Polonia y Rumanía, los otros obstáculos para exportar grano desde Ucrania

Las vías alternativas para el transporte son clave para frenar la crisis alimentaria mientras el mar Negro continúe bloqueado

Un campo de trigo a Bashtanka, a la región ucraniana de Mykolaiv.
Cristina Gironès
19/06/2022
4 min

PragaCon el inicio de la guerra en Ucrania las exportaciones de cereales se pararon y causaron una escasez generalizada y un aumento de los precios de los cereales. Para desbloquear esta situación, Kiev estableció hace poco más de una semana dos rutas de exportación a través de Polonia y de Rumanía. Estos corredores, sin embargo, ya están encarando obstáculos, principalmente por la falta de infraestructuras en las dos cadenas de suministro. 

“Estas rutas no son perfectas, porque crean ciertos cuellos de botella, pero estamos haciendo todo lo posible para mejorarlas”, aseguró el viceministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Senik, en la cumbre asiática de seguridad del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, en Singapur. 

Y es que el reto logístico es grande: uno de los principales problemas de la vía de exportación por Polonia es el sistema ferroviario ucraniano, que es diferente del europeo en cuanto a la anchura de las vías. Por lo tanto, los cereales se tienen que cargar en otros trenes en la frontera, donde, además, hay pocas instalaciones que puedan servir como almacén temporal. 

En cuanto al desvío del grano hacia Rumanía, este corredor alternativo es complejo y caro, puesto que implica transportar la mercancía por ferrocarril hasta los puertos fluviales del Danubio y cargarla en barcazas hasta el puerto de Constanza. Además, es un proceso que requiere mucho tiempo. 

Por todas estas razones, Ucrania está negociando una vía alternativa con los países bálticos. Este tercer corredor serviría para aligerar las exportaciones de cereales, a pesar de que todavía no se han concretado los detalles sobre cuánta cantidad de producto se transportaría por aquí. A pesar de esto, el lunes se hizo público el primer envío de grano ucraniano a través de esta vía por mar hasta Galicia, con unas 18.000 toneladas de cereales para la alimentación animal. Según la Asociación Gallega de Fabricantes de Alimentos Compuestos (Agafac), esta ha sido la primera vez que se ha utilizado para este objetivo, pero todo apunta a que se acabará designando como corredor.

Desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, el mercado mundial ha dejado de recibir 7 millones de toneladas de trigo, 14 millones de toneladas de maíz y 3 millones de toneladas de aceite de girasol, entre otros. Además, según las autoridades ucranianas, continúa habiendo entre 25 y 30 millones de toneladas de cereales almacenadas en territorio nacional que no se han podido enviar y una octogésima de barcos extranjeros que están atrapados en los puertos, muchos de los cuales con carga de grano a bordo.

El mar Negro, el punto estratégico

Antes de que empezara la guerra, la ruta más efectiva para las exportaciones de productos ucranianos cruzaba el mar Negro, pero esta opción quedó bloqueada por el conflicto. Según el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, esta "sería la mejor opción" a pesar de que se están buscando alternativas terrestres aunque sea “caro y difícil por razones logísticas obvias”. El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró la semana pasada que se está intentando negociar un paquete de medidas para retomar las exportaciones ucranianas por el mar Negro y también las exportaciones rusas de alimentos y fertilizantes que se han visto afectadas por las sanciones. Estas conversaciones, de momento, no han dado frutos. 

Y es que un bloqueo naval por parte de la armada rusa impide que los barcos mercantes salgan del puerto de Odesa, el más importante para las exportaciones de cereales, mientras que otros puertos, incluidos los de Berdiansk y Mariupol, están ahora en manos del ejército ruso.

Por eso, la ONU considera que hay dos medidas prioritarias para desencallar la situación: desminar el puerto de Odessa y la presencia internacional en el mar Negro para garantizar la seguridad de los barcos y los puertos. Con estos objetivos en la cabeza, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha estado dialogando con su homólogo turco, Mevlüt Cavusoglu. De hecho, a petición de las Naciones Unidas, Turquía ha ofrecido su ayuda para escoltar convoyes marítimos desde los puertos de Ucrania a pesar de la presencia de minas, algunas de las cuales se han detectado cerca de la costa turca. 

Lavrov ha argumentado que fue Kiev quien decidió minar el mar Negro para proteger sus ciudades costeras de un desembarco ruso. Por eso, Moscú ha afirmado que garantizará el paso seguro de los barcos de cereales si Ucrania desmina las aguas costeras. En respuesta, las autoridades ucranianas han exigido que Moscú dé el primer paso retirando las tropas de las aguas del país y ofreciendo garantías de que no atacarán puertos ni barcos mercantes.  

Antes de la guerra, Ucrania exportaba el 98% de sus cereales a través del mar Negro, a un ritmo de hasta 6 millones de toneladas al mes. Pero con los puertos bloqueados y el sistema ferroviario incapaz de hacer frente al volumen adicional, en 2023 la cosecha en Ucrania se podría reducir en un 40%. Además, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que entre el 20% y el 30% de las tierras agrícolas de Ucrania quedarán sin plantar o cosechar este año.

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