Ismael Palacín: "Tener tiempo infinito para convivir es un lujo"

El director de la Fundación Jaume Bofill añora el primer verano con sus tres hijos y su compañera, la madre de las criaturas

Ismael Palacín, director de la Fundación Jaume Bofill
27/07/2025
2 min

BarcelonaEn verano los días son eternos, hay más tiempo para descubrir lugares y hace calor. Estos son algunos de los motivos por los que Ismael Palacín, director de la Fundación Jaume Bofill, es un enamorado de esta estación y un afortunado que acumula buenos recuerdos de verano. niño y las de monitor, los primeros viajes de adolescente, cuando descubrió Europa en Interrail, el del primer amor o el de algún viaje lejano. tenías el día entero para hacer de padre, trayendo a los hijos en brazos, sudando, cansado pero feliz de verlos maravillados por todo. La época generosa, el poema de Joan Margarit donde La vida se alimenta de días generosos. De dar y proteger.

La fórmula era sencilla, tener tiempo para explorar, descubrir y aburrirse, tiempo para repetir días con pocas obligaciones donde los cuidados estaban muy presentes. Recuerda preparar por la mañana la fiambrera con el picnic, comer fuera y volver a casa por la noche. Ismael admite que le gusta estar al aire libre y le parece inigualable esta vida de espíritu nómada, la sensación de abundancia, de horas interminables. Está convencido de que el verano es un oasis en nuestra forma de vivir: "Tener tiempo infinito para convivir es un lujo". Aquel verano, como el resto de veranos, estuvieron 15 días en Viu de Llevata, el pueblo de su padre, en la Alta Ribagorça. Un pueblo sin tienda, donde ellos, los de Casa el Mestre, convivían con los tíos y los hermanos, como si estuvieran en una casa de colonias.

Ismael vacacional con su familia.

La quincena siguiente hicieron lo que es ya un clásico, intercambio de casa con una familia europea. Aquí están los cinco, sin más familia ni amigos. Son días de intimidad familiar, descubriendo a otro país y la vida de otra familia. "Nos da mucho juego ya los niños les desarrolla la empatía porque cuidan de la casa, los juguetes, los gatos, las bicis… y todo es de otros niños, que también nos dejan mensajes y consejos como hemos hecho nosotros para quien se esté en casa". Allí tenían su propia rutina, preparando los baños, las comidas y yendo a dormir en una época de amor sin límites.

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