Crónica

"Los tipos de interés subirán tanto como haga falta: habrá costes significativos"

Siete economistas repasan los problemas de la economía mundial

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Los premios Nobel Oliver Hart (izquierda) y Eric Maskin (derecha) flanqueando Anne Krueger y con Jordi Galí en primer plan.

Retos económicos de presente y de futuro. En el contexto actual, organizar una mesa redonda titulada así es muy ambicioso. Si, encima, hay siete economistas invitados –dos de ellos premios Nobel–, todavía más. Pero la Barcelona School of Economics lo intenta: sale adelante porque consigue una sesión muy substanciosa. Pero, a pesar de la pericia de la moderadora, queda desordenada: hay demasiados problemas en el mundo para abordarlos todos a la vez. Desde cuestiones estructurales como la globalización y la creciente desigualdad hasta la inflación desbocada de hoy en día.

Entre los Nobel invitados está Eric Maskin, que llega directo de EE.UU. porque le cancelaron el vuelo el día antes. Maskin avisa que en los últimos 40 años ha habido "un aumento dramático" de las desigualdades en todas partes, desde los países desarrollados hasta los que están en vías de serlo. "La distancia entre los países pobres y los ricos se ha reducido, pero dentro de cada país se ha disparado". Su conclusión es que, incluso en países como China e India, que se han beneficiado "enormemente" de la globalización, un porcentaje de la población sin ninguna educación se queda atrás. Una globalización, por cierto, que "ni tan solo ha empezado", apunta Jaume Ventura. "Estamos muy lejos de ver que las fronteras nacionales no importan" incluso dentro de la UE, dice.

Ada Ferrer avisa que en los países más desiguales los ciudadanos se confiesan menos alegres. Ferrer, de hecho, explica que el grado de insatisfacción tiene mucha más correlación con el paro de cada país que no con el índice Gini (tradicionalmente usado para medir las desigualdades). Por lo tanto, aboga por los puestos de trabajo y el sistema educativo como claves para todo el resto.

Los costes de la inflación

Llega el momento de hablar de la inflación. Jordi Galí, asesor de bancos centrales, cree que en el medio plazo la inflación podría caer al 2% (si no hay nuevas sacudidas) y no cree que volvamos al descontrol de los años 60 o 70. Ahora bien, avisa que domar la inflación no será bonito. "Los bancos centrales no dudarán en subir los tipos tanto como haga falta. La situación es complicada y habrá costes significativos para volver a tener una inflación normal, pero los bancos no dudarán en generar estos costes", sostiene.

Galí insinúa que una recesión es inevitable y remata: "No hay nada que los bancos centrales puedan hacer para suavizar las recesiones". Eso sería cosa de los gobiernos, pero también tendrán las manos atadas porque la recaudación de impuestos caerá. Más tarde, Ferrer alerta que las recesiones "tienen un coste social muy elevado".

'Shareholder' versus 'stakeholder'

No tiene nada que ver con todo esto, pero uno de los grandes temas de la sesión es el rol de las empresas en la sociedad. El Nobel Oliver Hart dibuja una especie de tercera vía en el debate entre cuál tiene que ser el objetivo prioritario de las empresas, cuidar de sus accionistas (shareholders) o de los grupos que tienen alrededor, como sus trabajadores o la sociedad en la que operan (stakeholders). Él dice que los shareholders son la prioridad porque las empresas "están montadas así". Ahora bien, "detrás de las empresas hay personas y a estas no solo les preocupa el dinero". Hart acaba abogando porque haya más democratización y más participación de los accionistas en las empresas como garantía de que esto acabará teniendo un impacto social positivo.

Su intervención provoca numerosas objeciones entre el público que se pueden resumir en una que le hace llegar Galí: "Es evidente que hay gente a quien solo le preocupan el dinero. Es muy peligroso dejar las cuestiones sociales a las empresas".

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