Fiscalidad

La nueva e inesperada ola del 'tax the rich' en Europa

Francia o Italia son algunos de los países europeos que han apostado por incrementar la presión fiscal a los milmillonarios

El presidente francés Emmanuel Macron y la primera ministra italiana Giorgia Meloni ponen para la foto durante la ceremonia de bienvenida de la 50 cumbre del G7 en Italia, donde se tratan temas globales como Ucrania, cambio climático y seguridad económica.
02/11/2024
4 min

BarcelonaHace tiempo que la demanda de subir los impuestos a los milmillonarios ha dejado de ser una reivindicación únicamente de los sectores escorados a la izquierda. Cada vez son más los líderes europeos y de la Unión Europea, así como la administración de Joe Biden y Kamala Harris o el Fondo Monetario Internacional (FMI), que defienden la necesidad de subir los impuestos de los más ricos del mundo, sobre todo a raíz de la crisis económica y la pandemia. Y, de hecho, en los últimos años se han aprobado diferentes medidas en este sentido, como el impuesto mínimo global del 15% a los beneficios de las grandes multinacionales que acordó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 2021.

El discurso tax the rich no ha dejado de sumar soportes desde entonces ha ido añadiendo adeptos entre la familia socialdemócrata tradicional y una parte importante del liberalismo. Y, en los últimos meses, incluso ha recibido un empujón de la mano de dirigentes conservadores y de extrema derecha.

Francia es uno de los países en los que el cambio de parecer sobre la presión fiscal sobre los milmillonarios ha sido más evidente. Cuando Emmanuel Macron llegó al Elíseo, en el 2017, el gobierno francés rebajó los impuestos a los más adinerados y lo reivindicaba como una forma de incentivar la economía gala. Sin embargo, el nuevo ejecutivo del conservador Michel Barnier anunció a principios de este mes que aumentará los impuestos a las empresas que facturen más 1.000 millones de euros al año, lo que afectará a unas 400 empresas, ya los hogares con niveles de renta muy elevados, lo que supone el 0,3% de los contribuyentes.

El gobierno francés ha calificado esta medida de "contribución excepcional": ha prometido que será temporal, un año o máximo dos, que persigue reducir de forma urgente el gran déficit y deuda que tiene Francia. "Tenemos la legitimidad para pedir a los contribuyentes más ricos del país que participen de forma excepcional y temporal en este esfuerzo de recuperación", defendió en declaraciones a los medios el ministro de Presupuesto, Laurent Saint-Martin.

El ejecutivo galo estima que el nuevo gravamen aportará unos 2.000 millones de euros extras a las cuentas públicas, pero el experto del centro de investigación europeo Bruegel Jean Pisani-Ferry alerta de que, aunque este tipo de medidas cada vez son más populares, no son suficientes para alcanzar los niveles de deuda y déficit que pide Bruselas. En estos momentos, Francia, que es la segunda mayor economía de la UE, es uno de los Estados miembros que tiene un déficit —de un 5,5% en 2024— y una deuda más elevada —actualmente del 110,6 %—, mientras que los límites fiscales acordados por la Unión Europea son del 3% y 60%, respectivamente.

Por eso, pese a que esta medida ha acaparado gran parte de la atención mediática, el plan de Barnier también prevé grandes recortes presupuestarios y una reducción del número de funcionarios, especialmente en el sector educativo: Francia prescindirá de 4.000 maestros en el 2025 . Sin embargo, el investigador Jean Pisani-Ferry califica de "precarias" las iniciativas del nuevo ejecutivo francés y señala que en el futuro tendrá que sacar adelante más medidas para seguir reduciendo el déficit, sobre todo si cumple y acaba retirando la "contribución" excepcional" de los ricos.

El hecho de que este año se hayan reactivado las reglas fiscales de la UE también ha empujado a subir los impuestos a los milmillonarios en la tercera economía del blog comunitario: Italia. La ultraderechista Giorgia Meloni promovió este verano un aumento de la tasa anual de 100.000 euros a 200.000 que deben pagar los ricos extranjeros que se trasladan al país transalpino. Y, anteriormente, anunció un gravamen del 40% sobre los beneficios extraordinarios "injustos" de la banca, si bien finalmente lo rebajó de forma sustancial después de que el sector cayera en picado en bolsa.

Más allá de los gobiernos conservadores, el ejecutivo español también mantendrá los impuestos que había impuesto temporalmente a las ganancias de la banca, unos impuestos que, unidos a los que también pagaron las energéticas, el pasado año recaudaron hasta 2.894 millones de euros. Y, en lo que se refiere al gobierno laborista del Reino Unido, este miércoles anunció una subida de impuestos histórica y, entre otros, aplicará el IVA a las matrículas de los colegios privados, reducirá las exenciones de la tasa de sucesiones que beneficiaban a los más adinerados y suprimirá el régimen de privilegio que tenían los millonarios con residencia oficial fuera del país.

Pese a que en el pasado todas estas medidas parecían casi impensables, cada vez se van extendiendo a más países de Europa y, de hecho, se alinean con el camino marcado por organismos como el G-20 o el FMI. Las 19 principales economías del mundo y de la Unión Europea llegaron a un consenso este verano por "cooperar" en la imposición de un impuesto mínimo del 2% a los milmillonarios de todas partes. Y, el FMI, en el informe sobre Europa que publicó la semana pasada, aboga por poner fin a los incentivos fiscales que benefician a los ricos e insiste en que se haga pagar "más impuestos a quien tiene más dinero".

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