México, Canadá y China reaccionan a la guerra comercial de Trump con más aranceles
Sheinbaum anuncia nuevas tarifas como respuesta

WashingtonLa guerra comercial de Donald Trump contra el mundo está ya en marcha. Canadá y México ya han anunciado que aplicarán nuevas tarifas contra las importaciones estadounidenses después de que la madrugada del martes entraran en vigor los aranceles del 25% de Estados Unidos para ambos países. China, que ha visto cómo Estados Unidos aumenta la presión con una subida de hasta el 20% en sus exportaciones, no se hizo esperar y minutos después de que se aplicara la nueva tasa respondió con tarifas de hasta el 15% a las importaciones estadounidenses.
Con los impuestos a sus vecinos, y principales socios comerciales, Trump ha dinamitado décadas de libre comercio con Canadá y México que se iniciaron en 1994 con el NAFTA y que el propio republicano actualizó en 2020 con la firma del T-MEC. Más del 80% de las exportaciones anuales de México van a EEUU y lo mismo ocurre con el 76% de las de Canadá. El empeño del presidente por utilizar los aranceles como arma diplomática por resolver otros problemas no relacionados –la entrada del fentanilo y la inmigración– augura dolorosas consecuencias para el consumidor estadounidense. Muchos de los ciudadanos votaron a Trump el pasado noviembre creyendo en la promesa de que bajaría el precio de la cesta de la compra. Las medidas auguran todo lo contrario.
Buena parte del producto fresco que se vende en los supermercados estadounidenses, como aguacates, fresas o tomates, proviene de México. En 2023 casi tres cuartas partes de las importaciones agrícolas estadounidenses de México eran verduras, frutas, bebidas y licores destilados, según el departamento de Agricultura de EE.UU. El producto fresco –frutas y verduras– dada su rápida caducidad y la imposibilidad de almacenarlo durante mucho tiempo, será el primero en reflejar las consecuencias de la guerra comercial. También se espera que suba el precio del tequila y de la cerveza. Las marcas mexicanas como Modelo son bastante comunes en las estanterías de los supermercados, así como en los restaurantes y bares.
Por otra parte, Estados Unidos importa un amplio abanico de productos de Canadá, como carne, grano y jarabe de arce, un edulcorante bastante popular entre los estadounidenses. Canadá representa aproximadamente el 70% de la producción mundial del jarabe de arce y en 2023 más del 60% de sus exportaciones fueron a parar a EEUU, según datos del gobierno canadiense.
El índice bursátil del Dow Jones ya se desplomó más de 700 puntos ayer por la tarde cuando el presidente estadounidense dijo que no había margen para un acuerdo de última hora que frenara la entrada en vigor de los aranceles. Este martes las bolsas estadounidenses abrieron en rojo, el S&P 500 registraba una caída de un 1,16% y Nasdaq, del 0,60%.
Los aranceles de Trump con toda probabilidad dañarán la economía canadiense, ya que buena parte de sus exportaciones van dirigidas a Estados Unidos. "Quiere colapsar la economía de Canadá para facilitar la anexión", ha dicho este martes el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en rueda de prensa. Desde que llegó al poder, Trump ha insistido en que quiere convertir Canadá en el estado 51.
Trudeau ha condenado duramente la medida y ha prometido una respuesta contundente. "Es el momento para contraatacar fuerte y demostrar que una lucha con Canadá no tendrá ganadores", aseveró. El presidente canadiense se reunirá esta tarde con otros funcionarios del país para discutir una respuesta, incluida la imposición de aranceles y la posible cancelación de contratos a empresas estadounidenses. Se espera que estos impuestos afecten a unos 100.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses.
Quebec ha recordado cómo han hecho todo lo prometido el mes pasado para reforzar su frontera con EEUU. En febrero Trudeau logró una tregua de treinta días para los aranceles con una batería de concesiones para mejorar la seguridad fronteriza.
Sheinbaum se llamará con Trump
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha dicho este martes en la rueda de prensa diaria que "probablemente el jueves" hablará con Trump y ya ha avanzado que el domingo anunciará detalles sobre la respuesta arancelaria de México. "No hay razón o justificación para apoyar esta decisión que afectará a nuestra gente ya nuestra nación. Nadie gana", ha condenado Sheinbaum.
Sheinbaum ha lamentado que Washington haya tomado una decisión "unilateral", pese a los resultados que su gobierno puso sobre la mesa para evitar la guerra comercial. "Se desarrollaron acciones contundentes contra el crimen organizado y el tráfico de fentanilo, así como reuniones bilaterales de seguridad y comercio, que llegaron a acuerdos sustantivos de cooperación entre ambos países", defendió. Al igual que Canadá, México logró una prórroga de treinta días en febrero a cambio de reforzar la frontera.
Más tensión comercial con China
La sensación de asedio a China no hace más que crecer. Por un lado, Pekín observa cómo Trump intenta acercarse a lo que ha sido su gran aliado hasta ahora, el ruso Vladimir Putin, para aislarle más. Y por otro, ve cómo la guerra comercial no hace más que crecer. El documento que publicó la Casa Blanca la noche del lunes, en el que anunciaba el incremento del 10% al 20%, vincula el aumento de la presión comercial en China con su "fracaso" a la hora de frenar la llegada de fentanilo a Estados Unidos. Cuando se aplicaron inicialmente los aranceles del 10% el pasado febrero, Trump aseguró que en "24 horas" habría una llamada con su homólogo chino, Xi Jinping. No se ha vuelto a saber otra cosa sobre esta llamada.
China, de hecho, ha advertido este martes de que "no se dobla a la presión" y, tal y como anunció el pasado mes, ha confirmado tarifas de hasta un 15% a importaciones de los principales productos agrícolas estadounidenses. El ministerio de Finanzas ha detallado que los aranceles del 15 por ciento se aplicarán sobre el pollo, el trigo o el algodón, entre otros, mientras que también impondrá del 10 por ciento sobre la soja, la carne de cerdo y de vaca, el pescado y el marisco, frutas y verduras y productos lácteos. Las nuevas medidas entrarán en vigor el próximo lunes, 10 de marzo. "China no tolera la hegemonía ni el acoso. Si EEUU insiste en tácticas de máxima presión contra China, ha elegido al oponente equivocado", ha declarado el portavoz del ministerio de Exteriores chino Lin Jian.
Las acciones de China y Hong Kong cayeron el martes, ya que entraron en vigor nuevos aranceles de EEUU. El índice de referencia chino CSI300 descendió un 0,3% al cierre de la sesión de la mañana.
El otro damnificado: el mercado automovilístico
Los impuestos a las importaciones mexicanas también tendrán un impacto en la industria automovilística de EE.UU. Muchas compañías automovilísticas estadounidenses fabrican sus coches en México o en otros países para reducir costes. De hecho, la fabricación de coches estadounidenses en territorio mexicano es posible gracias a un acuerdo comercial negociado por Trump en su anterior presidencia.
"Tots els fabricants d'automòbils es veuran afectats per aquests aranzels al Canadà i Mèxic. La majoria preveuen que el preu d'alguns models de vehicles augmentarà fins a un 25% i que l'impacte negatiu en el preu i la disponibilitat dels vehicles es farà sentir gairebé immediatament", ha afirmat John Bozzella, que encapçala l'Aliança per a la Innovació en l'Automoció.
La entrada en vigor de los nuevos aranceles marca la primera etapa de un conflicto comercial que se prevé que escale aún más con los aranceles recíprocos que el presidente estadounidense quiere aplicar en el resto del mundo, con la Unión Europea como objetivo principal. El presidente estadounidense, que también ha atacado el IVA, dijo que impondría aranceles generales del 25% a los productos de la UE.
A pesar de las previsiones negativas, el gobierno Trump sigue vendiendo los aranceles como una política ganadora. Durante la rueda de prensa del lunes, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, definía la inversión en EEUU de la compañía taiwanesa de chips TSMC como un triunfo de las medidas proteccionistas. Lutnick ha asegurado que la compañía taiwanesa creará las instalaciones en Arizona para fabricar chips porque "quieren evitar los aranceles", en referencia a los impuestos recíprocos.
Confusión y caos
La confusión y el caos llevan días planeando sobre las tarifas en México y Canadá. La semana pasada Trump generó falsas esperanzas cuando mezcló los aranceles contra sus vecinos con los de la UE y dijo entrar en vigor a partir del 2 de abril. Esto hacía entender que el nuevo gobierno concedía un mes más de gracia a sus principales socios comerciales. Después de que el peso mexicano y el dólar canadiense vivieran una subida frente al dólar, tuvo que salir un miembro de la Casa Blanca a aclarar que los aranceles entrarían en vigor el 4 de marzo y que sólo a partir de entonces se evaluaría si se volvían a detener o se hacían cambios. Al día siguiente Trump se enmendaba a sí mismo diciendo a Truth Social que, además de aplicar los aranceles del 25% a partir del 4 de marzo, también aplicaría un 10% más para China.
La confusión, sin embargo, no se detuvo aquí. El domingo por la noche Lutnick reconoció en la cadena Fox que las entradas fronterizas habían caído (una de las exigencias vinculadas a los aranceles) y que México y Canadá también estudiaban imponer aranceles a China, tal y como piden EEUU. Por todo ello, Lutnick aseguró que los aranceles podrían ser inferiores al 25% y parecía que la puerta también quedaba abierta a otra tregua.
Desde el inicio, Trump ha vinculado la aplicación de los aranceles en México y Canadá con el refuerzo de la frontera para evitar la entrada de migrantes y fentanilo. El presidente está utilizando las tarifas comerciales para intentar solucionar otros problemas que no tienen ningún tipo de relación.
El pasado mes de febrero, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, logró amansar a Trump con la promesa de enviar más soldados a la frontera. El presidente canadiense, Justin Trudeau, logró complacer al magnate prometiendo nombrar un "zar del fentanilo" y firmaba una nueva directiva de inteligencia sobre el crimen organizado y el fentanilo, para la que destinaría 200 millones de dólares.