WashingtonLas palabras de Donald Trump durante el debate presidencial, en la que aseguró que los migrantes haitianos se "comen perros y gatos" de los habitantes de Springfield, Ohio, son la culminación de una campaña de odio y de desinformación que lleva semanas viviendo la ciudad. Que el expresidente se hiciese eco de ello en prime time ha obligado a las autoridades estatales y locales a desmentirlo públicamente, pese a que ya lo hiciera el moderador el martes por la noche. Quien también se pronunció contra Trump y su segundo, JD Vance, es el padre de un niño que hace un año murió en un accidente de tráfico con una persona haitiana implicada.
El padre del niño también es vecino de Springfield, una ciudad que forma parte de uno de los estados que se supone que los republicanos tienen asegurados en las elecciones. Pero la forma en que se está poniendo el foco sobre la ciudad y se está dando alas al discurso de odio no está gustando.
"Ojalá mi hijo, Aiden Clark, le hubiera matado un hombre de 60 años blanco. Me apuesto lo que sea que nunca pensaríais que alguien diría algo tan directo pero, si un hombre así hubiera matado al mi hijo de 11 años, el grupo de personas que constantemente propagan el odio ya nos habrían dejado en paz", dijo Nathan Clark, durante el pleno del Ayuntamiento al día siguiente del debate presidencial. Clark acusó a Vance y Trump de sacar "rédito político" de la muerte de su hijo y de utilizarlo "para esparcir el odio".
El mismo día del debate, Vance ya había caldeado el ambiente que después culminaría Trump, recogiendo las mentiras esparcidas por internet en contra los migrantes haitianos que han llegado a Springfield en los últimos cuatro años. "En las últimas semanas mi oficina ha recibido muchas quejas de residentes reales de Springfield que dicen que las mascotas de sus vecinos o los animales de la ciudad han sido secuestrados por los inmigrantes haitianos. Por supuesto, puede que resulten ser quejas falsas. Sabéis ¿qué sí está confirmado? Que un niño fue asesinado por un migrante haitiano que no tenía derecho a estar aquí", publicó Vance en la red social X. Horas después, Trump diría la mentira viral de "se están comiendo los perros , se están comiendo los gatos".
El alcalde de Springfield, Bryan Heck, también hizo una comparecencia pública para desmentir los rumores xenófobos que Trump y Vance atienden sobre los migrantes haitianos. "Esto debe acabar ya. Pueden vomitar todo el odio que quieran sobre los inmigrantes ilegales, la crisis de la frontera e incluso afirmaciones falsas sobre miembros de la comunidad que secuestran mascotas y se las comen, pero no tienen permiso, ni nunca lo han tenido, para mencionar a Aiden Clark", dijo Heck.
"Internet puede ser bastante loco"
Al día siguiente del debate, el gobernador de Ohio, Mike DeWine, republicano, también negó las palabras de Trump. "Se trata de un rumor que sale de internet e internet puede ser a veces bastante loco". DeWine no ha sido tan directo como Heck o Clark, que acusan a Trump ya los suyos de atizar el discurso de odio, pero ha restado crédito al expresidente.
La realidad es que las acusaciones contra los haitianos ni siquiera son una falsedad que se haya acudido a Vance o Trump. Lo único que han hecho ambos es replicar y dar alas a los rumores xenófobos que hace tiempo que perfiles de extrema derecha hacen circular por las redes sociales, especialmente por la red X, en manos de Elon Musk, gran amigo de Trump. Incluso la policía local de la ciudad ha desmentido haber recibido ningún aviso sobre ningún animal secuestrado y fallecido por haitianos.
Uno de los vídeos que más han hecho circular por las redes estos grupos de extrema derecha, y que el propio Trump compartió, es el de una mujer que supuestamente es haitiana y se lanza sobre un animal ante la casa de unos vecinos en Springfield. Pero en realidad la mujer es estadounidense, tiene un historial de consumo de estupefacientes y los hechos no ocurren en Springfield sino en Cantón, que está a tres horas de la ciudad. Mientras, los medios locales de Springfield sí se hacen eco de que las familias haitianas se quedan en casa por miedo a las represalias de una campaña de odio que ahora se ha visto espoleada por Trump en medio del debate presidencial.
Toda esta campaña nace porque, en los últimos años, alrededor de 15.000 personas provenientes de Haití se han instalado en Springfield. El rápido crecimiento ha tensado a las escuelas y los hospitales de una localidad donde hasta el momento vivían menos de 60.000 personas.
Una audiencia superior al debate contra Biden
El debate entre Kamala Harris y Donald Trump de la noche del martes tuvo un total de 67.135.000 espectadores, según Nielsen y la cadena ABC News, que organizaba la cita. Esto significa que uno de cada cinco estadounidenses y uno de cada cuatro con posibilidad de voto siguieron el programa conducido por Linsey Davis y David Muir desde el National Constituion Center de Filadelfia. Se trata de cifras buenas, pero no suponen un récord de audiencia.
La cifra muestra que otras 16 millones de personas sintonizaron sus televisiones con el debate que durante el duelo entre Trump y Joe Biden en junio en la cadena CNN. El desastroso cara a cara de Biden tuvo unos 51 millones de espectadores.