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Las iglesias evangélicas crecen en América Latina en detrimento del catolicismo

La creencia en el milagro cotidiano y el sacerdocio universal facilitan la expansión de esta rama del protestantismo en la región

Cúpula de una iglesia en el centro de Buenos Aires
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Buenos AiresUn edificio moderno en medio del barrio residencial de Parque Chacabuco, en Buenos Aires, tiene sus puertas abiertas un domingo por la tarde. Se congregan diferentes personas, jóvenes, mayores, niños, adolescentes; se saludan, charlan, se abrazan. Faltan pocos minutos para las siete de la tarde, cuando comienza la reunión. En la fachada, de color negro, el dibujo iluminado de una campana y unas letras que llaman "Catedral de la fe". Es una iglesia evangélica.

Detrás de las puertas de vidrio hay un gran vestíbulo, una tienda de libros religiosos y unas escaleras que conducen a un segundo piso donde hay pequeñas salas con sillas y pizarras, estudios de grabación y un pasillo que lleva a la sede de la Universidad Evangélica de Argentina, que ha abierto las puertas de Marzo. Al fondo, la sala de reuniones, un espacio amplísimo de dos niveles, con hileras de sillas y un enorme escenario con una pantalla detrás donde, cuando empieza la liturgia, se puede ir siguiendo la letra de las canciones que un grupo de músicos interpreta en directo.

La gente se mueve con la música, canta, se levanta de la silla y levanta los brazos, a menudo con los ojos cerrados. Virginia, de 37 años, ha venido con su bebé: "Vengo desde hace tres meses –dice– y la verdad es que aquí me siento muy bien". Ha invitado a su amiga Sandra por primera vez, que por ahora dice que se encuentra muy "cómoda" en este espacio: "Siento que aquí todo el mundo puede vivir la fe como le apetezca". Éste es, precisamente, el punto que destaca el hijo del pastor de esta iglesia, Sebastián Carnival, en conversación con el ARA: "La evangélica es una fe práctica y cercana, a la que todo el mundo tiene acceso".

Aunque evita contraponerla a la fe católica, de alguna manera lo hace, teniendo en cuenta que Argentina un país hegemónicamente católico y la comparación es casi inevitable. "En otras ramas del cristianismo, la gente a veces no encuentra los medios para desarrollar su fe", afirma. Explica que ellos creen en un Jesús vivo, con quien hablan todos los días y con quien tienen una relación "personal": "Nos responde a través de señales, de milagros cotidianos".

El evangelicalismo (o protestantismo evangélico) es una de las religiones que más crece en el mundo, y América Latina –una región de tradición católica desde la conquista europea–, es uno de ellos bastiones actuales, junto con Estados Unidos. Del protestantismo surgido en Alemania en el siglo XVI con la Reforma de Lutero, se derivan diferentes corrientes en Europa, como el anglicanismo, el luteranismo, el metodismo o el calvinismo y, más adelante, en el norte del continente americano, se desarrollan las ramificaciones del bautismo, el metodismo, el adventismo o el pentecostal. En concreto, el escenario evangélico en Latinoamérica hoy en día lo predominan los pentecostales y los neopentecostales.

Pablo Semán, sociólogo y antropólogo especializado en religiones, identifica dos factores clave en la expansión del pentecostalismo en América Latina. "La principal idea que aportan los pentecostales es que el Espíritu Santo obra en este mundo y ahora", es decir, que son posibles los milagros cotidianos. "En el catolicismo, los dones del Espíritu Santo son metafóricos, pero en la fe evangélica el Espíritu Santo actúa cuando te angustias, te emocionas, entras en lágrimas, te curas de una enfermedad… y se normaliza el milagro", dice al ARA.

El otro factor es el sacerdocio universal, que si bien es un principio de la teoría evangélica clásica, está reforzado en esta rama en particular: mientras que el orden sacerdotal católico "está separado del mundo" y la participación está "coartada en una Iglesia clerical y jerárquica", en el evangelismo. Además, los pastores forman parte de la propia comunidad o barrio, por lo que conocen el contexto en el que predican y –destaca Semán– son mucho más cercanos a los fieles. No siempre reciben una retribución a cambio del pastoreo; de hecho, a menudo tienen otros trabajos. Para Semán, la expansión de la fe evangélica a lo largo del último siglo en la región ha sido una respuesta "al monopolio que tenía el catolicismo" y "contra sociedades que eran religiosamente plurales, pero no institucionalmente plurales".

El precedente inquietante de Bolsonaro

El auge del evangelicalismo en la región también genera un gran recelo en la opinión pública, sobre todo a raíz del caso brasileño y la proximidad que tuvieron las comunidades evangélicas de ese país con la victoria del expresidente Jair Bolsonaro en las elecciones del 2018. Semán advierte que este fue un caso "excepcional" en el comportamiento político de los evangélicos en Latinoamérica, que "nunca se han movilizado tanto en torno a un solo eje político". A pesar de ser católico, el ultraderechista hizo campaña en encuentros evangélicos y se echó raíces en la comunidad promoviendo la idea de que Brasil vivía "una crisis moral", mientras su rival político, Luiz Inácio Lula da Silva, era condenado por corrupción.

En paralelo a una agenda ultraconservadora, se diseminó la "teología de la prosperidad", que se enfoca en el bienestar económico y la salud de los fieles. Semán apunta a que las iglesias evangélicas están desarrollando una labor social de la que no se ocupa nadie más, "ni el estado ni ningún partido".

En el municipio de Rafael Calzada, una hora al sur de Buenos Aires, una veintena de personas se encuentran en su iglesia un sábado por la tarde. Es modesta, de chapa, una pequeña nave o garaje reciclado, luz blanca y sillas de plástico. El pastor habla con energía, con un micrófono en la mano, y le acompaña un teclista que va haciendo acordes. "Dios no nos eligió para que vivamos vidas apagadas, sino para que podamos iluminar este mundo de oscuridad", dice, y repite que hay que "tomar la mano de Jesús y dejar que Dios me enderezca para tener éxito este año". Habla de la "mentalidad millonaria", o sea, de ahorrar dinero cuando las cosas van bien, recuerda que "si gastas más de lo que ingresas siempre estarás en deuda" y asegura que "acabaremos el año bendecidos y en victoria"; pide un aplauso para Jesús y, a continuación, invita a que cada uno aporte la ofrenda que pueda en una cajita que se encuentra al frente de la sala.

Una vez finalizada la reunión, el pastor, Juan, y su mujer, Sabrina, que ha cantado algunas canciones, explican al ARA que recientemente ayudaron económicamente a un vecino del barrio al que se le había quemado la casa. Aseguran que siempre están "atentos" a las necesidades del entorno, y Juan concreta que, "por supuesto priorizamos las de la gente de la iglesia, de nuestra familia". "Yo no puedo darle zapatos al vecino y que mi hijo camine descalzo", dice, y añade: "Como dijo Jesús, pobres habrá siempre".

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