El radar de última generación que todos los ejércitos de Europa quieren

Macron reclama a su industria de defensa una aceleración de la producción de armamento

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Un entrenamiento de tropas de la OTAN en Alemania.

ParísEn las afueras de un pueblo de 6.000 habitantes, Limours, 40 km al sur de París, se alza un enorme hangar. Dentro de la nave, la empresa francesa de defensa y seguridad Thales construye radares de defensa de última generación, como los Ground Master, un tipo de radar equipado con tecnología punta que ha visto crecer la demanda en los últimos años, sobre todo desde el inicio de la guerra en Ucrania. "Esta tecnología protege de todos los tipos de amenazas –aeronaves, misiles, helicópteros, drones, cohetes, artillería, etc.– en todo el espacio aéreo. Cubre toda la cadena: la detección, la identificación y la neutralización", explica la compañía.

A diferencia de radares con tecnología más antigua, el GM200 y el GM400 Alpha son capaces de detectar dos cazas que vuelen juntos, drones que vuelan a baja altura, distinguir un dron de un pájaro y son capaces de seguir un millar de objetivos a la vez a una distancia de entre 250 km y 500 km, dependiendo del modelo. Uno de los radares GM200 fabricados en Limours fue entregado a Ucrania el pasado año.

Thales, que está participada en un 26% por el estado francés, está intentando acelerar la fabricación de los radares para hacer frente a la creciente demanda ya la petición que ha hecho el presidente de la República, Emmanuel Macron, en la industria de defensa francesa para aumentar el ritmo de producción del armamento militar. La compañía francesa lleva meses trabajando para doblar su capacidad de producción, pese a las dificultades para encontrar a trabajadores especializados.

"Para que las líneas de montaje hagan frente al aumento de la demanda, estamos duplicando los equipos y estamos en proceso de trabajar en dos turnos en vez de uno para asegurarnos de que tengamos más producción en Limours" , explicaba el responsable de gestión de productos para radares multimisión de vigilancia de Thales, Yves Descourvieres, en declaraciones al digital Politico.

Emmanuel Macron este jueves durante una visita a las instalaciones de la empresa Eurenco.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado un rearme mundial y especialmente de los países europeos, lo que se ha traducido en un aumento de peticiones de diferentes países para comprar los radares franceses. Según revela el digital europeo, Thales ha vendido 200 radares Ground Master en 32 países distintos desde 2008, de los que 40 se vendieron el año pasado.

La compañía francesa entregó en otoño cinco radares en Dinamarca. Este enero también hizo una entrega en Lituania, aunque la empresa no ha detallado el número ni el modelo de radares. "Nuestras fuerzas armadas necesitaban estas capacidades avanzadas, sobre todo en un contexto geopolítico muy preocupante que afecta al mundo", declaró el director de la agencia danesa de compra y logística de Defensa (DALO), Kim Jesper Jørgensen, cuando se anunció la compra.

Economía de guerra

Macron lleva semanas hablando de una "economía de guerra", no en el sentido estricto del término sino desde su visión particular. El presidente francés utiliza este concepto para hacer un llamamiento al aumento de la producción de la industria de defensa europea para garantizar que se envía a Kiiv todo el material militar necesario para que Rusia no gane la guerra. Pero también para que Europa esté preparada por si algún día Vladimir Putin decide ampliar la guerra más allá de las fronteras de Ucrania. En resumen, se trata de producir más equipamiento militar, dar un empujón a la industria de defensa para tener más capacidades y depender menos de otros países.

"El mundo está cambiando y necesitamos producir más", resumió Macron este jueves en la colocación de la primera piedra de una fábrica de pólvora y explosivos de la multinacional francesa Eurenco en Bergerac, en Nueva Aquitania. Eurenco, que también está participada por el estado francés, ha decidido trasladar a Francia su producción de pólvora que se encuentra actualmente en Suecia.

El Elíseo también ha anunciado este jueves que otras empresas del sector, como Eurovector y Vistory, abrirán nuevas fábricas en Francia. De hecho, el estado subvenciona con fondos de defensa o del plan Francia 2030 algunas de estas relocalizaciones, que tienen como objetivo garantizar una autonomía estratégica de materiales armamentísticos de Francia. "Hemos visto que si queremos ir más rápido y tener mayor seguridad, debemos dominar la totalidad del proceso [para construir el armamento]", ha declarado el presidente de la República.

Macron también se ha reunido este jueves en Bergerac con los máximos responsables de las grandes empresas del sector, como Airbus, Thales, NavalGroup o Nexter, para explicarles en persona su concepto de economía de guerra y pedirles los que aceleren su producción armamentística.

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