¿Cómo explican los medios chinos la invasión de Ucrania?

Pekín se suma a la campaña de desinformación rusa publicando todo tipo de mentiras para justificar la guerra

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Un grupo de personas pasean por una calle céntrica de Pekín.

PekínYun abre en el móvil la aplicación Douyin, la versión china de TikTok, para mostrar que los comentarios sobre la guerra de Ucrania han desaparecido. Asegura que en los primeros días de la invasión la inmensa mayoría de los contactos y cuentas que sigue hablaban de todo lo que pasaba en territorio ucraniano. Ahora, reitera, ha desaparecido cualquier información relacionada con la invasión. Yun es una profesora jubilada de 60 años que no tiene miedo de criticar la falta de información. Quizás por este motivo su opinión contrasta con la de Mei, de 31 años y funcionaria, que está angustiada por el peligro de una guerra nuclear y afirma que “Biden es un insensato”. No duda que Estados Unidos es el responsable de azuzar la guerra y que Putin solo pretende defenderse y salvar la población rusa de Ucrania, perseguida por los nazis y Occidente. La visión de Mei es la que ha construido la censura de China durante los más de veinte días de guerra. Las palabras invasión y guerra no aparecen en el vocabulario de los portavoces del gobierno, altos funcionarios o medios de comunicación. Se sustituye por “operación militar especial”, el término que Putin utiliza insistentemente –y ordena que así sea– para hablar de lo que estos días tiene lugar en Ucrania.

Como pasa en Rusia, en la televisión china no se ven imágenes de guerra: no aparecen edificios bombardeados ni personas heridas. No hay noticias sobre los ataques contra civiles, hospitales o escuelas. No se habla de la resistencia ucraniana, pero sí que se exponen los efectos de la guerra en el Donbás, mostrando imágenes de misiles ucranianos caídos en la zona. Los refugiados que huyen son solo imágenes de filas de madres y niños cogiendo un autobús. Y el mensaje que se repite, citando fuentes rusas, es que Ucrania utiliza su población como escudos humanos. La información se construye con entrevistas reiteradas a miembros del Parlamento Europeo que condenan el envío de ayuda militar, transmitiendo la idea de que hay una Europa contraria a la guerra que impulsa Estados Unidos.

La versión que el gobierno de Xi Jinping transmite a los chinos es del todo prorrusa, mucho más que la posición que Pekín muestra de cara al exterior, donde defiende una neutralidad escorada: no ha condenado la invasión y se ha abstenido en todas las votaciones en las Naciones Unidas contra Rusia. El gobierno apoya las reclamaciones de seguridad de Moscú y a la vez defiende la integridad territorial de todos los países.

Respuesta defensiva

Desde un primer momento los medios de comunicación, todos estatales, se sumaron a la versión rusa. Muestran la guerra como el resultado de la presión de Estados Unidos para ampliar la OTAN. La invasión rusa se justifica como una respuesta defensiva. Se compara la supuesta presión de la OTAN en las fronteras rusas con la que ejerce Estados Unidos patrullando por el mar de la China Meridional y vendiendo armas a Taiwán.

Los medios chinos han amplificado las fake news y la desinformación provenientes de Rusia. El segundo día de la guerra, el diario Global Times informaba del gran número de soldados ucranianos que se habían rendido. La televisión emitió una alerta el 26 de febrero anunciando que el presidente Zelenski había huido del país y creó un hashtag especial en sus redes sociales que fue visto más de 510 millones a veces, según fuentes del China Digital Times, una página web especializada al controlar los medios chinos.

La última semana se ha difundido profusamente la acusación de que en Ucrania había una treintena de laboratorios de armas biológicas financiados por EE.UU.. A pesar de que no se ha aportado ninguna prueba, los portavoces del ministerio de Asuntos Extranjeros no han dudado en amplificar el tema y exigir explicaciones a Washington.

Al inicio de la guerra, las redes sociales se llenaron masivamente de mensajes a favor de Putin. La mala imagen que proyectaba en el extranjero provocó la actuación de la censura. La Administración del Ciberespacio de China pidió a las plataformas filtrar los mensajes además de evitar las transmisiones en directo y las etiquetas sobre Ucrania. Weibo, una plataforma parecida a Twitter, ha suspendido decenas de miles de cuentas. Douyin ha eliminado cerca de 7.000 vídeos y suspendido cerca de 2.000 canales de transmisiones en directo.

La censura ha actuado incluso durante la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos para silenciar un mensaje de paz. El presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, defendía en un emotivo discurso en inglés, retransmitido en directo por la televisión china, que “el siglo XXI es una época de diálogo y diplomacia, no de guerra y odio”. En la traducción simultánea al chino se hizo el silencio.

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