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Gritos de "A Segunda" y una reunión a medianoche entre policías: el día D de Manolo González

Girona y Espanyol se enfrentan este viernes con el recuerdo de lo ocurrido en Montilivi hace nueve meses

Manolo González sobre el césped de Montilivi antes del último Gerona-Espanyol.
25/09/2025
3 min

BarcelonaA Manolo González nunca le han destituido. Estuvieron a punto en el Ebro, en el 2018, pero el director deportivo Ander Garitano –es quien le recomendó a Garagarza para el Espanyol B– lo defendió ante el propietario del club aragonés. Su primer cese también estuvo cerca hace nueve meses, el 23 de noviembre del 2024, con los blanquiazules en zona de descenso y tras su derrota más dura en la Liga, el 4-1 en Montilivi: en el minuto 30, con tramos de posesión superiores al 90%, el Girona ya ganaba 4-0 Segunda", que ahora recuerdan a los aficionados pericos a través de las redes viendo el bajón de los de Míchel.

Una reunión a medianoche

La histórica humillación en el campo gerundense provocó que en el descanso buena parte de los 400 aficionados blanquiazules desplazados abandonaran la grada de Montilivi. Entre ellos, los miembros de La Curva, que solicitaron una reunión urgente con los responsables del club: debía ser ese mismo sábado por la noche –el partido terminó a las 20.30 h–. Por eso se dirigieron hacia la ciudad deportiva del Espanyol, donde había varias furgonetas de Mossos y un inesperado cordón policial que aislaba la zona. Se añadió también la Juvenil, el otro gran grupo de animación. El autocar con los jugadores y la comitiva perica llegó de Girona a las diez y media de la noche.

Tras negociar los términos del encuentro con el club y la policía, y acompañados por la seguridad del Espanyol, alrededor de unos 50 aficionados entraron en las instalaciones para hablar con Manolo González, los capitanes Sergi Gómez, Javi Puado y León Cabrera y el director deportivo Fran Gara seguidores visitantes frente a las cámaras en un duro cara a cara. "Queríamos expresar nuestro malestar y pedir responsabilidades por el ridículo vivido en Girona", explica al ARA uno de los presentes en la reunión de la ciudad deportiva, que se prolongó durante más de media hora y finalizó a medianoche. Pese a los reproches y la tensión evidente, la sangre no llegó al río en ningún momento.

A la crisis social se unió la disyuntiva deportiva sobre qué hacer con Manolo González. La goleada había abierto una profunda herida en el Espanyol y la propiedad se planteó en serio el cese de su entrenador, que, pese a tener el apoyo del vestuario, era muy consciente de que la forma de caer en Montilivi podía sentenciarle. Por último, se impuso el criterio de Garagarza, que abogó por su continuidad, y el técnico gallego dispuso de una vida extra que supo aprovechar ganando al Celta siete días después.

A partir de entonces, el de Folgoso do Courel simplificó conceptos y blindó más al equipo detrás, apostando por un conjunto más reconocible y estable, sin cambios de sistemas ni florituras. Los jugadores también se dijeron cuatro cosas en la cara y después de Nadal el Espanyol levantó el vuelo, hasta el punto de que acabó la Liga por encima de un Girona en caída libre desde principios del 2025.

Un derbi desigual

Este verano el proyecto del Espanyol ha dado un salto adelante y, con mejores piezas y más registros futbolísticos que el curso pasado, actualmente ocupa posición europea y viene de una de las mejores actuaciones de la era Manolo González, líder indiscutible de los pericos. El Girona, su rival de este viernes (21.00 h, DAZN), convive con una situación diametralmente opuesta: es colista de la Liga pese al gran partido en Bilbao y sólo ha sumado 15 de los últimos 75 puntos en juego. Como le ocurrió a Manolo González hace nueve meses, su entrenador empieza a estar cuestionado y una derrota en el derbi catalán de Montilivi podría poner en duda la continuidad de Míchel Sánchez, que un año después de debutar en la Champions League vive su momento más crítico en el banquillo gerundense.

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