UE

Donald Tusk y el gran regreso de Polonia a la Unión Europea

La guerra de Ucrania y la caída del eje franco-alemán impulsan al polaco como uno de los grandes líderes del blog

4 min
Donald Tusk entrando en el último Consejo Europeo realizado en Bruselas.

BruselasPolonia era, junto a Hungría, la oveja negra de la Unión Europea. Pese a ser el quinto país más grande del grupo europeo, desde que la ultraderecha alcanzó el poder se fue aislando poco a poco y perdió casi toda la influencia que se había ganado en sus inicios en el club. Pasó a tener fama de socio poco fiable y, como el euroescéptico húngaro Viktor Orbán, constantemente ponía bastones en las ruedas de muchas tramitaciones de iniciativas de la UE. Sin embargo, la guerra de Ucrania y, más adelante, el regreso del conservador Donald Tusk al frente del ejecutivo polaco han devuelto a Polonia al centro de poder del grupo.

Tusk nada tiene que ver con su predecesor, el ultraderechista Mateusz Morawiecki. Fue presidente del Consejo Europeo y se mueve como pez en el agua en los pasillos de las instituciones europeas. Goza de buena prensa, es carismático y tiene sentido del humor. También mantiene buenas relaciones con la gran mayoría de líderes europeos, sean del color que sean, especialmente con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Y, al contrario que el anterior primer ministro polaco, está en el hueso de las grandes decisiones de la UE y no intentando sabotearlas.

El líder polaco, que ya fue primer ministro entre 2007 y 2014, fue el primer dirigente del este en ocupar un alto cargo de la UE. Fue entonces cuando aprendió a tratar con jefes de estado y de gobierno y se fraguó como diplomático a base de representar el bloque europeo en todo el mundo. Y, además, antes de volver a la oposición en Polonia presidió el Partido Popular Europeo (PPE), en el 2019, lo que aún le permitió mejorar y expandir sus conexiones con líderes conservadores de toda la UE.

Durante los últimos días Tusk ha demostrado de nuevo su liderazgo y su intención de erigirse en uno de los grandes mandatarios de la UE. Fue uno de los jefes de gobierno en responder más deprisa y de forma más contundente "la misión de paz" de Orbán, que se reunió con Vladímir Putin, Xi Jinping y Donald Trump, y que captó mejor el sentir general del blog después de que el partido de Marine Le Pen perdiera las elecciones legislativas francesas y las ganara la coalición de las izquierdas. "Entusiasmo en París, decepción en Moscú, alivio en Kiiv. Me vale para sentirnos felices en Varsovia", pió el líder conservador.

Tusk con Kallas, Michel y Metsola, entre otros.

Este tuit también demuestra que el retorno de Tusk es clave para la defensa de los valores de la UE, no sólo de Polonia. Aunque no se alegra de una victoria de la izquierda, la prefiere antes que un gobierno de extrema derecha. A diferencia de muchos compañeros conservadores de toda Europa, el polaco siempre ha mantenido el cordón sanitario contra la extrema derecha y, de hecho, ha basado gran parte de su carrera política al batir al partido ultraderechista Ley y Justicia, que ha gobernado el país de 2015 a 2023.

Tusk también ha acabado con la deriva autoritaria que emprendió el anterior gobierno y está recuperando derechos sociales y civiles, sobre todo en cuanto a libertad de prensa y de defensa del colectivo LGBTIQ+. Además, se comprometió a resarcir la independencia judicial ya garantizar una separación de poderes real, que se había visto deteriorada con la ultraderecha en el ejecutivo. En este sentido, Bruselas celebra, en el informe anual sobre el estado de derecho de la UE, que Polonia haya hecho avances en la lucha contra la corrupción y la independencia judicial.

Anteriormente, el pasado mayo, la Comisión Europea ya cerró el expediente sancionador que le había abierto en Polonia porque ya no veía riesgos reales para el estado de derecho. De este modo le retiró el procedimiento por el que, potencialmente, podría haber dejado al país polaco sin derecho a voto en la UE, una muestra más de que el ejecutivo comunitario liderado por Von der Leyen confía en Tusk y en su compromiso de acatar las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y de reformar el sistema judicial de Polonia.

La UE gira hacia el este

Desde que los países de Europa del Este entraron en el blog, han ido ganando influencia paulatinamente en la UE. Se están acercando a marchas forzadas a la convergencia económica con el resto del bloque y son los socios comunitarios que han incrementado de forma más sustancial en su producto interior bruto (PIB) en los últimos años. También han ido ganando altos cargos en la UE y comisarías de peso en Bruselas, pero todo ha cambiado con la guerra de Ucrania. La invasión rusa ha hecho girar el centro de poder del club hacia el este de Europa, lo que beneficia, y mucho, a Polonia.

Imagen del momento en el que Tusk entregó el relevo a Michel como presidente del Consejo Europeo en el 2019.

Polonia vio cómo la invasión rusa confirmaba sus temores sobre el expansionismo de Vladimir Putin y deprisa se erigió en uno de los estados miembros más beligerantes contra Moscú. El resto de socios no dudaron en entregarle este liderazgo al ser país limítrofe con Rusia y el estado más importante de la llamada Europa del Este, que es la parte del continente que, por motivos históricos y geográficos, sufre más los efectos del conflicto.

También ha beneficiado a Polonia que los países que normalmente han liderado la UE están en horas bajas, especialmente el eje franco-alemán. Emmanuel Macron está en caída libre y Francia sin gobierno, y Olaf Scholz, con poco apoyo popular y con una coalición cada vez más débil. El blog busca ahora grandes líderes alternativos en París o Berlín y que mantengan los valores de la UE —oposición frontal en la extrema derecha— y el compromiso con Ucrania. En este contexto, no queda ninguna duda de que vuelve a ser el momento de Donald Tusk.

stats