Pirineo termal: un viaje por las aguas que llevan miles de años brotan cargadas de minerales
En la Cerdanya y en el Vall d'Aran hay aguas milenarias que han visto surgir balnearios que todavía funcionan hoy en día como planes invernales para los amantes de sus propiedades
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BarcelonaEntre las entrañas de las montañas y las grietas de una historia milenaria, el Pirineo esconde un secreto que se calienta lentamente en las profundidades. No haremos un viaje al centro de la Tierra como Jules Verne, pero sí que realizaremos un viaje en el tiempo para descubrir la creación de las aguas termales que tenemos en nuestras montañas. Son aguas milenarias que, tras caer de la lluvia, han recorrido las entrañas de la tierra durante miles de años, se han calentado y han vuelto a brotar calientes y cargadas de minerales y propiedades curativas. Nos adentraremos en el corazón geológico del Pirineo para descubrir sus secretos y visitaremos dos balnearios singulares que nos permitirán aprovechar todas sus propiedades.
El origen del agua
"Para tener aguas termales necesitas fallas que atraviesen buena parte de la corteza terrestre, a menudo a kilómetros de profundidad", explica Josep Anton Muñoz, catedrático de geología estructural en la Universidad de Barcelona. Precisamente, dado que el Pirineo es la estructura geológica más importante del país, es donde encontramos las grandes fallas, que permiten la conexión con las capas más profundas de la corteza. "Son como una especie de tuberías", añade.
Encontramos dos tipos de fallas, "las que se formaron cuando dos placas tectónicas chocaron e hicieron engrosar la corteza porque se solaparon y las conocidas como fallas normales", explica Muñoz. "Las fallas normales, como la falla de Tet, en la Cerdanya, son fracturas en la corteza terrestre que se forman cuando bloques de roca se desplazan verticalmente en respuesta a fuerzas tectónicas. En el Pirineo, este tipo de fallas desempeñan un papel clave en el origen de las aguas termales, ya que el conjunto de colapsos hace que rápidamente conecten con las capas profundas de la Tierra, y son sistemas que rápidamente generan fuentes termales", dice el geólogo.
Y ahora que ya tenemos los conductos entre el magma y la superficie de la Tierra, ¿cómo se calienta el agua? "Hay dos fuentes principales de calor: el calor que se transmite del manto terrestre hacia la superficie por conductividad y el que proviene de la desintegración de elementos radiactivos que existen en las rocas graníticas y metamórficas de la zona", explica Muñoz .
"Las propiedades del agua dependen de los materiales que atraviesa –puntualiza el geólogo–. En el Pirineo, es habitual encontrar aguas sulfurosas, ya que las fallas atraviesan rocas blandas y negras de edad siluriana con una gran cantidad de sulfuros. También disuelven carbonatos, sílice y cloruro". Estos minerales dan a las aguas del Pirineo propiedades terapéuticas reconocidas: desintoxican el cuerpo, alivian dolores articulares y mejoran afecciones de la piel como la psoriasis.
Balnearios con historia
En los Baños de Sant Vicenç llevan 250 años tratando estas afecciones. "El agua termal es nuestro tesoro", dice Marta Pal, propietaria de estos baños. Situados en la frontera entre la Cerdanya y el Alt Urgell, son un ejemplo vivo de la tradición termal en el Pirineo. Su agua proviene de la falla normal de la Cerdanya, como las que brotan en otros puntos del territorio, como Dorres o Llo, y también en el Conflent. "En 1775, un antepasado de nuestra familia compró los derechos sobre las aguas termales y estableció aquí un hostal para los viajeros del camino real de la Seo a Puigcerdà", explica Pal. Desde entonces, siete generaciones han mantenido vivo este negocio familiar adaptándolo a los nuevos tiempos.
Durante la Guerra Civil, el balneario fue utilizado como hospital de sangre y, una vez finalizada, estuvo ocupado durante siete años, por lo que quedó muy dañado. la esencia histórica y el carácter acogedor de la familia. "Siempre hemos estado presentes, vivimos en el balneario y cuidamos cada detalle", dice Pal.
En el Vall d'Aran hay una alta concentración de aguas termales, con surgencias como las de Banhèras de Luishon y los baños de Tredòs, Arties o Les Alineadas a una de las fallas más importantes de los Pirineos, el ' solapamiento de Gavarnia es otro lugar donde disfrutar del termalismo.
En medio del Valle de Arán, las aguas termales de Les tienen una historia que se remonta a la época romana. "Las surgencias termales de Les han sido utilizadas desde la época de la dominación romana, y fueron visitadas incluso por Pompeu. Se han encontrado inscripciones en las que se da las gracias a las ninfas ya la diosa Lex por la curación obtenida", explica Ana Julia Gómez González, directora de las Términos de la Baronía de Les.
Actualmente el complejo termal, inaugurado en 2003, combina la esencia histórica con la modernidad y ofrece baños terapéuticos en un entorno que invita al descanso ya la conexión con la naturaleza.
Experiencias termales personalizadas
En ambos balnearios encontrará tratamientos diseñados para recuperar la salud y el equilibrio. "Nuestra agua es ideal para tratar dolores articulares, mejorar el estado de la piel y realizar una desintoxicación profunda", explica Pal. Por su parte, Gómez González dice que el agua de Les "es beneficiosa para afecciones como la psoriasis, el eczema, el asma y otras enfermedades respiratorias como la bronquitis crónica. Además, las aguas ayudan a aliviar los dolores reumáticos y en tratar afecciones como la artrosis o la fibromialgia".
En ambos centros ofrecen paquetes que incluyen baños termales, masajes, inhalaciones y tratamientos con peloides –mezclas de arcilla y agua termal–, así como circuitos termales. En el caso de los Baños de San Vicente, "no es un circuito que todos los clientes hacen a la vez, sino que es un circuito personalizado: damos hora cada 20 minutos a dos personas para que los clientes no coincidan en masa y les acompañamos en cada paso por sacarle el máximo rendimiento", explica Pal. En Les, "el circuito está formado por un vaporárium, una sauna finlandesa, una sala de mármol caliente y varias piscinas y bañeras de distintas temperaturas para hacer contraste térmico", detalla Gómez González.
Una de las peculiaridades de los Baños de San Vicente es el reposo posbaño, inspirado en una antigua tradición: "Los clientes se levantaban a las seis de la mañana, bajaban con el albornoz para tomar el baño y, después, se acostaban en la cama para incubar el baño. Esto era tan importante como bañarse", recuerda Pal.
¿Dónde encuentro aguas termales en el Pirineo?
Tredós (Valle de Arán): situado a 1.790 metros de altitud, es el balneario más alto de Europa.
Arties (Valle de Aran): este encantador pueblo cuenta con un balneario que aprovecha las aguas termales locales para ofrecer tratamientos de bienestar y relajación.
Caldes de Boí (Valle de Boí): complejo termal que, con 37 fuentes termales, se conoce como el balneario con más fuentes termales del mundo. Disfruta de un agua ancestral con más de 16.000 años de vida a 1.470 metros de altitud.
Dorres (Alta Cerdanya, Catalunya Nord): baños naturales al aire libre con aguas sulfurosas a 38 y 39 °C, situados en un entorno montañoso con vistas espectaculares.
Llo (Alta Cerdanya, Catalunya Nord): tiene cinco piscinas interiores y exteriores para disfrutar de aguas sulfurosas con más de 10.000 años de historia.
Molig (Conflent, Cataluña Norte): situados justo en frente del Canigó, podrás disfrutar de los beneficios de sus aguas sulfurosas sódicas, ricas en plancton. Báñate en un agua termal milenaria con más de 18.000 años de historia.
Santo Tomás (Conflent, Cataluña Norte): son unas de las aguas termales más calientes del Pirineo, a 58 °C. Ideales para tratar la piel, también tienen una línea de cosméticos de elaboración propia.