Von der Leyen presenta los nuevos presupuestos: mayor centralización y quintuplica el gasto en defensa

BruselasEl clamor de las regiones y el campesinado parece que no ha llegado a Bruselas. Pese a las protestas y la presión de administraciones como la Generalitat de Catalunya y los agricultores y ganaderos de toda la Unión Europea, el ejecutivo de Ursula von der Leyen ha presentado nuevos presupuestos comunitarios que quintuplican la partida destinada al gran rearme y reducen las inversiones en el sector primario. Además, dan mayor capacidad de poder en el reparto de los fondos europeos en las capitales de los estados miembros en detrimento de las regiones.

Von der Leyen pretende reunir en un solo fondo varios planes, entre los que se encuentra el de Cohesión y los de la Política Agrícola Común (PAC). Solo estos dos paquetes suponen algo menos de la mitad del total del presupuesto de la UE: unos 865.000 millones de euros de un total de 2 billones. Además, se incluirán las partidas destinadas a inmigración y gestión de fronteras. En estos momentos, estos planes iban por separado y, especialmente de los de Cohesión, podían beneficiarse mayoritariamente de forma directa las regiones.

Bruselas, sin embargo, pretende ahora que las administraciones regionales puedan acceder a ellas a través de planes nacionales; es decir, Cataluña pasaría a depender más de cómo los reparte el gobierno español. Esta situación es exactamente la que querían evitar catorce estados miembros y hasta 149 regiones europeas, incluida Catalunya, en una protesta que hicieron llegar en las semanas previas a que Von der Leyen presentara los presupuestos comunitarios, que se conocen como Marc Financiero Plurianual.

La centralización de los fondos permitirá a Bruselas controlar más exhaustivamente en qué se gasta el dinero comunitario, y la configuración y el desembolso serían similares al funcionamiento de los planes estatales para la recuperación de la pandemia, los Next Generation. Así, podrá poner más condicionantes a los gobiernos a cambio de entregarles financiación europea y, por tanto, influir aún más en sus políticas. Además, fuentes comunitarias también apuntan a que la centralización de los fondos pretende simplificar y acelerar la entrega de la financiación europea y reducir la burocracia, tal y como asegura Bruselas que piden los estados miembros.

En cuanto a los fondos comunitarios destinados al campesinado (la PAC), que históricamente son unos de los que tienen más peso, han sufrido un recorte del 20% y han pasado de 378.000 millones de euros a un mínimo de 300.000 millones. Una reducción que contrasta, por ejemplo, con el incremento de gasto en defensa que ha anunciado Von der Leyen en rueda de prensa. "Será cinco veces lo que tenemos ahora", ha dicho la presidenta de la Comisión Europea. Así, en las próximas cuentas, la carpeta de seguridad, defensa y espacio contará con un presupuesto de 131.000 millones de euros.

Empiezan las negociaciones

La propuesta de Von der Leyen supone el pistoletazo de salida oficial de las negociaciones de los próximos presupuestos europeos, que entrarán en vigor de 2028 a 2034. Así pues, hasta que se empiecen a aplicar, se prevén unas discusiones intensas entre los diferentes actores implicados, especialmente entre los estados miembros y la Comisión Europea.

En realidad, sin embargo, los tira y afloja por las cuentas comunitarias entre estados miembros y los intentos de influir en Bruselas hace tiempo que han empezado. Y, como siempre, las diferentes visiones en materia de políticas económicas de los países han vuelto a hacerse evidentes. Por un lado, los gobiernos como el francés, el español o el italiano presionan a Von der Leyen para que incremente los presupuestos comunitarios. España, incluso, pidió a Bruselas que les duplicara.

Por el contrario, los estados miembros defensores de la austeridad económica, como Alemania y Países Bajos, se oponen de manera frontal a aumentar sus aportaciones a los presupuestos comunitarios. Así, finalmente, Von der Leyen ha propuesto que las próximas cuentas de la UE signifiquen el 1,26% de la Renta Nacional Bruta (la medida de los ingresos de las empresas y ciudadanos de un país), mientras que actualmente la tasa es del 1,13%. En todo caso, este porcentaje sigue siendo alrededor de 0,9 puntos porcentuales menos de lo que pide el gobierno español.

Von der Leyen quiere contentar a todos los Estados miembros sin obligarles a incrementar su aportación a la UE y, al mismo tiempo, engordar los presupuestos comunitarios a través de nuevos impuestos. Por un lado, desea crear un impuesto anual a las empresas que tengan un valor superior a los 100 millones de euros con los que pretende recaudar 6.800 millones de euros; y, por otro, incrementará las tasas sobre el tabaco a través del tipo mínimo que deben aplicar los Estados miembros, con lo que calcula que ingresará otros 11.200 millones.