En el Manobús hasta final de trayecto

2 min
Manolo González, nuevo entrenador del Espanyol

Ya tenía el artículo casi terminado. Lo empecé el domingo por la noche y se titulaba Carta desesperada en Fran Garagarza. Con un único objetivo: que Ramis dejara de ser el entrenador del primer equipo del Espanyol. Y por un único motivo: el convencimiento de que con él en el banquillo no lograríamos el ascenso. El artículo ha ido a la papelera y, pese a tener que trabajar el doble, lo celebro. Con el nuevo entrenador, obviamente, no existe ninguna garantía de éxito. Pero lo que era imposible se ha convertido en posible.

Manolo González es un no-nombre. Como Josep García o Jordi Martín, no genera identidad individual. Es un nombre genérico, un concepto. Y el concepto Manolo González me gusta casi tanto como Manolo González Álvarez, nacido en Folgoso de Caurel –provincia de Lugo– y nuevo entrenador del Espanyol. Un entrenador que hasta hace relativamente poco era conductor de autobús y entrenaba la Muntanyesa. Su mirada transmite ilusión y lucha. Está contento y agradecido por la oportunidad que le acaban de dar. Sabe que es la oportunidad de su vida. No quiere desaprovecharla y su éxito será el nuestro. Conoce al Espanyol y si se empata a cero ante el Huesca en casa no dirá que está satisfecho por no haber recibido ningún gol. Y como buen galaico-catalán (como Pepe Rubianes) habla un catalán que no escuchamos a entrenadores nacidos en Súria o en Tarragona.

En el acto de presentación se pidió unidad. Yo me uno a la petición y me comprometo a ser positivo con el equipo hasta final de temporada. Mi juicio sobre la directiva y la propiedad no depende de cómo acabe el curso. En cualquier caso será un “muy deficiente” (lo que en nuestra época estaba por debajo del suspense). Pero en lo deportivo abro un paréntesis lleno de optimismo.

Subo al Manobús hasta final de trayecto. Porque por muy enojados que estemos, ahora toca recuperar la ilusión y ayudar a sumar. Olvidar el pasado reciente y ser conscientes de lo que nos estamos jugando. Sólo quedan doce paradas (confiamos en que no tengan que ser dieciséis). Convertimos el acuerdo unánime sobre la necesidad de cesar a Ramis en apoyo de Manolo González y los jugadores. Sin mirar al pasado. Sin insistir en si fue un error o no cesar a Luis García. Esto, ahora, no toca. Está en juego la supervivencia del club y, por tanto, una buena porción de nuestra felicidad. El Manobús nos espera lleno de ilusión. Será un viaje opuesto al de Itaca: aquí no importa el camino, sólo importa llegar a donde queremos llegar.

stats