también cayó en los cuartos, en este caso contra Gran Bretaña, y ganaron el mismo diploma que la selección femenina de baloncesto. Tampoco volverá a unos Juegos Laia Palau, que ha ganado diploma con la selección femenina de baloncesto acompañada de Silvia Domínguez y Queralt Casas.

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