"He celebrado el fracaso de la opa como si fuera un gol"
El desenlace de la opa sobre el Banc Sabadell es recibido con entusiasmo por buena parte de los sabadellenses
Sabadell"Hacía mucho que no recibía tantos mensajes de alegría. Aunque fuera Navidad o mi cumpleaños", explica Joaquim, un accionista del Banc Sabadell de toda la vida. Este jueves cuando ya se ponía el sol y se supo oficialmente que la opa del BBVA sobre el Sabadell había fracasado, muchos sabadellenses lo celebraron. "Estoy bien contenta" decía Maria, una jubilada que admite que ha terminado un poco harta de los anuncios por la televisión y la radio. "Nunca he terminado de entender lo de la opa, pero como ya perdimos la Caixa de Sabadell, ahora no quiero perder el banco" dice esta hija de un ex trabajador del banco.
"Cuesta explicar a quién no es de la ciudad. Yo me enfadé mucho con el banco cuando durante el proceso se llevaron la sede fuera de Catalunya, pero ahora me he encontrado defendiendo que la opa fracase como si me fuera la vida", explica Oriol, accionista minoritario. "Los de Sabadell estamos orgullosos. Nos gusta ver el nombre de la ciudad. Sí, esa opa era como si nos birlaran algo", añade Maria. "Si los negocios catalanes se venden a gente de fuera, no me gusta", razona Oriol, que admite que ha intentado seguir las noticias sobre el caso aunque a veces se ha perdido un poco: "No entiendo tanto". No es lo único. Mucha gente admite que veía sus anuncios y no entendía del todo el caso. Al igual que les ocurría a mucha gente a la que les preguntamos por la opa mientras caminamos por el centro de la ciudad vallesana y admiten que, a ciencia cierta, no saben de qué va esta historia.
Pero todo el que ha seguido el caso, se ha posicionado en contra, en Sabadell. En la ciudad se han visto imágenes curiosas, como la asociación de pequeños accionistas manifestándose frente a la sede histórica del banco. Gente que no suele manifestarse, pero que por una vez, muy elegantes, se plantaban en la yema del huevo de la ciudad para dejar claro que no querían saber nada de la opa. En la ciudad, especialmente en el centro, se hablaba del caso en primera persona. Carlos Ventura, el director general del Sabadell, advertía de que si la opa triunfaba quizás afectaba a la ciudad vallesana, ya que se dejarían de financiar proyectos culturales o solidarios. Proyectos que se siguen haciendo, porque el banco, pese a tener accionistas por todo el mundo, tiene sus raíces en Sabadell. Ventura es sabadellense, de hecho. Y el presidente histórico, Josep Oliu, también. El vocal de la Asociación de Accionistas Minoritarios y ex vicepresidente del banco, Joan Llonch, también. Su abuelo, Joan Llonch, fue presidente de un banco en el que entre los accionistas locales todavía aparecen los nombres históricos de empresarios que hicieron de Sabadell una potencia industrial.
Hoy en día los accionistas sabadellenses son una minoría, pero muchas familias tienen acciones que se han convertido a veces en una especie de tradición, más que en una inversión para hacer dinero. "Quienes somos de aquí, creo que todos tenemos un familiar o conocido que trabaja en el banco. Nos gusta que en las oficinas del centro todavía los trabajadores te conozcan por tu nombre, cuando te reciben. Ya sabemos que todo va muy rápido, pero saber que nuestro banco mantiene un poco de raíces... pues hace ilusión, ¿no?" explica Salvador, de 75 años. "Yo he celebrado el fracaso de la opa como un gol del Sabadell", añade Joaquim, que, de hecho, va presumiendo de tener una tarjeta de crédito del banco especial con el escudo y los colores del club local: "Si hubiera sacado adelante la opa se habrían perdido esos detalles que hacen ciudad".
A apenas 20 metros de la sede histórica del banco, en la plaza Sant Roc, se encuentra el Ayuntamiento. Donde también se ha hecho fiesta grande, ya que, como decía la alcaldesa Marta Farrés: "Conservemos un Banc Sabadell arraigado en la ciudad y en el territorio, con todos sus servicios y su obra social garantizada". De hecho, puertas adentro del Ayuntamiento se bromeaba porque hacía mucho tiempo que una noticia no generaba tanto consenso entre los grupos municipales. Todo el mundo estaba en contra de la opa, izquierdas y derechas, independentistas o no.