El plan de Trump para acabar con la guerra de Ucrania que favorecería a Putin
El expresidente habría comentado en privado la idea de presionar a Kiiv para ceder a Crimea a Rusia, aunque públicamente lo ha negado
WashingtonEl expresidente Donald Trump lleva meses entregando su propia cruzada personal para limitar el envío de ayuda de Estados Unidos a Ucrania. En el Congreso, el filibusterismo del sector republicano más afín a Trump mantiene bloqueado el paquete de ayudas que prevé 60.000 millones de dólares para Kiiv. En marzo, durante la visita del primer ministro húngaro Viktor Orbán, el magnate defendió que Washington debía dejar de enviar ayuda y presumió de tener un plan que pondría fin al conflicto "en 24 horas". Ahora se han sabido más detalles de ese plan secreto, en el que el beneficiado sería Rusia: ceder parte del territorio ucraniano a Rusia.
Entre sus círculos privados, según recoge el Washington Post, Trump ha dicho que su plan para poner fin al conflicto implicaría presionar a Ucrania para que ceda Crimea a Rusia. Se trataría de un movimiento que claramente favorecería al presidente ruso, Vladimir Putin, que siempre ha tenido interés en esta península, anexionada ilegalmente en el 2014, por su posición geoestratégica en el mar Negro. En el caso hipotético de que Trump llegara al poder y decidiera poner en marcha este plan, la última palabra la seguiría teniendo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Además, su fuerza para presionar también podría verse limitada por la UE.
El magnate nunca ha revelado públicamente este plan y, de hecho, una de sus portavoces de campaña, Karoline Leavitt, negó esta información en un comunicado: "El presidente Trump es el único que está hablando de acabar con las muertes". El argumento de poner fin al sufrimiento de la población ya las muertes en las trincheras sí es una idea que repite Trump cada vez que quiere justificar la retirada del apoyo estadounidense a Ucrania. "Si los estadounidenses no envían dinero ni armas, junto a los europeos, acaba la guerra", dijo el expresidente durante su conversación con Orbán.
Más allá del bloqueo en el Congreso, lo más peligroso del posicionamiento de Trump respecto a la guerra de Ucrania es la posibilidad de que vuelva a ser elegido presidente de Estados Unidos. Su reelección en noviembre supondría un claro retroceso en toda la política de asistencia militar y económica que ha desplegado el presidente Joe Biden durante su mandato. Ucrania quedaría muy debilitada para continuar con la resistencia sin los estadounidenses.
Desde que comenzó el conflicto el 22 de febrero de 2022, la Casa Blanca ha enviado más de 75 millones de dólares en ayuda financiera y equipamiento militar para la defensa de este país. Un gasto que, en pleno año electoral, se ha convertido en uno de los blancos de los sectores más conservadores del partido republicano, que esgrimen elAmerica first como destino de todo ese dinero. Aun así, Biden no se ha dejado intimidar y durante el discurso del estado de la Unión jugó la carta de la ayuda militar a Ucrania como uno de los ejes vertebradores de su gobierno y acusó a Trump de "doblarse en Putin".
Buena sintonía con Putin
Las relaciones de Trump con el presidente ruso han sido siempre buenas. No han faltado las veces en las que el líder republicano ha elogiado a Putin por sus decisiones políticas. Ni tampoco han faltado los halagos por parte del dirigente ruso hacia el estadounidense. El último guiño que hizo Trump a Putin puso en guardia a Europa y los propios Estados Unidos: dijo que "animaría" a Putin a atacar a los aliados de la OTAN a que no contribuyeran lo suficiente. Desde entonces, y en vistas de una posible reedición del mandato de Trump, Europa no ha parado de rearmarse a gran velocidad para intentar dejar de depender de EE.UU.
La dilatación de la guerra de Ucrania también ha aflorado más sentimiento belicista entre los líderes europeos. Hace semanas que distintos políticos, como el presidente francés, Emmanuel Macron, o la ministra de Defensa española, Margarita Robles, alertan de las posibilidades de una guerra a nivel europeo. "Si Ucrania cae, nuestra seguridad está amenazada", decía Macron el pasado 14 de marzo. El gran problema es que Europa aún no tiene fuerza suficiente para apoyar por sí sola en Ucrania y, si EEUU (como dice Trump) decide cerrar el grifo, las perspectivas no son nada alentadoras.
Aunque puedan parecer estupendas, las palabras de Trump son un buen indicador de qué política exterior desplegará si vuelve a sentarse en el Despacho Oval. Aunque esto siempre podría cambiar, durante sus ocho años como líder del Partido Republicano, el expresidente ha liderado un cambio radical dentro de sus filas para que se vuelvan más reacios a la intervención de Estados Unidos en política internacional.