Crisis diplomática

Marruecos a España: "No se puede luchar contra el separatismo en casa y fomentarlo en casa del vecino"

Rabat recuerda que vetó la visita de Carles Puigdemont en 2017 y dice que no basta con procesar al líder saharaui

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Cristina Mas
3 min
Un grupo de personas intentando atravesar la frontera entre España y Marruecos.

BarcelonaA Marruecos no le basta con que el líder saharaui Brahim Ghali, que fue hospitalizado en Logroño el 17 de abril para tratarse de covid-19, comparezca mañana ante la Audiencia Nacional y deja claro que la crisis diplomática con España –que ha tenido la cara más visible con la entrada de miles de personas en Ceuta hace dos semanas– no es por una persona. Es porque el gobierno español, a diferencia de potencias como Estados Unidos o Francia, continúa sin reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. En un comunicado emitido este mediodía, el ministro de Exteriores, Nasser Bourita, tilda "de hostiles" las intenciones de España hacia el Sáhara Occidental, y compara el independentismo saharaui con el catalán. El régimen alauí recuerda que siempre ha estado junto a Madrid ante el independentismo catalán y acusa al gobierno español de no corresponderle.

"Esta crisis plantea una cuestión de coherencia. No podemos luchar contra el separatismo en casa y fomentarlo en casa del vecino", asegura el comunicado, en el que Marruecos reivindica que "nunca ha instrumentalizado el separatismo". "Durante la crisis catalana, Marruecos no optó por la neutralidad, sino que fue uno de los primeros en ponerse del lado de la integridad territorial y la unidad nacional de su vecino del norte de forma clara y contundente", recuerda el jefe de la diplomacia marroquí. El ministerio se pregunta cuál habría sido la reacción de España si un representante del separatismo catalán hubiera sido recibido en el Palacio Real marroquí. Y no deja pasar la ocasión de recordar el episodio de 2012 cuando a petición del gobierno español –entonces en manso del PP– se modificó el programa de la visita de una delegación de empresarios catalanes encabezada por el president Artur Mas para que no fuera recibido "a alto nivel". También esgrime cuando en 2017 rechazó la petición de visita "de un gran líder del separatismo catalán", en referencia al president Carles Puigdemont, a quien las autoridades marroquíes se negaron a recibir alegando que "tenía que concertar las visitas con el gobierno español". Marruecos eleva esta lealtad entre estados a la categoría del "principio mismo de una verdadera asociación" y asegura que "está en su derecho de no esperar menos de España". Rabat también esgrime que "ha prohibido todo contacto entre el consulado marroquí en Barcelona y el movimiento separatista catalán".

Ghali ante la Audiencia Nacional

De este modo Rabat deja bien claro que la crisis no se cierra con la comparecencia de Ghali ante la Audiencia Nacional, donde el juez Santiago Pedraz lo ha citado para responder a acusaciones de crímenes de lesa humanidad, en una vista que puede dar pie a un juicio. Dos entidades lo acusan de la desaparición de ciudadanos saharauis y disidentes en los campos de refugiados de Tinduf desde 1979. Marruecos asegura que Ghali entró en España con un pasaporte falso y el gobierno español se ha limitado a decir que había autorizado su visita por razones humanitarias. Marruecos lo deja claro: "La crisis no se limita a un hombre. No empieza con su llegada ni acabará cuando marche. Se trata sobre todo de una cuestión de confianza y respeto mutuo entre países".

Sánchez: "España es el interlocutor imprescindible dentro de la Unión Europea para Marruecos"

Por su parte, el presidente español Pedro Sánchez ha querido sacar pecho ante las críticas de Rabat y ha recordado que "España es un interlocutor imprescindible dentro de la UE" para Marruecos. También ha considerado "absolutamente inaceptable" que el país vecino "atacara las fronteras de España por desavenencias en política exterior", en referencia a la crisis migratoria, informa Ot Serra.

En el fondo lo que está sobre la mesa es el reforzamiento de la posición internacional del Marruecos desde que los Estados Unidos de Donald Trump, contraviniendo la legalidad de la ONU, reconocieran la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, a cambio de que Rabat ampliara la lista de países árabes que normalizaban relaciones con Israel. Desde entonces, España y Alemania son los países de la UE que más claramente chocan con la política de Rabat sobre la ex colonia española.

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