Viaje al (nada idílico) pueblo donde se fabrica el Ozempic
Kalundborg, el lugar en el que Novo Nordisk fabrica el exitoso medicamento, sufre por el enorme crecimiento de la empresa

Kalundborg (Dinamarca)Kalundborg (17.000 habitantes) parece una ciudad industrial cualquiera de Dinamarca, donde más bien ocurren pocas cosas. Situada a 95 kilómetros de Copenhague, tiene un puerto de mercancías, la mayoría de las casas son unifamiliares y en la calle principal hay un par de tiendas de ropa, peluquerías y alguna cafetería.
Pero, a pesar de lo que pueda parecer, las decenas de grúas que rodean la ciudad dan una pista de que Kalundborg tiene algo que cualquier ciudad media envidiaría. Aquí es donde el gigante farmacéutico Novo Nordisk produce el fármaco Ozempic. En los últimos años, este medicamento para la diabetes se ha asociado a una solución maravillosa para hacer perder peso a las personas que, de paso, han engordado de manera espectacular los ingresos de la empresa farmacéutica. A la danesa Novo Nordisk le ha ido muy bien, hasta el punto de que se ha convertido en la empresa con mayor valor de Europa. En 2024, sus ingresos volvieron a repuntar un 25% hasta los 290.000 millones de coronas (38.800 millones de euros), con unas ganancias de 13.535 millones de euros.
Para Kalundborg, tener una de las compañías líderes a nivel planetario le ha servido para disparar su crecimiento económico y tener uno de los PIB más elevados entre los municipios de Dinamarca. Hoy, 4.400 empleados trabajan en las fábricas de Novo Nordisk, casi una cuarta parte de los residentes de la ciudad, donde el paro es prácticamente inexistente. Durante los cincuenta años de la empresa aquí, ha proporcionado puestos de trabajo estables, con altos sueldos y buenas condiciones laborales, y las industrias a su alrededor también se han beneficiado.
En la entrada de la ciudad, la presencia de camiones y maquinaria pesada hace evidente que los trabajos de construcción para ampliar la fábrica de Novo Nordisk van a toda marcha. En 2023, la farmacéutica anunció una inversión de 5.600 millones de euros en Kalundborg. Cuando las obras estén finalizadas, dentro de cuatro años, se crearán otros 1.250 puestos de trabajo. Sumado a ello, el crecimiento de la ciudad también está en auge con la construcción de una autopista y de un nuevo campus universitario dedicado a la biotecnología, que prevé atraer a hasta 1.500 estudiantes. "Estamos en camino de convertirnos en un hub de la biotecnología a nivel internacional", explicaba Jan Lysgaard Thomsen, director técnico de Kalundborg.
Pero, por extraño que pueda parecer, existe en la ciudad la sensación de que el éxito de Novo Nordisk no se nota en las calles, que según los vecinos presentan un aspecto más bien vacío y triste. Brian Sønder Andersen, portavoz de la asociación de comerciantes, pone el ejemplo de la calle principal, donde pese a la riqueza en la ciudad, los nuevos negocios no logran prosperar: "Hace diez años teníamos las mismas tiendas, algunos negocios abren, pero deben cerrar poco después". Andersen lo justifica por el hecho de que "la mayoría de los trabajadores de Novo Nordisk no hacen nada en la ciudad, vienen por la mañana, trabajan y vuelven a marcharse en coche por la tarde". Este ir y venir ha creado graves problemas de tráfico, dice Andersen, quien añade: "La ciudad no estaba preparada para el crecimiento tan acelerado de Novo Nordisk, nos faltan servicios, infraestructuras y oferta cultural".
En otros negocios, como la cadena de supermercados local, su gerente Keld Haapanen explica que pierde a sus empleados porque prefieren trabajar en la fábrica de la farmacéutica: "Simplemente, no puedo ofrecer el mismo sueldo que en Novo Nordisk". Haapanen también lamenta que la ciudad es poco atractiva para vivir y que en los últimos quince años la población de Kalundborg ha disminuido ligeramente en vez de aumentar: "¿Qué deben hacer los trabajadores después de terminar su trabajo? Si paseas por la ciudad, no hay nada que hacer".
Otro de los indicadores donde también se notan los efectos del crecimiento sin freno de Novo Nordisk está en el mercado de la vivienda, sobre todo después de la llegada de 3.000 operarios que trabajan en las obras de ampliación de la farmacéutica: "En un año el precio del alquiler ha subido un 20% y tampoco hay casas por comprar", admite el agente.
Además, Kalundborg arrastra a una serie de problemas sociales que con los años no se han podido solucionar. Puede parecer una paradoja, pero en la ciudad en la que se produce la mitad de la insulina del mundo la tasa de obesidad entre los niños en edad escolar es del 25%, una cifra superior a la media nacional. En las escuelas, los alumnos también obtienen peores resultados en matemáticas y lengua, lo que la concejala Helle Laursen Petersen atribuye al deterioro de las escuelas ya la falta de profesores con experiencia: "Si queremos atraer a las familias de trabajadores de Novo Nordisk para que vengan a Kalundborg, debemos elevar el nivel de las escuelas", afirma Peter.
Desde el consistorio, Jan Lysgaard Thomsen admite que la ciudad tiene algunos desafíos respecto a la transformación que vive por el crecimiento de la farmacéutica, pero también recuerda que no sería lo mismo sin tener la sede de la empresa: "En los últimos veinte años han invertido 18 billones de coronas (2.413 millones de euros) en la ciudad, sin contarlo". Thomsen se muestra confiado en que en los próximos años la ciudad se internacionalizará, llegará más gente joven para vivir y mejorarán los servicios: "Cada día se oye hablar más inglés en las tiendas", ejemplifica.