El descalabro del permagel puede truncar el objetivo de las cero emisiones para 2050
Un estudio alerta de que el CO₂ y el metano que se liberan de esta capa congelada continuarán elevando la temperatura del planeta

BarcelonaEn las regiones frías de Alaska, Canadá y Siberia siempre ha abundado el permagel, una capa de sol terrestre que lleva cientos o miles de años que se mantiene congelada. Este suelo, antes dura como el hormigón y en el que poblados enteros han vivido ininterrumpidamente, no sólo está sufriendo las consecuencias de la crisis climática, sino que puede convertirse en una imparable fuente de emisiones de gases de efecto invernadero.
Formado por tierra, grava y arena, el permagel necesita el hielo para mantenerse, pero se está deshaciendo a un ritmo frenético y su fusión libera grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂) y de metano –que tiene un efecto de calentamiento aún más potente, unas25.
Investigadores de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur) y de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología concluyen que el permagel se deshace y que las emisiones irán in crescendo, por lo que se prevé que seguirá siendo una fuente de contaminantes atmosféricas, como mínimo, hasta el año 2300. Todo ello no cambiará ni siquiera si todos los países del mundo cumplen el ambicioso objetivo de reducir las emisiones de CO₂ en el año 2050. Es decir, alcanzar la neutralidad climática.
"El permagel puede suponer un riesgo considerable en los esfuerzos por mitigar el cambio climático", alerta So-Won Park, investigador principal y coautor del estudio, que se ha publicado este miércoles en la revista Science Advances. Si bien el permagel actúa como sumidero (secuestrador de carbono), este análisis basado en modelos simulados por ordenador para el período entre los años 2000 y 2300 sugiere que este escenario de emisión de gases de efecto invernadero se mantendría incluso en un escenario de emisiones negativas, es decir, que es más frecuente.
Cambio "irreversible"
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC en inglés), organizado por la ONU, ya avisó de que entre los cambios "irreversibles" causados por la crisis climática se encuentra el deshielo del permagel. En este proceso, se libera CO₂ y metano –que es el gas que se libera de la materia orgánica cuando entra en fase de descomposición y que es mucho más potente, pero dura menos en la atmósfera que el dióxido de carbono– en grandes cantidades y esto provoca un proceso de retroalimentación muy negativo: volvería a aumentar la temperatura de la Tierra.
Las consecuencias de estas emisiones podrían desencadenar acontecimientos climáticos extremos como oleadas de calor, sequías y tormentas más intensas. Además, el deshielo ya ha obligado a trasladar pueblos enteros –especialmente, comunidades indígenas– porque los cimientos de las construcciones se van haciendo inestables e incluso se hunden a medida que se deshace el suelo en el que están erigidas.