Balcanes

Dieciséis años después, los albanokosovares pueden volver a España

España, el único país de la UE que no permitía la entrada de estos ciudadanos, admite ahora sus pasaportes sin reconocer el estado de Kosovo

Marta Moreno
4 min

Pristina“Recuerdo perfectamente mis trece años en España, en los que lo consideré mi país. No recuerdo ningún comentario racista ni tener ninguna dificultad para adaptarme, pero sí que recuerdo cómo les costaba a los profesores pronunciar mi nombre,” explica Fatbardha Jashari desde Pristina. Jashari tenía tres años cuando se marchó de Podujevo, un pequeño pueblo cerca de la capital de Kosovo: "Fuimos primero a Macedonia del Norte. Allí nos quedamos en un campo de refugiados donde tenías que decidir a dónde querías ir. Elegimos. España". En 1999, junto con los de otros 31 países, el gobierno español respondió a la petición del ACNUR de acoger a ciudadanos procedentes del conflicto de los Balcanes, en el marco de un programa de evacuación humanitaria y protección temporal. "Fuimos de las pocas familias albanesas que se quedaron en España tras la guerra", explica Jashari, que pasó trece años de su vida en Alcalá de Henares.

Cuando la guerra estalló, Gani Jakupi, ilustrador albanokosovar, llevaba ya un tiempo en Barcelona. En la capital catalana, Jakupi vivía con constante ansiedad. "Compraba a toda la prensa que encontraba, nacional o internacional, para saber un poco más del conflicto", recuerda. El artista se convirtió en el rostro de la resistencia albanesa en España; su conocimiento del idioma le dio la oportunidad de dar voz a lo que ocurría en Kosovo, y así empezó a ser invitado a programas de televisión y tertulias. "Era algo que no me gustaba, tenía que esquivar todo el rato a quienes buscaban espectáculo –dice–. Pero una chica me dijo «si usted no habla, la gente solo tendrá la opinión de los futbolistas serbios». Por eso era una necesidad que hablara".

El conflicto en Kosovo terminó en 1999 con la firma de los Acuerdos de Kumanovo, y la que hasta entonces se había considerado provincia de Serbia declaraba la independencia el 17 de febrero de 2008. En estos momentos esta independencia ya es aceptada por un total de 119 estados. Y aunque el Tribunal de la Haya establece que “la adopción de la declaración de independencia no violó el derecho internacional”, cinco estados miembros de la Unión Europea siguen sin reconocerla, entre ellos España (Rumanía, Eslovaquia, Chipre y Grecia son los otros cuatro). Sin embargo, España ha sido el único que hasta ahora tampoco permitía a los ciudadanos del joven país balcánico entrar dentro de sus fronteras.

En 2011, el padre de Jashari fue despedido y la familia se vio obligada a regresar a Kosovo. “Recuerdo que pensé «¿y ahora qué?»», explica la joven, que reconoce lo duro que fue adaptarse a su país natal. "En la escuela, mis hermanos y yo éramos conocidos como los españoles", explica. Desde entonces no ha podido regresar a España.

Este 1 de enero, la Comisión Europea aprobó la liberalización de visados para los ciudadanos de Kosovo, lo que supone que a partir de este año los kosovares podrán viajar por el espacio Schengen durante un período de 90 días sin necesidad de visado. Sin embargo, España se resistió, en un primer momento, a cambiar su política respecto al país balcánico.

"Lo que fue nuestro país nos ha dejado claro que no somos bienvenidos"

"Lo que fue nuestro país durante trece años nos ha dejado claro, tanto a mis hermanos como a mí, que ya no somos bienvenidos", lamenta Jashari. Por su parte, Jakupi insiste en que "los documentos de identidad representan un derecho humano básico, independientemente de los posicionamientos políticos".

Pero el 6 de enero, de la manera más discreta posible, la Comisión Europea anunciaba que “España reconoce, desde el 1 de enero de 2024, los pasaportes ordinarios expedidos por Kosovo”, pero también aclaraba que “este cambio no constituye, en modo alguno, un reconocimiento oficial de Kosovo como estado independiente”. "La aceptación por parte de España de los pasaportes kosovares necesita menos comentarios que el hecho de no haberlo hecho hasta ahora, un ejemplo insólito en la Unión Europea", declaraba Jakupi ante esta decisión. "Vale más tarde que nunca", admitía.

La actitud de las instituciones y representantes españoles respecto a Kosovo todo este tiempo siempre parecía responder a la falta de interés; y la de la opinión pública, en la desinformación. No han faltado momentos en los que se haya mencionado a Kosovo en el Congreso español y que esto haya suscitado una reacción a redes sociales por parte de usuarios españoles que no hacían más que mostrar la lejanía con la que los españoles ven el país balcánico, totalmente diferente al que ocurre allí.

Fatbardha Jashari no es ni de lejos la única albanokosovara que se ha criado en España –el país acogió a 1.426 albanokosovares durante el conflicto–, pero sí explica bien la conexión entre ambos países: “Tengo mucha parte de española en mí, en mi carácter y en mi forma de hacer. También tengo mucha albanesa”.

El cambio de actitud de España fue tomado con mucha ilusión desde Kosovo; redes sociales y canales de noticias no tardaron en viralizarla. "A mi yo de 16 años le habría encantado tener la oportunidad de visitar a los amigos que dejé", reconoce la joven, que se ha pasado más de diez años sintiendo el rechazo por parte del país que la vio crecer. Gani Jakupi coincide: "Haberse envuelto en tan absurda disposición puede haber sido un error, salir es un gesto de sensatez", concluye el artista.

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