La UE y China avisan de que responderán Trump: "Habrá consecuencias inmensas"
Bruselas sube el tono contra la Casa Blanca, pero pretende negociar hasta el último momento para evitar la guerra comercial

Bruselas/PekínUrsula von der Leyen ha subido el tono esta madrugada contra la Casa Blanca después de que Donald Trump haya detallado la subida global de aranceles, y ha advertido de que la crisis comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea puede tener "consecuencias inmensas". "La economía mundial se resentirá enormemente, y la incertidumbre se disparará y aumentará el proteccionismo", auguró la presidenta de la Comisión Europea en una rueda de prensa desde Samarcanda (Uzbekistán). Se han pronunciado en el mismo sentido las autoridades de China, que es la potencia más perjudicada por los aranceles de la Casa Blanca y ya ha dicho que no piensa quedarse de brazos cruzados, si bien mantiene los puentes de diálogos abiertos con Washington.
La presidenta de la Comisión Europea también ha avisado a la administración Trump de que no se piensa quedar de brazos cruzados si sigue subiendo las tasas de importación y ha asegurado que la Unión Europea está "preparada para responder" a los ataques que lleguen de Washington. En este sentido, Von der Leyen ha recordado que ya están "finalizando el primer paquete de contramedidas en respuesta a las tarifas" de importación que EEUU aplicó al acero y el aluminio procedente de la Unión Europea, y que están "preparando futuras contramedidas". "Protegeremos los intereses de nuestras empresas si las negociaciones fallan", ha añadido la conservadora alemana.
Sin embargo, la presidenta de la Comisión Europea quiere mantener la mano tendida en la Casa Blanca hasta el último momento para negociar y llegar a un acuerdo que evite el inicio de una guerra comercial entre la potencia comunitaria y la estadounidense. "No es demasiado tarde para abordar los problemas mediante las negociaciones", ha dicho Von der Leyen, quien insta a Trump a abandonar la "confrontación" y sentarse en la mesa. Con este objetivo, Bruselas ha anunciado que el comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, reanudará los contactos con las autoridades estadounidenses este viernes mismo.
Cabe recordar que la UE tiene varias herramientas para contraatacar a EEUU y tratar de disuadirles de subir los aranceles a los productos europeos. El mecanismo legal más importante del que dispone Bruselas es el llamado instrumento anticoacción, que permite responder a la Casa Blanca por la vía rápida y, por ejemplo, incrementar los impuestos de aduanas, restringir las importaciones o las exportaciones, excluir a algunos países de participar en licitaciones públicas o, entre otros, suspender obligaciones internacionales en materia de propiedad intelectual, lo que afectaría especialmente a las grandes tecnológicas estadounidenses.
En este sentido, la portavoz del gobierno francés, Sophie Primas, ha asegurado que la UE "está preparada para una guerra comercial" y que atacará a las grandes tecnológicas estadounidenses. En la misma línea, el canciller alemán, Olaf Scholz, criticó duramente la decisión de la administración Trump de incrementar los aranceles y afirmó que las potencias europeas piensan "responder de forma valiente, unida y proporcionada".
En total, fuentes comunitarias calculan que un 70% de sus exportaciones se verán afectadas por los aranceles estadounidenses y quedará afectada la venta de productos de un valor total de 290.000 millones de euros. Además, apuntan a que la administración Trump podrá recaudar 81.000 millones adicionales, mientras que hasta ahora ingresaban 7.000 millones por las tasas de importación de la UE. "La diferencia es muy grande", admiten las mismas fuentes.
China insta a Trump a sentarse a negociar
La estrategia de China es similar que a la de la Unión Europea y, aunque pidió a Estados Unidos cancelar los aranceles y los amenazó con contramedidas, dejó la puerta abierta a canales de negociación con Trump. En este sentido, Pekín no ha concretado las represalias en los nuevos aranceles de un 34% en los productos chinos, que se suman a las tasas del 20% que ya se adoptaron previamente. En total Trump impone un gravamen del 54% en las importaciones chinas, las más castigadas por las tasas.
China calificó de "acto de intimidación" la decisión de Washington y el portavoz de Asuntos Exteriores, Guo Jiakun, advirtió de que "el proteccionismo es un callejón sin salida". También remarcó que las disputas comerciales se resuelven negociando. Sin embargo, China insiste en que su economía tiene margen para absorber la subida de aranceles, pero la realidad es que un incremento del 54% inevitablemente tendrá un gran impacto. Algunos analistas calculan que puede rebajar el crecimiento económico del gigante asiático en unos 2,5 puntos porcentuales.
La Cámara de Comercio de la Unión Europea en China ha advertido de que la política de Trump genera "una gran incertidumbre" y supondrá un desafío para las cadenas de suministro de sus miembros. En este sentido, muchas empresas pueden optar por buscar proveedores en otros países para aliviar los aranceles.
Por otra parte, la administración norteamericana no le ha temblado el pulso para castigar a buenos socios comerciales como Vietnam con un aumento de los aranceles del 46%. En Laos, por ejemplo, las tasas que se aplicarán serán del 48% y en Camboya, del 49%. Los tres países han sido destino de las deslocalizaciones de empresas chinas que intentaban sortear las tasas de Washington exportando desde terceros países.
En este contexto, la política de Trump de castigar con sus tasas a países que han sido tradicionales aliados de Estados Unidos como la UE (20%), Japón (24%), Corea del Sur (24%) o Taiwán (32%) abre una ventana de oportunidades estable para un comercio más comercial, y se presenta ante estos mercado.